En el siguiente artículo revisamos la estructura y actitudes de nuestras nuevas generaciones, aquellas que florecerán y desarrollarán sus vidas después de los primeros 200 años de nuestra República (200+), siglo en el que no podemos dejar de realizar nuestro potencial de ‘Pais de Éxito’. Uno en que hayamos convertido nuestras condiciones naturales de país milenario, megadiverso y multicultural, en una sociedad que proclame:
El Perú será un país democrático y globalizado,
encaminado al desarrollo integral, sostenible y duradero,
con sentimientos de pertenencia y ciudadanía,
en el que se respete la ley.
VISIÓN DEL PERÚ AL TERCIO DE SIGLO
(CADE 2014)
Hoy en día, los jóvenes de entre 10 y 24 años constituyen una cuarta parte de la población mundial. Las aspiraciones y los logros de estos 1,800 millones de personas dará forma al futuro. La dinámica generación de jóvenes del Perú es un recurso importante para alcanzar nuestro pleno potencial, sin embargo, tendrán que estar preparados para asumir las oportunidades creadas por un mundo de cambio acelerado.
El futuro del Perú está en las manos de una generación de jóvenes que pueden crear una sociedad próspera y equitativa. Esto significa una sociedad con una economía fuerte y, por lo tanto, también una fuerte cultura cívica que garantice una alta calidad de vida. Para hacer frente a este desafío, los jóvenes necesitan, por un lado, tener confianza en su gobierno y, por otro, desarrollar habilidades que los vuelvan emprendedores e innovadores. Con una buena preparación, serán creadores de empleo en lugar de solicitantes de empleo. También serán agentes de cambio que reformarán los negocios y la gobernanza local, nacional y global para superar los desafíos globales, creando nuevas oportunidades y construyendo comunidades solidarias y productivas.
Actualmente se habla, y critica, a esta generación por los llamados ‘Ni-Nis’ (jóvenes que ‘ni estudian ni trabajan’), que son más bien una carga y una preocupación en el mundo. A principios del año, el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la CCL informó que los denominados Ni-Nis se están incrementando en el país: “En el 2015 se registró más de 1 millón de jóvenes como parte de este grupo, es decir, el 19.9% de la población entre los 15 y 24 años”.
Sin embargo, estas cifras no muestran la realidad en comparación con el resto del mundo. Según un reciente estudio del Banco Mundial, publicado en febrero pasado: NINIs en América Latina – 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades, el porcentaje de NINIs en el Perú es la mitad que en América Latina e igual al de los países más ricos de la OCDE. Ver en Lampadia: Realidad vs. Negacionismo, Mentiras y Complacencia.
En una entrevista, Halsey Rogers (uno de los autores de dicho informe), afirma que:
“En el Perú lo que descubrimos es que tiene la tasa más baja de NI-NIs en toda la región. Es del 10%, eso es igual a la tasa que se encuentra en los países más ricos de la OCDE. Eso es muy interesante porque se trata de la mitad de la tasa en toda la región, que es de 20%. Lo que encontramos es que había una tasa más alta hasta el año 2000, pero desde ese año se vio una tendencia bastante rápida hacia la baja.
Parece que los jóvenes en el Perú sí se beneficiaron más del rápido crecimiento económico”.
Un reciente artículo del BID confirma los estudios del Banco Mundial. Ellos crean una nueva categoría llamada los ‘SÍ-SÍ’, “Los jóvenes que SÍ estudian y que SÍ trabajan”. En palabras del BID, “Aunque las cifras de los NI-NIS en América Latina son de preocupación, los estimados basados en encuestas de hogares de la región también muestran que un importante porcentaje de jóvenes latinoamericanos (entre 16 y 18 años) estudia y trabaja a la vez. ¡Y en algunos países, como Brasil o Perú, tenemos más SÍ-SÍs que NI-NIs!”
El gráfico siguiente, publicado por el BID, muestra que el Perú es el país con más ‘Sí-Sís’ en América Latina, seguidos por Brasil. Como afirma el blog, esto podría ser muy positivo para el aprendizaje de los jóvenes: “los expertos están convencidos de que el trabajo brinda oportunidades únicas para el desarrollo de habilidades que son esenciales para una transición exitosa al mercado laboral, como el manejo del tiempo y de las finanzas personales. El trabajo también puede llevar a una interacción con un grupo ampliado de adultos, más allá de padres y maestros, lo que estimula la formación de habilidades socioemocionales esenciales”.
Esto muestra el gran potencial de nuestros jóvenes, quienes estudian y trabajan y salen adelante. Pero para aprovechar su gran potencial, tenemos que darles las herramientas para crecer. Recordemos que hace solo diez años, el 86% de nuestros jóvenes pensaba emigrar al extranjero (fundamentalmente a economías de mercado) en búsqueda de un mejor destino del que veían en su patria y afirmaban tener “Hambre de Progreso” . Tres millones de nuestros compatriotas llegaron a irse del país. Ver en Lampadia: Un mensaje para nuestros queridos jóvenes.
La encuesta del último CADE Universitario (2016), donde se convoca a los estudiantes más destacados de todas las universidades e institutos superiores del Perú, se obtuvieron algunas cifras interesantes. Por ejemplo, se informó que el 74% de los jóvenes desean ser empresarios tras unos años de experiencia laboral, mientras que el 23% quiere ser empresario de inmediato. Además, el 83% manifiesta interés por contribuir a la solución de problemas sociales y económicos del país, con un aumento constante en los últimos 4 años (la mayoría desde empresas privadas y en segundo lugar desde el sector educación).
No nos olvidemos de que lo malo en el Perú no somos los peruanos, sino el sistema. Tenemos que invertir en nuestros jóvenes. Tenemos que prepararlos para el futuro del trabajo y para que contribuyan y lideren los cambios que adoptaremos. El rol del gobierno es apoyar a los jóvenes y creer en su capacidad de imaginar y crear una nación y un mundo en el que quieran vivir y trabajar. Estamos optimistas de sus capacidades y debemos apoyarlos en la construcción de un futuro sólido.
Lampadia