La verdadera historia de los últimos 25 años trae sorprendentes mejoras en la salud, bienestar y el nivel de vida de todo el mundo, especialmente de las personas más pobres. Desde 1990, gracias a una reducción del 50% en las tasas de mortalidad infantil, han vivido 122 millones de niños que de otro modo habrían fallecido.
Sin embargo, no solemos ver estas cifras en el día a día. Más bien, vemos lo malo que sucede en el mundo y creemos que está empeorando, lo cual es completamente falso. Este fenómeno lo explicó el difunto Hans Rosling, profesor de estadísticas en Suecia y creador de “Gapminder”, en su video: Hans Rosling y Ola Rosling: Como no ser ignorantes del mundo, donde nos ilustran lo poco que los seres humanos sabemos de nuestra realidad. Para ello, hacen algunas preguntas a gente común, a profesores de universidades y a periodistas. En todos los casos se aprecia como nuestros prejuicios, mitos, o simple ignorancia, nos alejan de interpretar la realidad correctamente. (Este ejercicio es parte del “Ignorance Project” de Gapminder Foundation).
Rosling nos dice que es por un instinto de negatividad que notamos lo malo, más que lo bueno. Y describe tres fenómenos que lo explican:
- La idealización del pasado
- Los reportajes selectivos de periodistas, activistas y lobistas
- Llevarnos por sentimientos sin analizar información
En el Perú, más allá de la cotidiana distorsión de la realidad que siembran muchos medios, se escriben libros y artículos para sustentar lo mal que nos va en temas institucionales, desconociendo los avances económicos y sociales y devaluando las políticas públicas que permitieron dichos avances. Por ejemplo:
- Qué se puede hacer con el Perú, de Piero Ghezzi y José Gallardo
- El Perú está calato, de Carlos Ganoza Durant y Andrea Stiglich Watson (que en Lampadia disputamos con nuestro ensayo, ¡Qué “calato” … ni que ocho cuartos!
- ¿Hortelanos o republicanos?, de Alberto Vergara, que manipula su análisis afirmando que quienes hablan de la inversión y el crecimiento, no se preocupan por la educación y las mejoras institucionales.
En esta segunda visita a Factfulness queremos ayudar a nuestros lectores, a entender por qué tenemos lecturas equivocadas sobre la realidad. Ver nuestro primer despacho: El mega error de que «el mundo está empeorando».
Para superar el ‘Instinto de Negatividad’
De Factfulness
Hans Rosling con Ola Rosling y Anna Rosling Rönnlund
Abril, 2018
Traducido y glosado por Lampadia
Es muy difícil ver las mejoras mirando desde una ventana. Estas se dan más allá del horizonte. Pero hay algunas señales que puedes sintonizar, si prestas atención. Escucha cuidadosamente, ¿puedes escuchar a un niño practicando con la guitarra o el piano? Ese niño no se ha ahogado en la pobreza y, en cambio, está experimentando la felicidad y la libertad de hacer música.
El objetivo de tener mayores ingresos no se trata de tener montañas de dinero. El objetivo de tener vidas más largas no es solo lograr tiempo extra. El objetivo más importante del desarrollo es tener la libertad para hacer lo que queramos: la cultura y la libertad.
Los objetivos del desarrollo, pueden ser difíciles de medir, pero la cantidad de guitarras per cápita puede ser un buen proxi. Y, ¡cómo ha mejorado!. Con estadísticas tan lindas como esta, ¿cómo puede alguien decir que el mundo está empeorando?
I. El Instinto de Negatividad
Es por nuestro instinto de negatividad que notamos lo malo, más que lo bueno. Acá intervienen tres fenómenos: la idealización del pasado; los reportajes selectivos de periodistas, activistas y lobistas; y llevarnos por sentimientos sin analizar información.
- La idealización del pasado
Los mayores siempre han afirmado que las cosas ya no son lo que eran, implicando algo que genera apreciaciones erróneas. La mayoría de las cosas estaban peor que hoy, no mejor, pero es muy fácil para los seres humanos olvidar cómo era el pasado.
[Por ejemplo, en el Perú ya nos hemos olvidado cómo era la vida con hiperinflación y terrorismo].
Por alguna razón, evitamos recordarles y comentarles a nuestros hijos, las miserias y brutalidades del pasado.
- Reportajes selectivos de periodistas, activistas y lobistas
Todos somos sujetos de eternas cascadas de noticias negativas desde todo el mundo: guerras, hambrunas, desastres naturales, errores políticos, corrupción, cortes de presupuestos, enfermedades, despidos masivos y terrorismo. Si algún periodista reportara sobre aviones que no cayeron, o sobre cosechas que no fallaron, perderían sus puestos. Las historias sobre mejoras graduales rara vez aparecen en las carátulas, así se den en una escala dramática e impacten en millones de vidas.
Con las nuevas tecnologías y la mayor libertad de prensa, hoy escuchamos sobre más desastres que nunca antes. Por ejemplo, hace algunos siglos y décadas atrás, no nos enterábamos de las matanzas de los colonizadores; o de las hambrunas y muertes de la planificación central en China, mientras en Europa, algunos jóvenes ondeaban banderas comunistas, sin saber lo que pasaba; o de la destrucción de especies y ecosistemas completos. Hoy nuestra vigilancia sobre el sufrimiento ha mejorado tremendamente. Pero la multiplicación de los reportajes negativos crea la impresión de la multiplicación de desastres y de otros fenómenos negativos.
Al mismo tiempo, los activistas y lobistas se manejan hábilmente para alimentar las tendencias de las cosas malas en el mundo, aún cuando las tendencias generales mejoren con claridad, asustándonos con exageraciones y profecías alarmantes.
[Por ejemplo, en el Perú, durante los últimos 25 años, mientras la minería adoptaba los mejores estándares internacionales de cuidado ambiental, los activistas anti-minería sembraban la falacia de la multiplicación de daños ambientales producidos por la minería moderna].
- Llevarnos por sentimientos sin analizar información
Hay algo más. Yo me pregunto ¿qué piensa realmente la gente cuando dicen que el mundo está empeorando? – Mi creencia es que ellos no están pensando, sino sintiendo. Cuando dices que el mundo mejora, se asume que se dice que todo está bien, pero tu sabes que muchos problemas importantes no se han resuelto.
Efectivamente, no todo está bien. Tenemos que seguir atentos. Mientras sigan ocurriendo cosas terribles, no podemos relajarnos.
Pero es igualmente ridículo y estresante dejar de mirar el progreso alcanzado.
[En el Perú, más allá de la cotidiana distorsión de la realidad que siembran muchos medios, se escriben libros y artículos para sustentar lo mal que nos va en temas institucionales, desconociendo los avances económicos y sociales y devaluando las políticas públicas que permitieron dichos avances. Por ejemplo:
- Qué se puede hacer con el Perú, de Piero Ghezzi y José Gallardo
- El Perú está calato, de Carlos Ganoza Durant y Andrea Stiglich Watson (que en Lampadia disputamos con nuestro ensayo, ¡Qué “calato” … ni que ocho cuartos!
- ¿Hortelanos o republicanos?, de Alberto Vergara, que manipula su análisis afirmando que quienes hablan de la inversión y el crecimiento, no se preocupan por la educación y las mejoras institucionales.]
Cuando la gente, equivocadamente, piensa que nada mejora, puede concluir que lo que venimos haciendo hasta ahora, no funciona, y pierden confianza en las medidas que sí funcionan.
¿Cómo controlar el instinto de negatividad?
¿Cómo podemos ayudar a nuestro cerebro a reconocer que las cosas están mejorando, cuando todo nos señala que las cosas están empeorando?
- Malo y Mejor
La solución no es propalar más noticias buenas. Para mi, la solución es persuadirme de albergar en mi cabeza, dos pensamientos al mismo tiempo. Cuando alguien dice que las cosas mejoran, no debo asumir que puedo relajarme o mirar a otro lado.
Piense en el mundo como si fuera un bebe prematuro en una incubadora. Sus indicadores son muy malos. Pero una semana después, está mejor. Está mejorando, pero aún debe mantenerse en la incubadora, pues su salud sigue siendo crítica.
- ¿Hace sentido decir que el bebe está mejorando? Definitivamente sí.
- ¿Hace sentido decir que está mal? Sí.
- ¿Hace sentido decir que está mejorando y que podemos relajarnos? No, en lo absoluto.
Ambas respuestas son correctas, está mal y mejor al mismo tiempo.
Así es como debemos pensar del estado actual del mundo.
- Esperemos las malas noticias
Algo que también ayuda a controlar el instinto de la negatividad es esperar, constantemente, las malas noticias.
Acuérdate que los activistas y lobistas se apoyan en los dramas para captar tu atención.
Cuando escuches algo muy malo, cálmate preguntando si ante un evento positivo de igual impacto, ¿lo habrías escuchado? Recuerda que las noticias buenas no te alcanzan, tu debes encontrarlas.
Así podrás escuchar las malas noticias sin ser arrastrado diariamente a una distopía (utopía negativa).
- No censures la historia
La evidencia de un terrible pasado, es un gran recurso. Puede ayudar a apreciar lo que se tiene hoy, y darnos esperanza que las nuevas generaciones seguirán la tendencia de mejoras.
Durante mi vida, mi país, Suecia, mejoró desde la pobreza al mayor nivel de desarrollo del planeta. Las mismas mejoras se están dando hoy alrededor del mundo. Muchos países están mejorando más rápido de lo que Suecia hizo jamás. Mucho más rápido.
“Si en tu cabeza el mundo todavía empeora, tengo 32 mejoras adicionales que mostrarte”.
Sobre cada tema que veremos en los siguientes gráficos puedo comentar algo similar a lo que comenté sobre la pobreza y la esperanza de vida. Sobre muchas de estas mejoras la gente es más negativa que sobre la realidad.
II. Veamos primero 16 cosas terribles que están desapareciendo o mejorando:
III. Veamos ahora 16 cosas maravillosas que han mejorado:
Lampadia