El líder cubano Fidel Castro murió el pasado 25 de noviembre a los 90 años de edad. Así lo anunció su hermano, el presidente Raúl Castro, en una intervención en la televisión estatal. Tras una peregrinación de varios días, los restos del ex dictador fueron llevados al cementerio de Santa Ifigenia en la ciudad de Santiago de Cuba, la segunda más importante del país.
Fuente: actualidad.rt.com
El exportador de revoluciones comunistas estaba muy débil desde que una grave enfermedad intestinal lo apartó del poder en julio de 2006 y tuvo que sucederle su hermano menor. Las últimas imágenes del dictador fueron del pasado 15 de noviembre, recibiendo en su residencia de Punto Cero al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang. Y la última vez que apareció en un acto público fue el 13 de agosto, día de su cumpleaños, en el teatro de La Habana. Tras su muerte, el régimen cubano decretó nueve días de luto oficial. Las cenizas de Castro recorrieron la isla para arrancar el tributo de una población prácticamente esclavizada.
Su muerte trajo una serie de reacciones, como reportamos en Lampadia: Fallece dictador que dominó Cuba por 50 años. En los medios se publicó “la muerte de un héroe” y “el fin de un dictador”. La primera reacción del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, fue declarar que Fidel Castro fue un “brutal dictador” que “oprimió a su propio pueblo” y dejó “un legado de fusilamientos, robo, sufrimiento inimaginable y pobreza”. Trump, que además amenazó revertir la apertura de Obama hacia la isla, se comprometió el sábado pasado a hacer “todo lo posible para asegurar que el pueblo cubano pueda iniciar finalmente su camino hacia la libertad”.
En el lado opuesto, Venezuela, principal aliado de Cuba en el continente, recibió con «tristeza» el fallecimiento. Nicolás Maduro describió a su mentor como un “hombre admirable del siglo XX que ha marcado el siglo XXI”. Maduro, que dijo que los chavistas “nos sentimos sus hijos”, unió la figura de Fidel Castro a la de Hugo Chávez: juntos “construyeron” la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y “dejaron abonado el camino de la liberación de sus pueblos”. Una ironía, dada la miseria sembrada por el Alba.
La verdad es que durante las casi cinco décadas que gobernó Cuba, Fidel Castro impuso un sistema represivo que castigó todas las formas de disenso, un legado que lamentable perdura incluso después de su muerte. Durante el régimen de Castro, miles de cubanos tuvieron que fugar de la isla a riesgo de sus vidas, muchísimos fueron encarcelados en prisiones en condiciones deplorables, otros miles fueron perseguidos e intimidados y a generaciones enteras se les negaron libertades políticas y económicas básicas. Cuba logró avances en salud y educación hasta antes de los recientes avances del mundo libre, y hoy sus mejores profesionales deben buscar trabajo en el sector turismo para compensar con propinas, sus miserables ingresos.
Mientras la familia Castro establecía una monarquía en Cuba, después de deshacerse de sus compañeros de lucha en la toma del poder, implantaron una espantosa esclavitud, que solo los que regalaron sus mentes y sus corazones siguen negando. Por ejemplo veamos algunas de las declaraciones de los actuales dirigentes de las izquierdas peruanas: «Fidel Castro es figura emblemática para la izquierda», afirmó Marisa Glave, «Con Fidel, Cuba dejó de ser una republiqueta», publicó Marco Arana y Verónika Mendoza declaró que «Fidel Castro devolvió la dignidad a Cuba y luchó por la justicia social».
Castro llegó al poder en 1959, tras liderar una revolución que derrocó al gobierno corrupto y abusivo del también dictador Fulgencio Batista. Gobernó por decreto hasta 1976, año en que se reformó la estructura del gobierno mediante una nueva constitución, redacción que dictó él mismo. Desde entonces, y hasta que traspasó el poder a su hermano, Raúl, en julio de 2006, Fidel Castro desempeñó los tres cargos con más poder en el gobierno de Cuba: presidente del Consejo de Estado, presidente del Consejo de Ministros y primer secretario del Partido Comunista de Cuba. Fidel Castro renunció oficialmente a su función de presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros en febrero de 2008, y dejó su rol como primer secretario el 19 de abril de 2011.
Durante la dictadura de Castro, procuraron algunos avances en la educación y salud, con los estándares de fines del siglo pasado. La propaganda de la izquierda global y la manipulación de todo tipo de estadísticas, le permitió a Cuba presentarse con indicadores falsos, por ejemplo, en el Índice de Desarrollo Humano. En verdad son campeones en la violación de todos los derechos humanos.
En el plano económico Cuba es solo otra prueba más del gran fracaso del comunismo. La isla sobrevivió a traumáticos períodos de escasez con la migración de dos millones de cubanos, el deterioro de las infraestructuras, salarios y la circulación simultánea de dos monedas locales. La minoría privilegiada gana y gasta en moneda dura (CUC: 1 dólar = 25 pesos cubanos) y la mayoría, el pueblo, que usa la moneda débil (CUP: 1 dólar = 1 peso cubano).
Y es que desde 1959, la historia económica de Cuba ha pasado por muchos cambios: desde el idealismo de los primeros días a la ortodoxia soviética, del periodo especial postcomunista a la alianza bolivariana, la economía cubana se ha ido transformando y vinculándose con nuevas fuentes de recursos con gran oportunismo.
El líder cubano siempre achacó las penurias de la población al embargo de EEUU sobre la isla. El gran ‘chivo expiatorio’ que les permitió tener detrás de sus fechorías a un pueblo sojuzgado y empobrecido.
Algo que no se pudo ocultar ha sido la represión y las violaciones de los Derechos Humanos. Después de mucho batallar se lograron algunas denuncias como las de Human Rights Watch y Amnistía Internacional.
Vicente Botín, escritor e periodista español sobre la realidad Cubana comenta: «Hay una ley que se llama ‘ley de peligrosidad pre-delictiva’ que castiga, y cito textualmente: la especial proclividad de una persona a cometer un delito. Es lo que decía Orwell en su libro 1984”, donde se describe «el crimen de la mente». La organización opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos (CCDHRN) ha denunciado que en 2014 se han producido 8,899 detenciones, un 27% más que el año anterior.
Tras la muerte de Fidel Castro, se espera que la población logre exigir la apertura política y económica que merece uno de los pueblos más maravillosos de la tierra: LOS CUBANOS. Nuestros mejores deseos para todos ellos. Lampadia