Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 15 de Marzo del 2023
“Evo y su sucesor sacrificaron exploración por una política de explotación máxima de lo ya hallado”.
Todo indica que ese tan admirado modelo económico de los rojos peruanos que es Bolivia pronto va a volar por los aires. El supuesto éxito boliviano fue una de esas farras populistas que duran mientras se tenga alcohol (dólar subvaluado) y estimulantes (subsidios), pero que dejan resacas y “psicoseos” casi insalvables. Sus ingredientes fueron un tipo artificial de cambio congelado hace más de 10 años (lo que abarata mucho la vida), déficits fiscales anuales y subsidios a granel para controlar precios; toda una economía basada en el consumo y minimizando la inversión, sustentada en la quema continua de dólares que le proporcionaban las exportaciones de gas.
Evo y su sucesor sacrificaron exploración (al espantar a los inversionistas) por una política de explotación máxima (¡para la farra!) de lo ya hallado, sin ampliar más la reservas. Y cuando faltaron dólares porque caían las exportaciones de gas y las reservas del Banco Central disminuían peligrosamente, el gobierno cambió el dinero de las AFP por bonos estatales. Y si faltaban aún dólares para la farra y para controlar la inflación el año pasado con subsidios, pues a engrandecer la deuda externa.
Bueno, como ahora ya no hay de donde sacar más dólares es lógico que el tipo de cambio esté sufriendo unas presiones devaluatorias en busca de su valor real y no artificial. Las reservas del Banco Central boliviano no cubren más de 10 días de exportaciones y este ente está tratando de defenderse de la falta de dólares con un tipo más favorable a los exportadores y vendiendo directamente dólares al público para bajar expectativas. Pero eso es como tapar un dique roto con una mano y ya se siente llegar la inundación: el riesgo país ha subido 30% este año, los bonos bolivianos valen el 70% de su valor (o sea, cada 100 dólares en bonos hoy son de 70 dólares), el dólar paralelo es muy superior al oficial y no hay como solventar un déficit fiscal de 6%.
¿Qué dirán los rojos peruanos cuando el dólar reviente a Bolivia?