Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 16 de Noviembre del 2022
“Han presentado una serie de propuestas de ‘reformas constitucionales’, algunas son estupideces arriesgadas”.
La caviarada acaba de constituir un grupo de presión política, apadrinado por los Mohmes desde su diario (la hermana María Eugenia es una de las protagonistas) y compuesto por varios rojicaviares conocidos (Lanegra, la Macher), constitucionalistas vizcarristas (Luciano López) y ONGs diversas (figura hasta la Open Society de Soros). Han presentado una serie de propuestas de “reformas constitucionales”, de las cuales algunas son estupideces arriesgadas y otras sus típicas movidas hegemonistas. La más peligrosa es esa idea de crear curules parlamentarias exclusivas para indígenas. Eso dividiría más a un país de por sí ya fracturado, crearía otra clase de peruanos y sería una segregación tipo “la república de indios’ del virreinato, con caciques étnicos-políticos de nuevo (en Chile también han querido ver algo similar con los mapuches).
Otro desatino es esa idea de elecciones parlamentarias cada dos años. Viviríamos en elecciones continuas, con la consiguiente inestabilidad política y parálisis económica que cada campaña trae. Que la señora Mohme revise la historia del Perú de comienzos del siglo XX para que vea los problemas que eso trajo y que desembocaron en el golpe contra Billinghurst. Otro dislate es balcanizar la segunda vuelta entre más de dos candidatos. ¡Si hubo polarización en éstas fue por culpa precisamente de la caviarada y sus odios! Y quitarle al Congreso la facultad de elegir al TC para que este proceso lo haga una supuesta “entidad independiente” es simplemente una maniobra para que esa decisión caiga en manos de algún órgano que controle la caviarada o que esté integrada por gente cobardona que les sigue la música, como estos del JNJ. También quieren castrar la figura de la vacancia, como hicieron con la revocatoria.
-Hay toda una operación mediática para instaurar a la flojita Carmen MacEvoy como la segunda Basadre, a la que se prestaron también en el CADE. Existen historiadores analistas muy superiores, como su contemporáneo Carlos Contreras.