A partir del 2017, Finlandia se convertirá en el primer país europeo en aplicar un plan piloto mediante el cual los ciudadanos, empleados o no, recibirán una ‘renta básica mensual’. El piloto se llevará a cabo con 2,000 personas desempleadas, seleccionadas al azar, ellas recibirán 560 € mensuales en lugar de sus actuales pagos de seguridad social.
La renta se seguirá pagando incluso si encuentran trabajo o, más sorprendente para algunos, incluso si deciden no buscar trabajo. El experimento durará dos años y tiene como objetivo reducir los altos niveles de desempleo, producto de los impactos de la automatización.
Según un estudio de la Universidad de Oxford (citado en el artículo de El País de España, compartido líneas abajo), el 57% de la fuerza de trabajo humana en los países de la OCDE está en riesgo de desaparecer por la automatización y los avances tecnológicos. “Tenemos la necesidad de integrar a toda la gente desocupada en nuestra sociedad y en lugar de subsidios por desempleo, la renta básica suena como una buena idea”, afirma una investigadora del estudio.
En Lampadia, ya anunciamos que los robots y las computadoras «inteligentes» podrían reemplazar hasta la mitad de la fuerza laboral de Estados Unidos en la próxima década o dos, basándonos en un informe de Bloomberg, publicado en 2015. El informe cita otro estudio de la Universidad de Oxford que identificó más de 700 ocupaciones en riesgo de automatización informática. Ver en Lampadia: El futuro del empleo con Robots e ‘Inteligencia Artificial’. En el artículo reseñamos el libro de Martin Ford (The rise of the robots) que sugiere que «una reestructuración fundamental de nuestras reglas económicas» puede ser necesaria para mitigar el impacto del avance de la robótica y la automatización. Él propone una renta básica mínima garantizada – o «Dividendos de Ciudadanos» – como un paliativo al desempleo.
El punto importante es ver si a través de un mecanismo de ingreso de libre disponibilidad ni rendición de cuentas, se puede promover que los ciudadanos que no tengan empleos tradicionales, empiecen a encontrar otras ocupaciones. Estas pueden ser desde pequeños negocios hasta actividades deportivas o culturales. La idea es que la alta productividad que generaría la ‘cuarta revolución industrial’, permita generar suficientes recursos para financiar programas de este tipo, para que todos los ciudadanos encuentre un sentido de propósito en actividades no tradicionales.
Más allá de las especulaciones más extremas, es muy claro que la propensión de los diversos sectores de la economía por crear empleo serán sustancialmente disminuidos, y la creación de una renta básica universal o un ‘dividendo o bono ciudadano’ empiezan a ser una realidad en Finlandia, por más que sea tan solo un experimento.
El Perú sufre de muchas brechas y atrasos. En la medida que no seamos capaces de cerrarlas o acortarlas sustancialmente en un plazo corto, podremos quedar desplazados de la vida pos revolución tecnológica. Esto significa que si los peruanos entendemos esta amenaza en su debida proporción, debiéramos nuclearnos alrededor de nuestras agendas pendientes para estar preparados ante este cambio sustancial en nuestras vidas. No cerremos los ojos y cosechemos las oportunidades que esta nueva realidad trae a los pueblos responsables. Lampadia
Finlandia, laboratorio mundial de la ‘renta básica universal’
El país nórdico será el primer país del mundo en experimentar en 2017 esta forma de retribución
El País de España
29 de Diciembre de 2016
Glosado por Lampadia
La automatización de la fuerza laboral crece a toda velocidad en el siglo XXI. Y la primera consecuencia es dramática: pérdida de empleos tradicionales que ahora, por un coste laboral cero, son desempeñados por máquinas, como por ejemplo los lavacoches o los camareros que toman la orden en un restaurante. Finlandia ha decidido empezar a prepararse para el futuro, experimentando con nuevas redes de seguridad. El país nórdico será en 2017 el laboratorio mundial de lo que se ha bautizado como la renta básica universal. Es decir, recibir una cantidad de dinero al mes porque sí. Se tenga empleo o no. En un programa piloto que durará dos años, 2,000 ciudadanos recibirán a partir de enero 560 euros al mes solo por existir.
“Para revolucionar algo tan grande, tan tradicional y tan fundamental como son las retribuciones hay que experimentar primero”, señala Roope Mokka, cofundador de Demos Helsinki, el primer think tank independiente de los países nórdicos. En un país calvinista en el que la cultura de la responsabilidad se respira en cada esquina, esta remuneración adicional es vista por expertos, políticos y ciudadanos no como un regalo, sino como una oportunidad para engrasar la economía y animar a la población a iniciar negocios, explica este joven finlandés durante una mesa redonda en Slush, un evento que congrega cada año a centenares de start-ups, compañías e inversores mundiales y que se ha convertido en un acontecimiento clave para la economía finlandesa que hoy por hoy continúa luchando por salir de una profunda recesión.
Pero aún con un horizonte difícil —la Comisión Europea le augura un crecimiento del 0.9% del PIB para el año que viene—, el Gobierno conservador finlandés es pionero mundial en implantar la renta básica. “Los análisis más fiables tardarán en llegar al menos seis años más”, predice el experto. En Oakland (EE UU) serán mil familias las que recibirán 500 euros mensuales y Utretch, en Países Bajos, experimentará también ésta fórmula en 2017. Eso sí, Finlandia es de los pocos países en la Unión Europea (UE) que no goza de un salario mínimo interprofesional, al igual que los países escandinavos. Su PIB per cápita, en cambio, es de los más altos de la Unión incluso en tiempos convulsos: 38,200 euros en 2015 (año en el que el déficit alcanzó el 2,8% del PIB) frente a los 23,200 de España, según la página web datosmacro.
Empleos más caros
Para que la idea de renta básica que a muchos les puede parecer utópica se convierta en realidad lo que se necesita es financiación. El experto sostiene que lo primero que las empresas y los Gobiernos deberían hacer es asegurar que “los trabajos se paguen caro”, además de llevar a cabo una reforma en el sistema impositivo que grave aún más a las rentas altas. “La propiedad inutilizada, bienes, deficiencia energética, edificios… hay muchas cosas a las que se le pueden aplicar más impuestos”, enumera Mokka de forma improvisada aunque con un gran conocimiento de lo que habla.
Un estudio de la Universidad de Oxford, de enero 2016, muestra que el 57% de la fuerza de trabajo humana en los países de la OCDE está en riesgo de desaparecer por la automatización y los avances tecnológicos. “Tenemos la necesidad de integrar a toda la gente desocupada en nuestra sociedad y en lugar de subsidios por desempleo, la renta básica suena como una buena idea”, defiende Juhana Aunesluoma, director de investigación de estudios europeos en la Universidad de Helsinki desde una sala en el Ministerio de Exteriores. Algo que no le pareció a Suiza el pasado junio cuando rechazó mediante referéndum esta iniciativa.
Pero los Gobiernos —especialmente los del sur de Europa— están hasta cierto punto “obsesionados”, dice Mokka, con llegar al pleno empleo en detrimento de la búsqueda de alternativas para que el dinero entre en los hogares (y en el sistema) y para que los desempleados por la automatización del trabajo se mantengan ocupados y reinviertan su tiempo. Lampadia