A estas alturas ya sabemos que la única manera de reducir la pobreza es con crecimiento económico, que la inversión privada es el motor del crecimiento y que, a su vez, solo el trabajo productivo puede hacer sostenible la superación de la pobreza, no así el asistencialismo, por más justo y urgente que este pueda ser. En nuestro anterior informe Diez millones de peruanos adecuadamente empleados, ya hemos visto como se viene dinamizando la creación de empleo en el Perú.
Ahora queremos destacar el impacto del crecimiento en la reducción de la pobreza. La relación entre el crecimiento económico y la pobreza (que los economistas llaman elasticidad crecimiento/pobreza), ha aumentado sostenidamente durante los últimos años, habiendo llegado a triplicar su efecto.
Según estudios del INEI, el MEF y el BCR, entre 1994 y 1998, por cada punto porcentual (1%) que crecía el PBI, la pobreza se reducía en solo 0.43%. Durante la última década por cada punto (1%) de incremento del PBI la reducción de la pobreza se dinamizó desde una disminución de 1% hasta llegar en el 2010 a una reducción de 1.7%, una relación magnífica. Hace pocos años en un CADE en Trujillo, se consideraba que la débil relación de 1 a 0.5 (crecimiento/pobreza) era una trampa que hacía dudar del camino del crecimiento como fuente de la disminución de la pobreza.
Hoy es notoria la fuerza de nuestro crecimiento y la velocidad de reducción de la pobreza. Por ejemplo, en el último informe social de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) se destaca el éxito del Perú en el tema de pobreza, ubicándose como el tercer país de la región donde más cayó aquella en el 2011.
El informe titulado «Panorama social de América Latina 2012» resalta además que el Perú logró reducir la pobreza de 31.3% en el 2010 a 27.8% en el 2011. Vale recordar que en el 2004 la pobreza se situaba en 58.7%. Ver el siguiente cuadro 1.
Los ingresos por trabajo, según la CEPAL, han sido los más determinantes para explicar la variación de los ingresos en los hogares pobres peruanos. Mientras el Perú redujo su tasa de pobreza en 3.5%, los demás países latinoamericanos lo hicieron en promedio en solo 1.6%. Recordemos que solo hasta hace pocos años nuestra performance económica era la peor de la región. Ver cuadro 2.
Este es un proceso muy positivo que debemos fortalecer, precisamente, por lo que aún falta lograr. Lamentablemente hay gente, que, ante lo que está por hacerse, pretende desandar el camino. Cuidado, hay que mantener el crecimiento económico, el ritmo de la inversión privada y la creación de trabajo productivo.