Aldo Mariátegui
Perú21, 28 de junio del 2024
“También que van a vender todas esas propiedades tan costosas de las que disfrutaban los comechados de esa parasitaria y desastrosa empresa pública…”.
-La señora embajadora Stephanie Syptak-Ramnath de los Estados Unidos ha desembarcado en nuestras costas con una cerrada defensa de las ONG. Le preguntaría, con todo respeto, si está de acuerdo con que el IDL manipule así a nuestra Fiscalía para actuar básicamente contra quienes Gorriti aborrece. Con que Grufides y otros hayan impedido la apertura de minas cruciales. Con que Codehica sabotee a las agroexportaciones soliviantando a los trabajadores. Con que IDL, Aprodeh y otras ONG nos obliguen a indemnizar terroristas en la CIDH. Si le parece correcto también que Usaid, a través de IDEA y el dulce Percy Medina, subvencione a ONG ultraizquierdistas como SER, el Centro Bartolomé de las Casas o Cedepaz. ¿Cree la señora embajadora que en su EE.UU. financiarían a ONG así? ¿Que les permitirían todas esas acciones? Ya pues…
-Después de que lo vengo manifestando desde hace ya más de una década, leo con una inmensa satisfacción personal que al parecer por fin se va a vender el edificio de Petroperú de San Isidro y van a trasladar a su personal a Talara. También que van a vender todas esas propiedades tan costosas y accesorias de las que disfrutaban los comechados de esa parasitaria y desastrosa empresa pública, que el obtuso del viejo Fujimori se negó a privatizar y que terminó dilapidando US$6 mil millones en la Refinería de Talara. A ver si se concreta tanta belleza y se vende todo eso. Lo que me da risa es que su exgerente general Carlos Paredes aplaude ahora la medida. ¿Y por qué no la hizo entonces cuando estuvo al mando?
-Evidentemente, pretender encarcelar ahora al policía Harvey Colchado es un exceso, como lo es también aquel de un sector de la prensa de endiosarle como un Eliot Ness peruano (como antes idolatraron a los fiscales y a Vizcarra). Colchado es un personaje siniestro, que convirtió a la Diviac en una especie de “policía política” de los caviares. Como escuché a alguien expresarlo coloquialmente: “Colchado terminó siendo el tombo de Gorriti”.