La Primera Revolución Industrial inició la mayor y mejor transformación de la humanidad. Hasta entonces la gran mayoría de la población vivía prácticamente en la miseria y la esperanza de vida no pasaba de 38 años. Hoy tenemos una esperanza de vida que apunta a los 80 años y las clases medias bajas tienen mejores estándares de vida, en todas las dimensiones, que los que disfrutaban los Papas y Emperadores de hace un par de siglos.
La Revolución Industrial surgió como resultado de un largo proceso de creación e innovación humana que demuestra claramente la importancia de la tecnología y de las mejoras que se derivan de la misma.
En una entrevista con el Washington Post, el historiador Joel Mokyr, autor de un reciente libro, ‘La cultura del crecimiento’, que hemos citado en Lampadia: El sentido común de la modernidad, indica que la razón por la que esta revolución se llevó acabo en Europa y no en China es que en el mundo occidental se desarrolló una cultura única de competitividad científica y progreso intelectual sin precedentes, que se atrevía a cuestionar el conocimiento prevaleciente, mientras que en China se tenía un poder único y una burocracia dominante (los Mandarines) que inhibía la innovación.
Mokyr afirma que en Europa se estudiaba el conocimiento clásico y se empezaba a decir: «La mayoría de estas cosas están equivocadas.» La capacidad de desafiar la sabiduría era irreprimible. Y relativiza la importancia de las ventajas comerciales, los bajos costes laborales o la abundancia de recursos naturales como motores económicos. Más bien destaca la importancia de la educación y la innovación tecnológica y la eficiencia gubernamental como determinantes para el desarrollo sostenido, junto con una cultura pro-crecimiento.
Fuente: dymocks.com.au
Ahora, estamos en una Cuarta Revolución Industrial, la cual está relacionada con la robótica y la inteligencia artificial, entre otras muchas tecnologías disruptivas. Ésta jugará un papel trascendental en la vida de los ciudadanos, empresas y naciones en los próximos años, como en su momento lo tuvo la electricidad y las vacunas. (Ver en Lampadia: Aceleremos el desarrollo del Perú mediante la innovación y Los retos de la Cuarta Revolución Industrial, que junto con otras publicaciones mantenemos para nuestros lectores en nuestra biblioteca virtual, ‘Revolución Tecnológica’.
Todas las revoluciones industriales traen consigo una disrupción económica, política y social. Ésta no es diferente, más bien se piensa que sus impactos y discontinuidades serán mayores a cualquier cosa que hayamos visto antes. Por ello es tan importante que los peruanos no perdamos más tiempo, pues no solo tenemos que superar brechas inmensas en educación, salud, infraestructuras y tecnología; también tenemos que nivelarnos con el mundo más desarrollado para ser parte de los ganadores de la `cuarta revolución industrial’. Ver en Lampadia: Gobernabilidad con un gabinete multipartidario.
Por qué la Revolución Industrial no se dio en China
Ana Swanson
Washington Post
28 de octubre de 2016
Traducido y glosado por Lampadia
Para los historiadores económicos como Joel Mokyr, no hay nada inevitable sobre la increíble riqueza y salud del mundo moderno. Pero si no fuera por una chispa en un pequeño rincón de Europa que encendió la (Primera) Revolución Industrial -que inició increíbles avances en tecnología y estándares de vida a través de la costa del Atlántico Norte en los años 1700 y 1800 y poco a poco en todo el mundo- podríamos estar viviendo la misma desagradable y corta vida de nuestros antepasados de los siglos anteriores.
Mokyr, que enseña en la Northwestern University, se sumerge en el misterio de cómo el mundo pasó de ser pobre a ser tan rico en tan sólo unos cuantos siglos en un libro titulado: «Una cultura de crecimiento: los orígenes de la economía moderna».
Basándose en siglos de filosofía y avances científicos, Mokyr sostiene que hay una razón por la que la Revolución Industrial se produjo en Europa y no, por ejemplo, en China, que había mostrado signos de progreso científico en los siglos anteriores: Europa desarrolló una cultura única de competitividad científica y progreso intelectual que era sin precedentes y no estaba predestinada.
Esta entrevista ha sido editada por su longitud y claridad.
– ¿Por qué es importante considerar esta pregunta: por qué ocurrió la Revolución Industrial?
Es una pregunta que debe hacerse si queremos saber cómo nos convertimos en lo que somos. Los siglos XIX y XX son, en muchos sentidos, los siglos más transformadores de toda la historia humana. Hasta alrededor de 1800, la gran mayoría de las personas en este planeta eran pobres. Y cuando digo pobre, quiero decir que estuvieron al borde de la inanición física durante la mayor parte de sus vidas.
La esperanza de vida en 1750 era de alrededor de 38 a lo mucho, y mucho más baja en algunos lugares. La idea de que hoy viviríamos 80 años, y pasamos gran parte de ellos en ocio, es totalmente inesperada. La clase media baja en las sociedades industrializadas occidentales y asiáticas tiene hoy un nivel de vida más alto que el papa y los emperadores de algunos siglos atrás, en todas las dimensiones. Ese es el resultado de una cosa: nuestra capacidad de comprender las fuerzas de la naturaleza y aprovecharlas para nuestras necesidades económicas.
Si entendiéramos cómo sucedió, entenderíamos la historia humana. Durante miles de años, las condiciones materiales en que vivían las personas cambiaron muy poco. Entonces, de repente, en 1800, sólo se ampliaron.
Eso salió de Europa occidental y de su rama en América del Norte después de 1800. Si no hubiera sido por eso, tú y yo estaríamos mirando una expectativa de vida de tal vez 40 años, y probablemente no estaría bebiendo cappuccino de una máquina y hablando con usted en mi teléfono “smart”. Mira lo que hemos logrado en todas las dimensiones. La tecnología no sólo ha aumentado nuestros ingresos, sino que ha cambiado todos los aspectos de la vida cotidiana.
La pregunta es, ¿era todo esto inevitable? Mi respuesta es, absolutamente no.
– Entonces, ¿por qué ocurrió este dramático cambio? ¿Y por qué empezó en Europa, en lugar de en China?
China tiene un pasado glorioso en sus logros científicos. Y, sin embargo, nunca fueron capaces de convertirlo en crecimiento económico como lo hizo el Occidente. Si nos fijamos en Europa y China en el siglo XIX, Europa está avanzando a una velocidad impresionante. Está construyendo redes ferroviarias, barcos a vapor, fábricas. A principios del siglo XX, China parecía que iba a estar completamente ocupada por las potencias imperialistas. Claramente el desarrollo tecnológico y económico de Oriente y Occidente divergió a partir de 1850. La pregunta de US$ 64,000 es ‘¿por qué?
La gente ha dado respuestas diferentes, y estoy dando la mía. Una forma de pensar en ello es la cultura. Pero decir, «Hey, los chinos tienen una cultura diferente porque eran confucionistas, y los europeos eran cristianos», no lo creo ni por un segundo. Es mucho más sutil y complicado. Yo diría que la cultura no es independiente de las circunstancias políticas e institucionales.
China y Europa son diferentes en muchos aspectos, pero uno es que después de la conquista mongola en el siglo 12, China sigue siendo un imperio unificado dirigido por una burocracia mandarín única. No hay nada que compita o amenace a China. China es invadida por las tribus manchúes en 1644, pero no cambian la estructura del estado. Aprendieron a hablar chino, se vestían como chinos y comían como chinos.
En Europa, nadie logró unificarla, y había una competencia continua. Los franceses estaban preocupados por los ingleses, los ingleses estaban preocupados por los españoles, los españoles estaban preocupados por los turcos. Eso mantenía a todos atentos, que es algo que los economistas reconocen inmediatamente como el modelo competitivo. Para tener progreso, se requiere un sistema que sea competitivo, no uno que esté dominado por un único poder.
Creo que esa es la principal diferencia. No es sólo que China no tenía una Revolución Industrial, no tenía un Galileo o un Newton o un Descartes, gente que anunció que todo lo que se estaba haciendo antes estaba errado. Eso es difícil de hacer en cualquier sociedad, pero era más fácil de hacer en Europa que China. La razón precisamente es porque Europa estaba fragmentada, y cuando alguien dice algo muy nuevo y radical, si el gobierno decide que son herejes y amenaza con enjuiciarlos, empacan su maleta y cruzan la frontera.
Europa crea un mundo competitivo que fomenta la innovación intelectual. Ahí está la Reforma, que afirma que la religión que se tenía hasta entonces estaba equivocada. Lo mismo ocurrió en la astronomía, química, medicina, matemáticas y filosofía. Eventualmente, se filtra hacia debajo de la misma manera como fabricamos textiles y zapatos, y como cultivamos maíz.
Quiero dejar claro, muy pocos historiadores serios piensan que China falló. China quería estabilidad y seguridad, y lograron eso durante mucho tiempo. Los europeos no querían estabilidad. Ellos querían progreso. Por supuesto, la estabilidad de China se ve interrumpida por los europeos que aparecen con barcos y armas más poderosas. Finalmente, China se desmorona bajo el ataque de la modernidad europea. Es una historia muy trágica.
– Su libro habla de cómo la Revolución Industrial resultó de una preferencia por el «conocimiento útil» y una conexión que se forma entre la élite social y el sector productivo de la sociedad. Explique eso.
Entre el viaje de Colón a América en 1492 y la muerte de Isaac Newton en 1727, la agenda de la investigación en Europa cambia. Durante gran parte de la historia humana, la gente estudió la ciencia y los fenómenos naturales, no para hacernos mejorar materialmente, sino para satisfacer la curiosidad. Los antiguos griegos hicieron fantásticos progresos científicos, pero hay pocos casos en los que lo usan para algo específico. De hecho, Aristóteles dice que la ciencia no debe usarse, porque el trabajo es algo para las clases bajas. Las personas ‘aprendidas’ no trabajaban, y los trabajadores no aprendían.
Antes de la Revolución Industrial, los eruditos de Europa cambiaron la agenda. Ellos dijeron: «Mira, debemos estudiar la naturaleza, pero debemos hacerlo para mejorar nuestro bienestar material». Para la gente de hoy, esto suena totalmente obvio. Pero no en el año 1600. Para el siglo XVIII, esto se convirtió en el consenso. Eso es lo que yo llamo la Ilustración Industrial.
No podían resolver muchas de las cuestiones científicas con las que estaban lidiando. Pero siguieron intentando, y en el siglo 19, comenzaron a solucionar algunos problemas. La electricidad es un ejemplo. Durante 100 años, la gente luchaba para tratar de aprovechar su poder. Sin embargo no fue hasta la década de 1860 que se logró controlar la generación eléctrica, y luego aparece Thomas Edison, la iluminación eléctrica y los autos en las calles. Lo mismo sucedió con la comprensión de las enfermedades infecciosas, que es la razón principal por la que la esperanza de vida ha aumentado. Estos avances tomaron mucho tiempo. Pero nunca se dieron por vencidos, y al final lo lograron. Si se piensa en ello, es bastante asombroso.
Ahora, no lo hemos descubierto todo. No puedo decir si vamos a lograr el éxito con la fusión nuclear. Pero de eso se trata, que la naturaleza es comprensible, y podemos entenderla y usarla. Nunca podemos entender el 100 por ciento de ello, pero podemos hacerlo mejor y mejor.
– Hoy en día, en China se habla a menudo de la historia de las invenciones en el país, por ejemplo, de la impresión, la pólvora y la brújula. Y usted menciona que China tenía su propia Iluminación. Entonces, ¿cómo fue diferente?
China fue extremadamente innovadora en su apogeo, que es básicamente bajo la dinastía Song, que terminó en 1279. En ese momento, los viajeros europeos e islámicos se dieron cuenta de que China estaba liderando el mundo en tecnología. Y China tiene una especie de Ilustración. Y, sin embargo, al final, no convirtieron esa innovación en crecimiento económico sostenido.
Creo que la razón fundamental es la posición de China como un único imperio, y también su burocracia, que es un animal único y peculiar. Por un lado, es muy progresista, porque es una meritocracia. En Europa, las personas que estaban en el poder eran los hijos y sobrinos de otras personas en el poder. Pero en China hay un examen, y la gente que obtenía los mejores resultados se elevaba en la administración pública mandarín. Así que pensaría: «Wow, eso es muy progresivo.» Excepto, si miras lo que estaban estudiando para estos exámenes, simplemente estaban regurgitando los clásicos. Era la herramienta perfecta para seguir reproduciéndose como moldes generación tras generación.
En Europa sucedía algo diferente. La gente estudiaba el conocimiento clásico, Ptolomeo, Hipócrates y Arquímedes, y empezaba a decir: «La mayoría de estas cosas están equivocadas.» No se podía hacer eso en China. Si dijiste «Estas cosas están mal», fallaste en el examen. Pero en Europa, la capacidad de desafiar la sabiduría era irreprimible.
En el siglo XVII, los europeos construyeron microscopios, telescopios y barómetros que les permitían estudiar la naturaleza de una manera que los clásicos nunca pudieron. Y se vuelven bastante arrogantes. Hay un filósofo francés a finales del siglo XVI, Pierre de La Ramée, que escribe un libro con el título «Todo lo que Aristóteles ha dicho es incorrecto.» Eso es ‘chutzpah’. Un siglo antes, habría estado encadenado.
Por ejemplo, Aristóteles pensaba que el vacío era imposible. Y un día, los europeos construyen una bomba de vacío. A la única conclusión que se podría llegar es que Aristóteles estaba equivocado. Si se equivocaba al respecto, ¿podría estar equivocado acerca de otras cosas? Claro. Aristóteles pensó que todas las estrellas del cielo estaban completamente fijas; nada se añade y nada se resta. En 1573, un astrónomo danés llamado Tycho Brahe observa una supernova. Había una estrella allí antes, y ahora no lo hay. Así que la gente comienza a ser escéptica, y el escepticismo lleva a lo que yo llamo contestabilidad. Los argumentos se deciden no en la autoridad, sino en la evidencia, la lógica y la prueba matemática.
Eso nos parece perfectamente normal, pero es algo que tuvo que ser aprendido. Es algo que ninguna otra sociedad puede hacer. En otras sociedades, la sabiduría y el conocimiento fueron revelados a nuestros antepasados, y si quieres saber la verdad, tienes que estudiar sus escritos, ya sea la Biblia, Confucio, el Corán o el Talmud.
– ¿Qué implicancias tiene todo esto para nuestro mundo de hoy?
Hay un debate sobre la medida en que todo lo que se puede inventar, ya ha sido inventado. ¿Hemos descubierto todo lo que pudimos o podemos continuar creciendo de la manera que hemos venido haciendo? Tengo una opinión muy optimista. Creo que si quieres resumir el futuro de la tecnología, el breve resumen es: «Todavía no has visto nada».
La razón por la que digo esto es porque la ciencia avanza en parte porque la gente tiene las herramientas para trabajar en los problemas. En los avances científicos del siglo XVII, el microscopio, el telescopio y el barómetro juegan un rol muy importante. Ahora bien, si uno pregunta qué ciencia tiene que trabajar hoy en día, tenemos muchas opciones. Tenemos microscopios que ven el nivel sub-molecular. Tenemos telescopios que ven galaxias que nadie había soñado. Tenemos laboratorios llenos de computadoras. Una computadora puede encontrar agujas nanoscópicas en una pila de heno del tamaño de Montana. La pregunta no es: «¿Qué hacen las computadoras para nuestra investigación?» La pregunta que la gente hace hoy es: «¿Cómo diablos alguien hacía las cosas antes de tener computadoras?»
Lampadia