Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 26 de abril de 2019
Para Lampadia
La “p” minúscula y la “u” sin acento son cosas de la internet. En todo caso, son cuestiones de forma. En el fondo, lo que queremos es la transformación digital del Estado. Un Estado más electrónico. Más interconectado. Más “on-line”. Un Estado más rápido. Más austero. Más servicial.
Es cuestión de decisión política. Estamos en plena era digital. La “Internet de las Cosas” – “Internet of Things” (IoT) por sus siglas en inglés. – está con nosotros para quedarse, y para evolucionar a ritmo vertiginoso. Nuestra juventud está recontra involucrada en ella. Tenemos comercio electrónico y comunicaciones virtuales por todos lados. Tenemos criptomonedas, vehículos sin conductor, sistemas de reconocimiento facial, cirugía humana por internet, robótica, drones, y mil otras aplicaciones digitales más.
El objetivo en el caso de “e-peru.com” es cero papeles en el Estado. Cero copias certificadas. Cero sellos y firmas de puño y letra. Cero colas interminables. Y – lo más importante de todo – cero coimas.
El ejemplo a seguir es la lejana Estonia. Un sufrido país que formó parte de la Unión Soviética, y que – liberado del yugo comunista – emprendió un extraordinario proceso de desarrollo y modernización basado en la democracia política, la economía de mercado, y la transformación digital del Estado.
Hoy Estonia es la sociedad digital más desarrollada del mundo. Desde su nacimiento, los bebitos reciben su e-identidad, y a partir de allí toda la tramitología de los estonios es digital. La salud, la educación, los registros civiles, los títulos de propiedad, todas las licencias y permisos, la creación de empresas, las elecciones políticas… ¡todo es digital! Incluso los procesos judiciales, y las compras y contrataciones del Estado.
Obviamente, han desarrollado tecnologías de avanzada – muy seguras – para contrarrestar los hackeos informáticos. Sí pues, la corrupción y la criminalidad están en todas partes. ¡Hasta en el ciberespacio! Pero lo cierto y concreto es que – a pesar de ello – no existe tecnología más confiable y efectiva para combatir la corrupción, y mejorar la competitividad de un país, que la digitalización del Estado.
En el Gobierno Regional de Ica – durante la gestión anterior – avanzamos mucho a este respecto. Digitalizamos los trámites documentarios, lo cual nos permitió reducir los tiempos de atención a los ciudadanos. Digitalizamos la gestión hospitalaria. Gracias a ello – y al orden y disciplina que impusimos – eliminamos las colas para consultas externas, y mejoramos mucho el servicio a los pacientes. Asimismo, digitalizamos la tramitación de las licencias de conducir, con lo cual desarticulamos las mafias de los brevetes. Realmente fue una experiencia muy aleccionadora y gratificante.
El problema es que la actual gestión regional está desandando todo lo avanzado en esta materia. Obvio. A la corrupción no le conviene la digitalización. Los corruptos medran del maltrato. Las colas son su botín. La digitalización detecta a los médicos que abandonan los hospitales en horario de trabajo. Las cámaras de video registran a los que desaprueban los exámenes de manejo. La digitalización señala a los malos funcionarios que demoran – a propósito – los trámites burocráticos.
Moraleja: La transformación digital del Estado es muy buena para los ciudadanos. Pero muy mala para los funcionarios corruptos e inoperantes. Así es el tema. Por ello, para combatir la corrupción e inoperancia del Estado ¡vamos con “e-peru.com”! Lampadia