Por: Alberto Goachet
El Comercio, 4 de mayo del 2024
“Sam Altman, CEO de OpenAI, creador de Chat GPT dijo: “El experimento del teletrabajo terminó”. Creo lo mismo. Aprendimos mucho. Dejémosle el espacio que se merece, pero regresemos a la normalidad”, escribe el Co-CEO de Fahrenheit DDB.
Varios años antes de la pandemia recuerdo que cada vez que iba a las oficinas de mi cliente Movistar me sorprendía al ver en sus paredes afiches donde invitaban a sus colaboradores a tomarse un día a la semana para trabajar desde casa. ¿Qué? ¿Están locos? ¡Van a estar viendo Netflix en lugar de trabajar! Sonaba inverosímil y ni se me pasaba por la mente como una opción interesante para la agencia en la que trabajo. Bien por Movistar, pero mejor seguimos como siempre por esta orilla.
Y llega marzo del 2020 y esa iniciativa dudosa, la cual estaba a millones de kilómetros de distancia de consideración, llegaba como la única forma de sobrevivir frente a una cuarentena forzada de manera indefinida. En menos de 24 horas, las casi 200 personas de la agencia estaban listas para trabajar, no un día a la semana, los cinco días, y hasta a veces los siete. Todo el ecosistema alrededor de la comunicación publicitaria se adaptó y funcionó…con sus pasivos. Presentar ideas creativas por Zoom frente a una audiencia de cámaras apagadas no es el mejor escenario para vender una campaña. Es lo más frío y “mata ideas” que puede haber.
Desde mi punto de vista fue un logro gigantesco el haber seguido funcionando durante el enclaustro forzado de meses y meses, pero vino acompañado de un impacto en la calidad de las estrategias y la creatividad que bajaron de manera dramática. Y así como pasa con diferentes sectores comerciales, creo que la industria publicitaria aún no regresa a los niveles pre-pandemia.
Durante los 4 años que han pasado, el péndulo del trabajo ha ido regresando del remoto a su sitio original, lapresencialidad. Hasta en Sillicon Valley, la meca del mundo digital, Apple, Google y Meta también van en ese camino. Por nuestro vecindario tanto clientes como agencias, estamos en formato híbrido, pero con la gran duda de cuánto es el porcentaje adecuado de uno u otro.
En el caso de la agencia, no ha sido fácil pero ya estamos con 4 días de presencialidad y uno remoto. De alguna manera creemos que, tal cual el primer afiche que vi en las oficinas de mi cliente, un día a la semana es la dosis correcta de trabajo virtual.
Con clásico formato comparativo entre marca 1 y 2, el resultado de este ‘side by side’ nos da el siguiente resultado a favor de ir a trabajar la mayoría del tiempo:
La relación entre las personas es mucho más cercana y colaborativa. El sentido de trabajo en equipo se fortalece y se vive.
Se hace mucho más eficiente la supervisión del trabajo y el ‘coaching’. Sumarse a una reunión para aportar, darle una mirada a un trabajo en desarrollo y soltar una sugerencia, sólo es posible si estamos juntos en un mismo espacio. Inclusive el poder recibir a alguien que te toca la puerta y que te dice: “¿tienes un minuto?” no tiene precio, y no tiene el mismo efecto en un Whatsapp.
La calidad del producto estratégico y creativo es superior cuando se hace cara a cara, con discusiones e intercambios de ideas de manera dinámica y colaborativa y no frente a cámaras, muchas apagadas, y escuchando una y otra vez “hey, estás en ‘mute’” o “díganme si ya se ve mi pantalla”.
El clima laboral, la cultura de una compañía, necesita de la interacción personal, presencial, casual, imprevista, donde vivan y respiren los mismos valores. La virtualidad va erosionando la razón que nos hizo ir a una empresa, los valores que nos inspiraron a elegirla como lugar de trabajo.
Sam Altman, CEO de OpenAI, creador de Chat GPT dijo: “El experimento del teletrabajo terminó”. Creo lo mismo. Aprendimos mucho. Dejémosle el espacio que se merece, pero regresemos a la normalidad, a la calidad, a la pasión y amor al llegar al lugar donde trabajamos en lo que nos gusta, con gente que nos cae bien.