Jaime Spak
Para Lampadia
En el Perú, el tema de la salud mental siempre ha estado postergado por el Estado.
La precaria labor del estado en relación con la salud se limita a la salud física, mientras el tema de la salud mental, que es tan o más importante, por tema de presupuesto es tratada de una manera muy ligera, asignando cifras tan escasas, que poco o nada se puede hacer para ayudar a la población de bajos recursos.
La pandemia que venimos padeciendo hace mas de 18 meses ha agravado este problema a todo nivel.
- Imagínense ustedes a familias muy humildes que viven en estado de pobreza y que durante meses se les ha obligado a permanecer en sus hogares. Me refiero a tanta gente que vive en condiciones de precariedad, es decir una familia de 5 o más personas que solo tienen dos ambientes para vivir, como pueden manejar la ansiedad, angustia, depresión, en estas condiciones.
- La frustración de millones de niños, que no pueden desarrollarse como tales y generan tensión dentro del hogar, que muchos padres no están en capacidad de manejar.
- Me refiero a niños pequeños o adolescentes, que no pueden ir al colegio o universidad. Una gran mayoría de sus padres, se han quedado sin empleo, no pueden llevar el sustento diario y deben de acudir a las ollas comunes, comedores populares o ayuda de entidades caritativas que les dan lo necesario para sobrevivir.
- Imagínense ustedes como manejan esa desazón personas que estaban acostumbradas a proveer de lo esencial en sus hogares y hoy deben de acudir a la ayuda social.
- Ni que decir con los miles de jóvenes adolescentes, que son los famosos Nini (ni estudian ni trabajan) y han tenido que padecer esta terrible situación. No hay lugares adecuados para poder ayudarlos a manejar estas patologías y la gran mayoría cae en el alcohol y las drogas, pues se apoyan entre si con otros jóvenes que padecen estos mismos problemas.
Como pueden estos padres lidiar con sus propias frustraciones y a la vez poder ayudar a su esposa e hijos para poder enfrentar de manera satisfactoria estos problemas. Es imposible.
¿Existe algún estamento del ministerio de salud, o de la mujer, que se encarga de ver las condiciones psicológicas que están atravesando esos hogares?
¿Cómo se puede enfrentar estos delicados temas, y prevenir el exceso del alcohol, las drogas, sobre todo el abuso sexual y la violencia familiar?
Si hay algo que ha logrado esta pandemia, sin distingo de clase social, es que la crisis emocional que padece la gran mayoría de la población es igual para todos.
En hogares acomodados, que pueden pagar una terapia y afrontar el alto costo de los medicamentos tipo ansiolíticos y antidepresivos, la situación tampoco es manejable.
¿Pero y la gran mayoría de hogares humildes que tienen que enfrentar este serio problema, cuya solución es muy complicada pues no tienen recursos para acudir a algún terapeuta y tampoco para adquirir los medicamentos que los harían superar estos malos momentos, que solución les puede proporcionar el Estado?
Este nuevo gobierno, que no tiene la más mínima idea que hacer para poder manejar el país, y mantiene una actitud de confrontación con más del 50% de los peruanos que no han votado por ellos, que persisten en tomar el control absoluto del estado con gente mediocre, se puede esperar de ellos una política de salud mental?
Creo que es imposible pedir peras al olmo, es imperativo que, dentro de la lucha contra la pandemia, se debe conseguir una mayor cantidad de vacunas, pues en menos de tres meses se tendrán que poner una tercera dosis, para no entrar en una nueva ola de contagios.
La ola de contagios que vendrá en un futuro cercano no será motivada por Covid, sino de una depresión generalizada, que ya se ha alojado en la mayoría de los hogares, y alimentada en gran parte por este gobierno tan improvisado y sin rumbo.
¿Podemos esperar de un gobierno tan incompetente, una política de la salud mental? Creo que no.
Veo un panorama sombrío en un futuro cercano por el tema económico, por la lucha de poderes en el congreso, por la tercera ola de contagios y lo mas importante por la negada responsabilidad de que son ellos los que nos deben de hacer recuperar nuestra salud mental, no con pastillas, sino con políticas positivas y evitando el enfrentamiento entre peruanos. Lampadia