Por: Aldo Ferrini, Gerente general de AFP Integra
Múltiples propuestas de cambios, desde el Legislativo, tendrían un efecto significativo y en muchos casos hasta irreversible.
Ha pasado ya un año desde que sin llegar a entender muy bien qué era el COVID-19, el expresidente Martín Vizcarra anunciara el inicio de una cuarentena total que estaba destinada a durar 15 días. Las consecuencias de la pandemia son devastadoras: decenas de miles de fallecidos, cerca de 1,5 millones de contagiados, cientos de miles de pérdidas de empleos y un golpe sin precedente en la economía son solo algunos de los efectos del virus que aún convive con nosotros.
La emergencia nos encontró estrenando un Congreso bastante fraccionado que ha terminado siendo, según la opinión pública, incluso peor que el anterior, nos ha dejado hasta ahora tres presidentes y nos acompañará en el proceso electoral más incierto que recuerdo.
En el pasado, a menos de seis meses para terminar el mandato presidencial, tanto el Congreso como el Ejecutivo entraban en un periodo de más calma, aportando iniciativas significativas y dedicándose más a terminar de implementar proyectos ya iniciados.
Por la coyuntura que todos conocemos, este no es el caso en la actualidad. Y si bien la crisis que vivimos amerita que sea diferente, veo con preocupación múltiples propuestas de cambios, desde el Legislativo, que tendrían un efecto significativo y en muchos casos hasta irreversible.
La propuesta de continuar retirando fondos de las AFP para “aliviar los efectos de la pandemia” es una de estas. Dado mi rol en una AFP y el conocimiento que tengo del tema, me enfocaré en este para graficar el riesgo que veo también en otras iniciativas.
Hoy existen en la Comisión de Economía del Congreso alrededor de diez proyectos que buscan aprobar nuevos retiros. Incluso hay bancadas que han presentado más de un proyecto (ineficiencia que pagamos todos los contribuyentes).
Cada uno de esos proyectos se sustenta en la crisis de empleo generada por la pandemia. Evidentemente, esta es real y muy seria. Sin embargo, dichos proyectos desconocen lo siguiente: desde abril de 2020 se han aprobado cuatro iniciativas de retiros (tanto por el Ejecutivo como por el Legislativo).
Entre todas ellas, se ha permitido a más de cinco millones de afiliados retirar parte de sus ahorros de largo plazo para cubrir las necesidades de corto plazo. El monto total retirado supera los S/. 33.000 millones (2.5 veces más de lo que el Estado ha entregado).
El beneficio ha ido tanto a cotizantes (ciudadanos que no perdieron su empleo) como a no cotizantes (los directamente afectados por la crisis). Estos últimos han tenido acceso a retirar el 100% de sus fondos hasta un máximo de 7 UIT (S/ 30. 000). Los nuevos proyectos beneficiarán principalmente a aquellos que tienen empleo o a los que ya retiraron los S/ 30.000, y se dejará de lado a aquellos ciudadanos que resultaron más afectados.
El Congreso de la República es una entidad que debe trascender a los congresistas elegidos por cada periodo. Tiene una gran responsabilidad en forjar el futuro del país con las leyes que propone y aprueba. Con esto no pretendo desconocer la dura realidad actual, pero esta no se puede utilizar de manera ligera para ganar unos cuantos votos y otros efímeros aplausos hipotecando el futuro del Perú y los peruanos.