“En el Perú se ha producido un largo proceso de domesticación de plantas y animales que ha durado al menos diez mil años y de ninguna manera se ha interrumpido, porque continúa en la actualidad. Nuestro país es uno de los centros mundiales de origen de la agricultura y la ganadería”, sostiene Antonio Brack en su libro Perú Legado Milenario.
El hombre llegó a los Andes hace unos 20,000 años, desde entonces inició un largo proceso de adaptación y de transformación de su entorno para desarrollarse. La domesticación de plantas y animales fue una de las tareas primordiales que le permitieron alcanzar el sustento, base para la construcción de una civilización compleja.
Como sostiene Ruth Shady, la descubridora de Caral, “Con esa estructura social, los grupos humanos tejieron redes y manufacturaron embarcaciones para el aprovechamiento de los recursos marinos, fluviales y lacustres y domesticaron variadas especies vegetales, como papa, achira, camote, racacha, oca, quinua, quihuicha, kañihua, olluco, frijol, pallar, zapallo, algodón, calabaza, maíz, entre otras, o animales, como llama, alpaca, cuy, etc. Posteriormente, bajo la organización de las autoridades políticas y la producción de conocimientos por los especialistas, la transformación del paisaje fue mayor, aplicaron a los suelos tecnologías apropiadas” para hacerlas productivas, desde complicadas técnicas de conservación de agua e irrigación, así como el aprovechamiento de terrazas (andenes).
Existen cerca de 4,400 plantas nativas utilizadas por el hombre para 49 fines distintos. “182 de las cuales están domesticadas y 1,700 que se cultivan, pero también se hallan en forma silvestre. Pero detrás de estas cifras se esconde un largo proceso de descubrimientos y acumulación de experiencias, muy difícil de imaginar y más difícil de reconstruir”, señala Brack.
La labor y el conocimiento del hombre del Ande, convirtieron a nuestra civilización y al Perú en uno de las más grandes despensas mundiales. Como indica Brack: “A nivel mundial la domesticación se ha desarrollado en varios centros importantes, conocidos hoy como los centros de Vavilov, en honor al botánico ruso, I. N. Vavilov (1886-1942), quien se dedicó a su estudio y que también visitó al Perú”.
Según el científico ruso en China se domesticaron 136 especies; en India y zonas aledañas 117, Mediterráneo (España a Siria) 84; Cercano Oriente (Asia Menor, Irán) 83; México y Centro América 49; Asia Central (Paquistán y Afganistán) 42; Etiopía 38. Finalmente en Sudamérica 150.
La domesticación de la papa, es quizá el aporte más significativo que ha efectuado el Perú y la civilización andina a la alimentación mundial. Domesticada hace unos 7,000 años en las inmediaciones del lago Titicaca, la papa fue la fuente de alimentación del hombre andino y posteriormente de Europa y del mundo entero.
La papa se fue el remedio para las hambrunas que asolaron el viejo continente luego de Guerra de los Treinta Años (siglo XVII). Poco a poco se fue convirtiendo en el alimento de las masas. La revolución industrial no se entendería sin este cultivo que se transformó en base del menúde la clase obrera. Este tubérculo bendito crece en casi toda condición y su fuente de carbohidratos permite que las poblaciones de bajos recursos pueden tener algo que llevarse a la boca.
Otro aporte genial fue el de los auquénidos (llamas y alpacas) cuya lana es una de la fibras más codiciadas del mundo.
Por si fuera poco el generoso suelo peruano acogió con facilidad los productos de otras tradiciones culturales lo que ha permitido que en nuestro país se siembre casi de todo. Este aporte no solo ha enriquecido y es fuente de una de las actividades culturales más emblemáticas de nuestro país: la gastronomía, sino que permite el desarrollo de una industria agroexportadora pujante.
La riqueza de nuestra gastronomía y parte de nuestro enorme reserva de recursos naturales es una herencia valiosísima y un potencial que hemos tardado en poneren valor, pero que lentamente se empieza a realizar. Un ejemplo de ello es el reciente éxito de la quinua, que debe terminar siendo el pasaporte para la difusión de los demás granos andinos (ver en Lampadia: La Quinua lleva a la sierra a los mercados globales y al desarrollo). Lampadia