Aldo Mariátegui
Perú21,4 de diciembre del 2024
«Indignante el testimonio escrito de Ricardo Briceño que Perú21 publicó ayer. Su caso es un récord de abuso e injusticia dentro de los ya terribles excesos de nuestra Fiscalía».
-Indignante el testimonio escrito de Ricardo Briceño que Perú21 publicó ayer. Su caso es un récord de abuso e injusticia dentro de los ya terribles excesos de nuestra Fiscalía. Pero el responsable mayor de toda esta atrocidad es el juez Víctor Zúñiga Urday, que en el control de acusación previo al inicio del juicio oral debió descartar una acusación tan disparatada. Zúñiga Urday NO cumplió con su trabajo y simplemente fungió de secretario del fiscal. Es que a menudo es peor el pecado por omisión que por acción.
-Qué alucinante este intento infantil de autogolpe presidencial a lo Fujimori en un país desarrollado como Corea del Sur. Es que ya ninguna nación se escapa a esta degradación mundial de la política.
-Nuestro genial humorista Sofocleto aseveraba que “Dios creó a Bolivia para consuelo del Perú”. Me vino a la mente esta máxima hoy al leer que recién ayer salió la sentencia contra el expresidente Gonzalo ‘Goñi’ Sánchez de Lozada por un proceso abusivo en su contra que se inició en el año 2005. O sea, este juicio ha tomado casi 20 años, lo que hasta supera el promedio de tortuga de la “justicia” peruana. A ‘Goñi’ se le acusó de firmar contratos petroleros y gasíferos —los que originaron el boom boliviano que aprovechó Evo— sin la autorización del Congreso (en el Perú seguramente se le habría acusado de “lavado de activos”, el delito favorito de nuestros fiscales, y nuestros jueces le hubieran impuesto bárbaramente 20 años en lugar de estos 6 años). Felizmente, Goñi a sus 94 años está tranquilamente asilado en EE.UU., donde reside desde que Evo y la izquierda tribal boliviana le obligaron a dimitir al montarle gigantescas algaradas callejeras al año de iniciar su segunda presidencia (2003), con la excusa tercermundista de que no se podía exportar gas boliviano a EE.UU., México y Chile desde puertos chilenos. Goñi era demasiado presidente para Bolivia, que prefirió tener de mandatario a Evo por largos años básicamente porque las aguas buscan su nivel.