Aldo Mariátegui
Perú21, 4 de febrero del 2025
“Salardi llega al MEF con el buen cartel de una magnífica gestión en Proinversión, amén de bastante experiencia en el Estado. Pero su prueba ácida va a ser Petroperú”.
Espero que Salardi haga una mejor performance que el decepcionante Arista en el MEF. De Arista esperé más, sin embargo, hay que reconocerle que al final logró que el PBI supere el 3% el año pasado, aunque eso fue en gran medida a costa de un déficit fiscal bastante grande que nos “pichicateó” la economía al alza (¡Me fue raro observar a un tacaño exviceministro de Hacienda ser tan pródigo como ministro!). También me hubiera gustado que Arista hubiera llegado a ejecutar esa interesante poda de trámites y esa “simplificación” burocrática que prometió en vísperas de ser guillotinado por Boluarte. Ojalá su sucesor no deje de lado esa feliz iniciativa.
Salardi llega al MEF con el buen cartel de una magnífica gestión en Proinversión, amén de bastante experiencia en el Estado. Pero su prueba ácida va a ser Petroperú, ese barril sin fondo que tanto colabora a que tengamos esos déficits fiscales. Vamos a ver si Salardi tiene pantalones y toma esas medidas pertinentes que ya caen de evidentes, como en primer lugar dar de baja a toda esa gerencia y directorio tan desastrosos que Boluarte nombró, vender simbólica e inmediatamente todos los activos que sobran (el edificio en San Isidro, los múltiples inmuebles de recreo, la refinería de Conchán) y recortar drásticamente a ese frondoso personal sexagenario y parasitario que ahoga a Petroperú, para luego, si es que tiene el carácter y la fuerza necesarios, proceder a rematar el oleoducto y la refinería de Talara (si es que existe algún idiota que quiera comprarlos, cosa que dudo mucho. Tal vez los chinos o algún país árabe comprarían Talara), para finalmente cerrar definitivamente la empresa.
Me dicen que el ministro Salardi es hijo del recordado y flaquísimo árbitro de box (apodado “escoba con bigote”). Espero que como este, sea muy enérgico, sea justo con los boxeadores, deje fluir la pelea y, sobre todo, sepa esquivar golpes (¡Aunque Marcelo Quiñones casi le noquea con un gancho que iba contra su rival Larry Davis!).