Dr. Ing. Raúl Delgado Sayán
Miembro Fundador Comando Vacuna
Para Lampadia
No quisiera con este título estimado lector generar la sensación de que pudiéramos dejar de lado o ser menos estrictos en el respeto de los protocolos y de medidas que con mucha sabiduría han sido recomendadas por los expertos en salud pública para los picos de la Pandemia y en las etapas del desasosiego, al ver como este invisible enemigo amenazaba nuestras vidas y se llevará consigo a tantas personas muy queridas de nuestro entorno familiar, amical y laboral, que aún hubieran tenido muchos años de vida por delante. Tampoco por cierto generar decepción para quienes pensaron erróneamente y con gran entusiasmo que con la vacuna el COVID 19 el virus iba a ser erradicado en corto tiempo luego de la primera vacunación con las dos dosis iniciales. Ni lo uno ni lo otro.
Esta es sin duda una gran batalla entre el virus y la humanidad, que a través de la Ciencia luchamos sin descanso para derrotarla. La principal arma es sin duda la vacuna para prevenirla y los medicamentos, que ya empiezan a aparecer, para controlarla cuando invada el cuerpo de los contagiados. El arma del virus son las variantes y eventuales nuevas cepas para mantenerse vigente que ellas mismas autogeneran desde los laboratorios ambulantes que son principalmente quienes se resisten a vacunarse y que todavía son un número muy considerable. Merced a ello ya han aparecido a lo largo del tiempo muchas variantes de cuidado, desde la inicial denominada Alfa hasta la más reciente Omicron. Las iniciales no han variado demasiado en sus características, ni en el grado de severidad, letalidad y velocidad de contagio, lo cual ha hecho que las vacunas, particularmente aquellas de las plataformas de mayor avanzada como las ARNm, mantuvieran un muy alto nivel de protección, salvo el caso de la variante Delta que si fue de mayor preocupación por su agresividad.
La evolución de las cifras de infectados demostraron que las vacunas fueron bastante mas efectivas de lo que inicialmente se esperaba y las cifras en todos los países que las aplicaron con mucha intensidad inicialmente fueron realmente impresionantes, al punto que en muchos de ellos hubo un relajo muy notorio respecto de las medidas de protección sanitarias y ello aunado a la cantidad de personas que aun no se vacunaba, hizo renacer la alta cantidad de infectados y con ello las llamadas segunda y tercera ola, llegándose a pensar que probablemente se iban a tener varias olas mas.
Los fabricantes de vacunas, que nunca afirmaron que las vacunas duraran por siempre, ya recomendaron tomar una tercera dosis adicional, en periodos inicialmente de 6 meses, que luego algunos comenzaron a bajar hacia 5 y 3 meses respectivamente. Las estadísticas de infectados; hospitalizados; pacientes en UCI y fallecidos mostraban mas allá de cantidades de vacunados, que estas cifras concentran mayormente a pacientes no vacunados o con vacunación incompleta en altas proporciones y muy menor las cantidades de infectados con vacunación completa, quienes por lo general si contraían la enfermedad, lo hacían con cuadros leves.
OMICRON ES UN “GAME CHANGER”
Lo antes expresado, que era casi un común denominador para todas las variantes, ha sido posteriormente modificado de manera muy importante por esta variante OMICRON. Se originó en el sur de África, que es el continente que registra las más bajas cifras porcentuales de vacunación y causó mucho terror por la velocidad de diseminación en todos los países, porque tenía una estructura molecular con mayores diferencias respecto de las anteriores. Los primeros estudios de laboratorio indicaron que prácticamente todas las vacunas disminuían sustancialmente sus anticuerpos neutralizantes respecto de esta variante incluyendo también las de diseño más avanzado de plataforma ARNm, aunque en estas volvían a crecer de manera importante, aunque sin llegar a las mismas cifras anteriores, con una tercera dosis de refuerzo.
Ahora bien, dentro de ello la buena noticia es que siendo tan agresiva en lo que se refiere al contagio, felizmente no parece serlo en lo relativo a desarrollar infección severa en la población vacunada, particularmente en población menor a 50 años sin comorbilidades notables. Si bien es cierto para población mayor de 75 años vacunada contra el COVID 19 sin Omicron el riesgo de fallecimiento entre los infectados era de 1 cada 220, los estudios realizados hasta el momento para Omicron demuestran que causa una enfermedad menor en intensidad que la de versiones anteriores del virus. La preocupación entonces que se muestra en el crecimiento de infectados es que por la rapidez y facilidad de infectar a las personas, muchas de ellas que no contrajeron el COVID 19 con variantes anteriores, ahora si pueden resultar infectadas y por consiguiente desarrollar una necesidad de servicios de atención hospitalaria superiores a las de versiones anteriores. Eso es lo que hay que evitar y por consiguiente se debe realizar ya una verdadera e intensiva campaña para aumentar las cifras de vacunación en la población mundial, aun cuando se tomen medidas que resulten ingratas para quienes no desean ser vacunados.
MENSAJE PARA LOS PRINCIPALES FABRICANTES DE VACUNAS:
OMICRON puede ser un indicativo adicional muy importante en el sentido de que aunque tengamos una variante de más rápido contagio, pero de mucho menor letalidad, estemos el comienzo del final del túnel y que las nuevas variantes se asemejen en comportamiento más a las de la influenza y por consiguiente ya nos quedemos en un campo de batalla más transitado y que ya conocemos.
Para ello necesitamos que pongan en funcionamiento la gran ventaja que tenemos con esta nueva plataforma desarrollada en humanos para esta enfermedad y que es la plataforma ARNm, que puedes producir vacunas con mensaje genético incorporado muy flexibles para un fin determinado y con mayor rapidez de fabricación que las de las otras plataformas. Para esta etapa que se le puede denominar “post pandemia” lo que necesitamos no son más vacunas de lo mismo como refuerzos denominados “booster”, sino que en lugar de ello nos ofrezcan de manera muy pronta vacunas que dentro de su mensaje genético incorporen las variantes más predominantes, en suma muy similar a lo que se hace con las vacunas de influenza que conjuga anualmente las principales cepas de los hemisferios norte y sur respectivamente y nos dan una versión mejorada cada año antes del invierno. Si eso se realiza todos los años con la plataforma de vector viral, con mucha más razón se puede hacer y más rápido con la plataforma del ARNm, ya que ello es una de las características más importantes que esta plataforma nos ofrece. De esta manera no solo estaremos mejor protegidos, sino que hará posible el que cada vez podamos recuperar los más altos valores de eficiencia que ya fueron logrados con sus primeras vacunas para el virus COVID 19 original. Lampadia