Se estima que los millennials serán casi el 50% de la fuerza laboral para 2020 y todavía tenemos mucho que aprender de la generación más grande y con mayor influencia en el mundo. Las diferencias generacionales han sido durante mucho tiempo un factor importante en la política de los Estados Unidos. Estas diferencias son cada vez más grandes y tienen el potencial de dar forma a la política en el futuro.
Desde temas de inmigración y raciales, hasta de política exterior y gobernanza, las dos generaciones más jóvenes, millennials y Gen X, se distinguen de la generación más antigua, los Baby Boomers. El aumento de la diversidad racial y étnica de los grupos de generaciones más jóvenes explica algunas de estas diferencias generacionales. En EEUU, más del 40% de los millennials no son blancos, la proporción más alta de cualquier generación adulta. Por el contrario, los baby boomers son 79% blancos. Pero incluso teniendo en cuenta la mayor diversidad de las generaciones más jóvenes, los millennials, expresan opiniones más liberales sobre muchos temas y tienen inclinaciones demócratas más fuertes que generaciones anteriores.
Según un reciente artículo de The World in 2019, una publicación de The Economist, estas diferencias de las generaciones se reflejan en las preferencias políticas. Los índices de aprobación de Donald Trump y su antecesor, Barack Obama, difieren notablemente de una generación a otra. Solo el 27% de los millennials aprueba el desempeño de Trump, mientras que el 65% lo desaprueba, según las encuestas del Centro de Investigación Pew realizadas en el primer año de Trump como presidente. Por otro lado, Trump tiene mejor aprobación con los Baby Boomers.
Los millennials son inclusivos, abiertos al mundo, creyentes en la ciencia y la tecnología y, sobretodo, muy conscientes de la desigualdad y preocupados por la pobreza en el mundo. Hay dos puntos que diferencian mucho a esta generación de las anteriores:
1. Los millennials se interesan en causas
Los jóvenes están realmente interesados en temas desde el cambio climático, el matrimonio entre personas del mismo sexo y temas de identidad de género. También están cada vez más preocupados en la consciencia social, la pobreza, la igualdad de género, entre otros.
2. Los millennials adoptan un enfoque digital
Cuando los jóvenes quieren expresarse, ser escuchados, organizar a otras personas, siempre van primero a medios digitales, ya sean peticiones, donaciones, foros de discusión, lo digital es el primer punto de contacto para los jóvenes cuando se trata de política.
Quizás una de las cosas más resaltantes es lo eficaces que pueden ser los millennials para dinamizar la opinión pública y utilizar las redes sociales. Están llegando a la mayoría de edad en una era en la que la participación ciudadana está floreciendo y los movimientos de masas están emergiendo nuevamente. Involucrar a esta generación como ciudadanos activos en lugar de consumidores pasivos de medios de comunicación puede traer grandes cambios en el futuro. Son una generación que cree en el compromiso cívico y tiene confianza en su capacidad de influenciar el debate político. En el mundo, y en el Perú, necesitamos ambas cosas. Lampadia
La Siguiente Generación
Jonathan Rauch, Brookings Institution
Rauch es autor de «La curva de la felicidad: por qué la vida mejora después de los 50s» (Green Tree, 2018)
The World in 2019, The Economist
Traducido y glosado por Lampadia
¡Una generación para gobernarlas a todas! Los baby boomers, nacidos entre 1946 y 1964, han sido la cohorte más numerosa de EEUU durante más de cinco décadas. Los cuatro presidentes desde 1993 han sido de esa generación. Pero, en 2019, terminará su turno en la cima del poder.
Las generaciones son conceptos blandos, pero con definiciones ampliamente aceptadas, el Pew Research Center considera que 2019 es el año en que los baby boomers serán superados en número. El grupo que los desplazará como la cohorte más grande, los llamados millennials, es muy diferente.
The Economist
Al crecer en la cima del éxito e influencia en Estados Unidos, y triunfantes en sus cruzadas por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam, los boomers se sintieron con derecho a gobernar. Con frecuencia confrontacionales y moralistas, se inclinaban a ver la política en términos apocalípticos y libraban guerras culturales primero contra generaciones anteriores y luego dentro de las suyas propias. Asistieron a la universidad más que cualquier cohorte anterior y sirvieron menos en las fuerzas armadas. Rebeldes de jóvenes, se volvieron ultra protectores como padres. Establecieron el Estado de Bienestar y los beneficios de pensiones para sí mismos, cargando a sus hijos con deudas gubernamentales insostenibles.
Los Millennials, nacidos entre 1981 y 1996, crecieron en un planeta diferente. Traumatizados por el 11 de septiembre, la crisis financiera y los simulacros de ataques en la escuela, y observando el poder relativo de su país en declive, han sido descritos como idealistas pragmáticos: esperanzados en mejorar el mundo, pero sin la racha mesiánica de los boomers. Son la primera generación que se siente como en casa en el mundo digital, pero también la última en recordar haber realizado proyectos de investigación en bibliotecas físicas.
En comparación con sus padres, están menos apegados a los partidos políticos y son más liberales socialmente. El matrimonio interracial, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la marihuana legal no les causa problemas. Y son más diversos desde el punto de vista racial: el 56% de ellos son blancos, según Pew, frente a casi las tres cuartas partes de los boomers. También son menos religiosos.
Sus puntos de vista sociales progresistas ya están forzando el cambio sobre las corporaciones y la cultura. Los Millennials esperan que las empresas sean locales, verdes y socialmente conscientes. No necesariamente esperan poseer casas y autos. Como demostraron un efecto poderoso en el movimiento #MeToo, no toleran las prácticas sexuales y laborales que sus padres daban por sentado.
Y a ellos no les gusta el presidente Donald Trump: su índice de aprobación está estratificado por edad, y los millennials son quienes más lo desaprueban. Con su diversidad racial y sus opiniones de izquierda, los millennials tienen los números para restablecer la política estadounidense.
¿Pero cuando? A diferencia de los boomers, que acuden a las cabinas de votación, los millennials se quedan en casa. En las elecciones presidenciales, solo la mitad fue a votar. Aunque su parte de la población elegible para votar pronto superará a los «baby boomers», su influencia se queda muy por detrás. Los Boomers pueden mantener control del escenario por mucho tiempo después de que su acto se haya estancado. Lampadia