Los peruanos todavía no nos reconocemos como una sociedad en la que todos estamos dispuestos a enfrentar juntos la aventura del desarrollo y la búsqueda de la prosperidad.
Nuestros líderes no han sabido transformar nuestras múltiples expresiones de diversidad en una fuente de riqueza. Aún no llegamos a entender que, al haber transitado de décadas de estancamiento a buenos años de crecimiento, podemos abandonar el modelo mental ‘ganar-perder’ y encarnarnos en el modelo ‘ganar-ganar’.
Son pocos los elementos, las actividades y las oportunidades, en las que nos reconocemos parte de una misma gesta. Un reciente ejemplo de identidad y convergencia, se dio con ocasión del esfuerzo del país para superar los embates del ‘niño costero’. Tal vez la expresión que mejor resume esa positiva experiencia, es la frase que el Vicealmirante Fernando Cerdán, Comandante General de Operaciones del Pacífico de la Marina de Guerra del Perú, usó para resaltarla: “Por un tiempo, fuimos una gran nación”.
Otro ejemplo de sensación de identidad, es la ya no tan reciente, gesta del desarrollo de la gastronomía peruana, que ha llevado nuestra cocina a todos los rincones del mundo; que atrae a miles de turistas a disfrutar de nuestros deliciosos platos e insumos, como son nuestras frutas, hortalizas, peces, granos, etc., etc.; y que ha multiplicado sin límites, la cantidad de peruanos que trabajan fortaleciendo esta gran revolución gastronómica.Por supuesto, el deporte siempre fue uno de los catalizadores deperuanidad. Principalmente el fútbol y el vóley.
Fuente: elcomercio.pe
Lo de estos días, con las rondas clasificatorias para el mundial del 2018, que nos acompañará varios días más, es una ocasión especialmente importante para reflexionar sobre las cosas que nos hacen vibrar con la misma música.
Aprovechemos estos días para hablar de lo que nos une y guardar nuestras diferencias, para alumbrar nuestros caminos al bienestar general, y para acallar a los eternos negativistas, sobre todo a aquellos que lo hacen como una forma de vida, más que como consecuencia ideológica.
Hace unos 25 años, el Perú emprendió un proceso de transformación que nos permitió, en muy poco tiempo, alejarnos de la maldición de quedar como un ‘Estado Fallido’ y catapultarnos en la visión del mundo hacia el espacio de ‘una Estrella Internacional’.
Últimamente, hemos perdido un poco el paso; pero nuestras capacidades para crecer, derrotar la pobreza, disminuir las desigualdades y crear oportunidades de vidas plenas para todos los peruanos, están intactas. Los fundamentos de nuestra prosperidad colectiva están al alcance de las manos. Manos que juntas, pueden llevarnos a ser, permanentemente, ‘Una Gran Nación’.
¡El Perú es Infinito! Hagámoslo grande para todos los peruanos.
Lampadia