La multimillonaria concesión hecha ayer del gasoducto del sur apesta porque: 1) Solo hubo un postor. Afuera quedó otro que tan solo pidió dos semanas más para concursar y otro que quería unas horas más para resolver una recomposición accionaria. 2) Ha ganado en solitario una empresa brasileña y TODAS estas tienen una muy discutible reputación (¡miren nomás las acusaciones con las obras del Mundial!). Ya suficiente debió ser para nosotros que el costo total de la Interoceánica Sur que estos brasileños construyeron haya sido de US$2,800 millones… ¡Tres veces el presupuesto inicial! 3) El apoyo brasileño a Humala para la campaña fue abierto. Esta adjudicación solo hace sospechar que se pagó una deuda electoral. 4) No hay ni habrá demanda doméstica ni industrial de gas en el sur como para gastar esa millonada. ¡Eso de 600 mil hogares beneficiados es un timo! ¡Ni en Lima se vio esa masificación doméstica! Y los autos no funcionan bien en la sierra con GNV. Tampoco hay gasoductos regionales para abastecer a las ciudades. ¿Es posible romper calles en la arqueológica Cusco para tuberías? Tampoco hay aún ahora reservas de gas disponibles para esta obra. 5) Todos vamos a financiar a Odebrecht con un pago extra en nuestras tarifas de luz. ¿Por qué no ponen ellos el dinero si es tan buen negocio? 6) Solo Chile es el único mercado sureño que puede absorber la colosal cantidad de energía que llevará este gasoducto. Sean transparentes y revelen de una vez que esta obra solo es para venderle energía a Chile. El disparate de la refinería de Talara a US$3,500 millones, ese Metro limeño a US$6 mil millones y ahora el gasoducto del sur a US$7,300 millones (y con un solo postor, encima brasileño). Varios pueden acabar presos después de 2016…