El Internet y, particularmente, el smartphone parecen obstaculizar nuestra capacidad para administrar y equilibrar nuestro tiempo, energía y atención, y pueden ser adictivos. La sobrecarga digital puede ser un problema. Durante todo el día, las personas reciben mensajes y notificaciones en las computadoras, tablets y smartphones.
Esta cultura de conexión constante tiene un costo tanto profesional como personal. Muchas veces perdemos el tiempo, atención y energía en información e interacciones relativamente sin importancia, manteniéndonos ocupados, pero produciendo poco valor. Como han demostrado Clifford Nass y sus colegas de la Universidad de Stanford, las personas que hacen varias cosas a la vez regularmente no prestan atención, no asimilan bien ni administran sus tareas, al menos no tanto como aquellos que se enfocan en una cosa a la vez.
El resultado es una reducción en la productividad y compromiso, tanto en la oficina como en el hogar.
Pero el Smartphone es lo más preocupante. Nunca antes un dispositivo ha combinado todos los elementos de los medios de comunicación modernos: telefonía, mensajes de texto, música, video, internet, redes sociales, videojuegos, e incluso inteligencia artificial activada por voz. Edison Research, en una encuesta del año pasado, de aproximadamente 2,000 estadounidenses mayores de 12 años, descubrió que tres cuartas partes tenían Smartphones, solo nueve años después de la presentación del primer iPhone. Según Pew, un equipo de investigación, casi la mitad de los adultos estadounidenses dicen que no podrían vivir sin sus Smartphone. En dos estudios recientes, se descubrió que los adultos jóvenes usan sus Smartphone más de 80 veces al día (ver tabla).
Las sociedades están tratando de abordar el problema. Ahora, como afirma el Financial Times, Silicon Valley ha tomado el primer paso: admitir que tienen un problema. Pero hay un problema (o contradicción): las compañías de Internet como Google, Facebook y Twitter necesitan atraer la atención de los consumidores hacia los ingresos publicitarios.
Por ejemplo, una extraña similitud entre las próximas actualizaciones del iOS 12 y el Android P es: Nuevas herramientas para frenar nuestra creciente dependencia de nuestros smartphones. Así es como las gigantes compañías de tecnología móvil intentarán que pasemos menos tiempo en nuestros móviles. Y no es solo Apple y Google. Facebook ha confirmado que está trabajando en una función que les mostrará a los usuarios cuánto tiempo está utilizando (o desperdiciando) en la aplicación e Instagram también tiene una herramienta similar en sus planes.
Las aplicaciones de terceros para administrar el tiempo que pasamos en nuestros smartphones han existido durante años, pero ahora parece haber una comprensión colectiva por parte de los propios creadores de tecnología que todo este tiempo mirando las pantallas podría no ser tan bueno para nosotros.
Parte del problema es que todavía no comprendemos del todo cómo los smartphones están cambiando nuestros hábitos y nuestra manera de pensar. El primer iPhone salió en 2007, y las aplicaciones y el acceso a la web han existido por poco tiempo, lo que dificulta la organización de cualquier estudio a largo plazo.
Ciertamente, hay cierta evidencia de que estamos siendo dependientes de las redes sociales, el acceso a Internet y los juegos móviles diseñados para que los usemos más (y tal vez gastemos un poco más en el camino). Las notificaciones pueden actuar como ‘recompensas’ en el cerebro, por lo que a menudo nos encontramos inconscientemente buscando el móvil.
El resultado final puede ser un menor número de interacciones cara a cara y períodos de atención más cortos, pero los intervalos de tiempo en los que estamos usando nuestros teléfonos están causando incluso más problemas. La luz azul emitida por los dispositivos modernos se enreda con nuestros ritmos circadianos, poniendo en peligro nuestros patrones de sueño y aumentando el riesgo de todos los problemas de salud asociados con no obtener suficiente tranquilidad.
Sin embargo, uno de los problemas es que las mismas empresas que están tomando acciones para resolver este problema dependen, en gran parte, del aumento de las interacciones en las plataformas digitales para recibir mayores ingresos. Entonces, como afirma el Financial Times, “Es probable que los inversionistas vean un conflicto de intereses. (…) Las empresas de Internet alentarán a sus millones de usuarios para que aparten la vista de sus aplicaciones solo hasta que los accionistas comiencen a preocuparse por el impacto en los ingresos.”
Las aplicaciones que buscan mantener la concentración y reducir las distracciones han existido por mucho tiempo, por supuesto. Sin embargo, es revelador que las empresas de tecnología más grandes del mundo, las que diseñan nuestro software para dispositivos móviles, ahora se tomen en serio la tarea de ayudar a los usuarios a mantener un equilibrio sano entre la vida y la conectividad. Lampadia