José Luis Gil
Ex Director General de Inteligencia del Mininter
Ex GEIN
Analista político, Experto en seguridad
Para Lampadia
“Si tuviera una hora para resolver un problema, dedicaría 55 minutos en analizar el problema y cinco minutos a pensar en las soluciones”
Albert Einstein
El martes 3 de diciembre la Universidad ESAN organizó un foro sobre seguridad junto a Jaime de Althaus con la participación de los sectores que vienen siendo afectados por el embate criminal, representados por dirigentes de los transportistas, construcción civil, emprendedores del emporio comercial de Gamarra y de la minera La Poderosa de Pataz entre otros, quienes expusieron datos realmente preocupantes de la manera cómo este fenómenos los afecta hoy y pone en riesgo los negocios en el mediano y largo plazo. Todas las exposiciones revelaron lo dramático de la situación.
Por otro lado, el formato del evento académico también contempló la presencia de expertos en seguridad de los partidos políticos como Juan Villarán por el PPC, Jorge del Castillo por el Apra, de Fuerza Popular con el experto Alberto Pinto, Miguel Lostanau del partido Fuerza Moderna de Fiorella Molinelli, Juan Carlos Liendo por el partido Avanza País, y nuestra participación como representante de Renovación Popular.
Las exposiciones de los especialistas trajeron consigo diagnósticos desde diversos puntos de vista y también propuestas de las que seguramente en un trabajo coordinado con la participación de la academia, como ESAN, podrían obtenerse insumos importantes en la lucha contra este fenómeno criminal que camina a pasos agigantados.
Nuestro enfoque es que el país no está combatiendo a grupos o bandas criminales solamente, sino que estamos enfrentando una Cultura Criminal que nos ha traído una migración de criminales (no nos referimos a los migrantes trabajadores) que provienen de diversos países, quienes han traído sus “creencias”, “valores”, comportamientos, modos de vida, costumbres, lenguaje, simbologías (tatuajes), tradiciones que comparten como si fueran un grupo “social” o una “sociedad” dentro de la comunidad. Esta Cultura Criminal” no tiene “jefes” o cabecillas visibles ni un sistema organizado “formal”, pero si tienen objetivos definidos, un “norte” que recién venimos descubriendo y traen una vesanía en su “ADN” criminal que traspasa todo lo imaginable en temas de maldad, de violencia y de poder para someter a sus víctimas.
No debemos olvidar que los terroristas de “sendero luminoso” y del “MRTA” en la década de los 80 y 90 le “declararon la guerra al Estado peruano” cuyo objetivo principal fue “la columna vertebral” del Estado, es decir, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, así como a todo funcionario que se opusiera, y para ello ejecutaron acciones de “aniquilamiento selectivo”, es decir, trataron de “no chocar” con la población, y, cuando sucedieron hechos como estos, le llamaban “daños colaterales.
Nos referimos a este hecho para que entendamos que hoy esta “cultura criminal” le ha declarado la guerra al país, a todos los ciudadanos, por eso no discriminan a fuerzas armadas, policías, civiles, trabajadores, pobres, microbuseros, mototaxistas, bodegueros, es decir, mucho más peligrosos y letales que sendero y el MRTA. Esto es mucho más grave de lo que imaginamos.
Esta “cultura criminal” de desarrolla de la siguiente manera:
Un “sistema criminal macro” que la integran las organizaciones extranjeras que están en expansión como son el “primer comando capital (PCC), “Comando Vermelho” y la “Gran familia del Norte” de Brasil, “el tren de Aragua” de Venezuela, las disidencias de las FARC de Colombia y bandas de narcotraficantes, “los choneros” y otros de Ecuador, y mafias chinas dedicadas el tráfico ilícito de drogas.
Asimismo, tienen “subsistemas criminales”, que son los grupos criminales que ejecutan acciones de cierta envergadura como secuestros, asaltos, sicariato, extorsiones o masacres con armas largas y con alto novel de violencia, y los “micro sistemas criminales” que son los pequeños grupos o hasta bandas integradas por dos o tres integrantes dedicados a raterías menores.
Un tema gravitante y de suma importancia son los 3 “objetivos” de esta cultura criminal y que debeos tener muy en cuenta.
En primer lugar, la búsqueda del “dinero”, que en esta primera etapa la consiguen de la informalidad y de pequeños y medianos emprendedores;
el “control territorial” para controlar las “plazas” (economías que pueden ser informales o criminales”, y finalmente
el “poder político”; es decir, tarde o temprano las organizaciones criminales promoverán la colocación de sus propias autoridades, y eliminarían a quienes se oponen a sus planes.
Lamentablemente esta situación ya es realidad en México, Venezuela, Ecuador y Colombia, y teniendo ad portas las elecciones generales del 2026 en el Perú, no es difícil inferir que el avance del crimen, tomará casi “naturalmente”, los espacios por los que ha venido trabajando, el poder político.
Con estos aportes de los partidos políticos y de los expertos, esperamos ir escalando no solo en tener un diagnóstico más realista, sino que permita acciones reales y no “disparos al aíre”, debido a que este fenómeno criminal sui generis no requiere soluciones “convencionales”, sino, sui generis también.
Felicitamos que ahora si la academia, como ESAN, estén poniéndose en primera línea para facilitar el trabajo de los expertos y de esta manera tratar de salvar al país de la marea negra que es la “cultura criminal” transnacional que enfrentamos. Lampadia