Jaime Spak
Para Lampadia
El pasado jueves 20, Hamas dio un espectáculo grotesco al entregar los cuerpos de cuatro rehenes fallecidos a la Cruz Roja dentro de Gaza.
Desfilaron por los ataúdes, tocaron música de celebración, mostrando carteles y burlándose de los muertos , una madre, sus dos hijos pequeños y un abuelo.
Fue una exhibición cínica y repugnante, un recordatorio de que Hamas y los grupos terroristas en Gaza, no tienen respeto por la vida humana.
Hamás entrego ataúdes con candados que no se podían abrir. Entregaron llaves falladas, adrede, esperando provocar un mayor sufrimiento a Israel.
Incluso entregaron un cadáver de otra persona, que no era la madre de los niños.
Tuvieron que escanear los ataúdes para corroborar que no tenían bombas adentro.
Esto no es una tragedia, que podría confundirse con algo que sucedió accidentalmente.
Esto es maldad, en su más perversa manifestación.
Esto es y seguirá siendo la monstruosidad voluntaria de los terroristas palestinos, con la complicidad de todo un pueblo y la aprobación asquerosa del mundo entero.
En el frío cálculo de la guerra, Hamas ha convertido la vida en moneda de cambio y la muerte en espectáculo.
La entrega de los cuerpos de Shiri Bibas y sus hijos, Ariel y Kfir secuestrados con apenas 9 meses y 4 años, respectivamente no es un acto de “piedad”, sino la culminación de una crueldad metódica que hiere la esencia misma de la humanidad.
Sus cabellos rojos, capturados en videos que conmovieron al mundo, son ahora un símbolo de la perversión que usan a los inocentes como instrumentos de tortura psicológica.
Hamas no solo arrancó a esta familia argentino-israelí de su hogar en el kibutz Nir Oz el 7 de octubre de 2023; los convirtió en rehenes de un juego macabro.
Primero, los exhibió en videos para alimentar el terror: Shiri abrazando a sus hijos aterrorizada.
Luego anunciaron su muerte en noviembre de 2024 sin pruebas, solo para retractarse y prolongar la agonía de sus seres queridos.
Finalmente, utilizaron sus cadáveres como fichas de negociación, negándoles incluso el derecho al duelo.
Los niños fueron ahorcados a los pocos días del secuestro. Cada paso fue calculado para desgarrar no solo a la familia, sino a todo un pueblo que ve en ellos un reflejo de su propia vulnerabilidad.
La bebe Kfir, quien pasó más tiempo en cautiverio que en libertad, encarna la paradoja más amarga: un bebé cuya existencia fue reducida a herramienta de propaganda, despojada de su humanidad.
El padre sobreviviente que después de 15 meses fue puesto en libertad con 40 kilos de menos, nos hizo recordar cuando liberaron a los judíos de los campos de concentración.
No solo perdió muchísimo peso.
No solo perdió a su esposa y sus dos hijas.
No solo perdió a su hermano que se llevaron vivo y lo mataron en cautiverio.
También perdió su alma.
Su mirada hoy está profundamente vacía, hueca, perdida. Ojalá pueda encontrar un solo motivo para querer vivir.
El otro cadáver devuelto es de Oded Lifshitz, de 83 años, un defensor de toda la vida de los derechos palestinos y la paz.
Se dedicó a mejorar las vidas de los palestinos, incluso a llevarlos a hospitales israelíes para recibir atención médica. A pesar de su compasión y activismo, Lifshitz fue secuestrado y asesinado por Hamas durante su ataque del 7 de octubre.
Su trabajo por la paz no significaba nada para los terroristas, que lo apuntaron simplemente por ser judío.
Su trágica muerte pone de relieve la sombría realidad de que Hamas no busca la paz, sólo la destrucción.
Me pregunto:
¿El mundo no se da cuenta que todos los miles de millones de dólares que vinieron de Qatar y de Irán a Gaza, para que los usaron?
Pues para construir una ciudad subterránea y usarla para guardar armas y misiles.
¿Con que propósito? Pues de crear el caos.
Obviamente mientras que, en los países vecinos, se vive sin democracia, y temen que haya una nueva primavera árabe es mejor distraerlos con un conflicto en otro lugar.
Jordania: una monarquía.
Siria: con el dictador Bashar el Assad que fue derrocado.
Egipto: un régimen militar.
Líbano: un país destrozado por Hezbollah.
Irán: una dictadura religiosa.
En Gaza, en lugar de utilizar esos recursos para convertirla en una perla del medio oriente, con buenas escuelas, hospitales, industria, lugar de turismo, se convirtió en un centro del terror.
El mundo ha sido testigo de este despropósito.
El ataque artero del 7 de octubre, que genero más de 1,200 asesinatos a sangre fría, ¿que trajo?
Una respuesta enorme de Israel.
Me pregunto: ¿quién inicio todo esto?
Y ahora lloramos a tanta gente inocente víctimas de la insania de Hamas.
Descansen dulces niños.
Descansen junto a su madre.
Descanse señor defensor de los derechos de los palestinos.
Nadie puede hacerles daño nunca más.
Y aquí arriba, vamos a llorar.
Su recuerdo, para siempre será una bendición.
Lampadia