Fernando Ortega San Martín, MBA
Chair del Nodo Perú – The Millennium Project
Para Lampadia
Quizás a algunos les sorprenda el título de este artículo, e incluso piensen que hay un error, pues hablamos de la Quinta Revolución Tecnológica (5RT) cuando aún estamos viviendo, o sufriendo, la Cuarta (4RT).
En realidad, la 5RT está prácticamente a la vuelta de la esquina. El paso de la 4RT a la 5RT ocurrirá cuando se dé el fenómeno de la Singularidad Tecnológica, que será el momento en que la Inteligencia Artificial (IA) equipare las características de la mente humana. Y eso posiblemente acontecerá alrededor del año 2030, aunque algunos esperan que sea bastante antes, y no les falta razón.
Hoy en día ya se dispone de más de 2000 aplicaciones de IA vía internet, la gran mayoría de ellas en fase beta, disponibles gratuitamente para que los potenciales usuarios las conozcan y prueben. Las hay de todos los tipos, para empresas, estudiantes, diseñadores gráficos, desarrolladores de software, artistas, e incluso para simplemente entretenernos. La IA va, poco a poco, haciéndose omnipresente.
Ya nadie duda que su mayor impacto será sobre el empleo. Ya en mi anterior artículo expliqué por qué no deberíamos tener muchas esperanzas en la capacidad de las nuevas tecnologías para generar mayor número de puestos de trabajo que los que destruyan. Sorprende entonces que haya aún “opinólogos” que hablen del «bono demográfico», es decir que es una “bendición” que una mayor parte de la población se concentre entre las edades de la PEA (15 a 59 años). Parece que no se dan cuenta que, tras la reorientación de las inversiones como resultado de la pandemia de COVID, en América Latina tenemos más de 30 millones de «ninis» (jóvenes entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan), cifra que en los próximos años aumentaría significativamente si añadimos un tercer «ni»: ni cuentan con conocimientos tecnológicos mínimos para aprovechar las nuevas tecnologías.
En un mundo que se moverá impulsado por la IA y los multiversos (de los que trataré en un próximo artículo), el reto de creación de empleo para América Latina será enorme, si no logra elevar la calidad de la educación en los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y en el desarrollo de la creatividad, elementos esenciales para generar innovaciones.
A inicios del presente siglo, China hizo una jugada magistral: contrató a Edward de Bono, el creador del “pensamiento lateral”, para que diseñara un modelo de enseñanza basado en el desarrollo de la creatividad, que abarcara todos los niveles educativos, desde inicial hasta la universidad. ¿El resultado? Hoy China lidera todas las estadísticas de solicitudes de patentes de invención y de modelos de utilidad, según la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés). Les tomó alrededor de 20 años, pero valió la pena el esfuerzo.
Resulta claro a estas alturas de avance del Siglo XXI, que, si el Perú quiere convertirse en un actor global y generar oportunidades para su población joven, tiene que concentrarse básicamente en tres campos:
- Educación tecnológica: el teléfono celular es un arma indispensable para generar dinero, y con las nuevas herramientas basadas en IA, cada vez será más sencillo montar un emprendimiento en el mundo virtual, incluso con “delivery” al mundo físico.
- Creatividad: La competencia es cada vez más dura y “lo novedoso” dura muy poco, pues en poco tiempo salen al mercado las imitaciones. Por lo tanto, se requiere que los jóvenes aprovechen su interacción con la IA para ir generando nuevos modelos de negocios, productos y servicios. Pero verdaderamente “nuevos”, eso significar innovar, y proteger esas innovaciones con patentes y modelos de utilidad. Tarea muy difícil, porque, según la WIPO, el Perú es uno de los países con los más bajos índices de solicitudes de patentes por cada 100,000 habitantes.
- Gestión del conocimiento: Desde hace ya años, todas las actividades humanas se caracterizan por generar “datos”, que bien recogidos y sistematizados se convierten en información y si son adecuadamente analizados, en conocimiento, que debe ser de acceso libre y transparente, para identificar las necesidades y cuantificar las demandas. La IA requiere ser alimentada con información, de hecho, no la llamaría “inteligencia” aún, porque está basada en el conocimiento colectivo, que es sistematizado y recombinado, y presentado como “nuevo”.
En conclusión, no tenemos muchas opciones para construir un camino capaz de llevarnos con cierto éxito a la 5RT. No quisiera estar en los zapatos de los gobernantes del Perú de la próxima década, si es que no actuamos ya, porque con millones de jóvenes “nininis”, ¿qué podrán hacer? Lampadia