Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Uno de los deberes del Estado es velar por la adecuada condición de salud de sus ciudadanos. Para eso, necesitamos saber cuál es el perfil de la población e identificar las características de su demanda de salud, para estructurar nuestro sistema de atención y lograr un resultado óptimo. Para eso, Videnza Consultores ha hecho un interesante diagnóstico y propuestas, que aquí pretendemos resumir.
No es secreto que la esperanza de vida de nuestra población ha aumentado, pasando de 43 años en 1950, a 75 años para el lapso de 2015 a 2020 y se estima se acercaría a 79 para el período 2050 a 2070. Esto significa, que nuestra población, pasó de joven a madura y, ya se encamina a adulta mayor. Producto de la reducción del índice de fertilidad, se ha modificado nuestra “pirámide” poblacional, a un “rombo” de base cada vez más angosta.
Este nuevo perfil, está modificando el espectro de enfermedades a atender, pasando de un 48% de enfermedades transmisibles en 1990, a sólo 23% en 2023 (sin considerar la pandemia).
Por su lado, las enfermedades no transmisibles, tipo HTA (hipertensión arterial), diabetes, sobrepeso, cáncer, entre otras, aumentaron de 36% a 67% entre 1990 y 2023. Igualmente, por cambio de actividad y nuevas normas de seguridad implementadas, las lesiones han bajado de 16% en 1990 a 10% en 2023.
Por otro lado, el diagnóstico de cáncer, en sus variantes de: estómago, leucemia, mama, colon, cuello uterino, próstata y linfoma, está creciendo de manera importante y, se estima, estaría creciendo en 71% para los próximos 23 años (entre 2022 y 2045). Igualmente, está creciendo el porcentaje de diagnosticados con HTA (4 de cada 10) y diabetes (3 de cada 10), que no ha recibido tratamiento en los últimos 12 meses.
Para atender esta demanda, contamos con un sistema de salud fragmentado, dependiente del sector público, de ESSALUD y del sector privado.
Intervienen, el MINSA como rector y supervisan SuSalud y la SBS.
El Instituto Nacional de Salud- RENETSA, el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas y los gobiernos regionales.
Conducen en el sector público el MINSA y el MEF, financiados por el SIS (sistema integral de salud) y FISSAL (Fondo Intangible Solidario de Salud), que atienden a la población pobre y vulnerable en la red pública de EESS (establecimientos de salud) de primer nivel, hospitales y de gobiernos locales.
El MINDEF, con fondos de la Institución Administradora de Fondos de Aseguramiento en Salud de las FFAA en sus servicios de sanidad, atiende a los miembros de las FFAA y familiares.
El MININTER lo hace con fondos de SALUDPOL, en la sanidad PNP, atendiendo a personal PNP y familiares.
El MTPE, con fondos de EsSalud y EPS, atiende en la Red de EsSalud a trabajadores del sector formal y familias.
Finalmente, las redes privadas atienden a privados cubiertos por seguros privados de salud.
Oficialmente, el 98% de la población está asegurada, pero el SIS, que debe atender al 73.1% de la población, dispone del 61% de las camas (22% MINSA y 39% GORE) y EsSalud que cubre al 28%, dispone del 25% de camas del país.
Hay una débil rectoría (6 ministros de salud y 8 presidentes de EsSalud en los últimos 3 años), lo que imposibilita una mirada estratégica de largo plazo y continuidad en la ejecución de los planes.
Así, por ejemplo, en los últimos 7 años, sólo se ha avanzado en la implementación de la HCE (historia clínica electrónica), en el 14.3% de los EESS y no se avanzó del 2020 al 2024. La cobertura financiera del Plan Esencial de Aseguramiento de Salud es débil, habiéndose incrementado en 29% el “gasto de bolsillo” de los pacientes, entre 2019 y 2023, debido a la poca inversión del sector público en salud, con relación a las garantías comprometidas. Nuestro gasto anual per cápita es de $523, mientras que Colombia gasta $1,248, Chile $1,679 y los países OCDE $3,882.
La red pública es de 8,452 EESS de Primer Nivel (I-1, I-2, I-3 e I-4), 146 de segundo nivel y 35 de tercer nivel. Hay 4,354 EESS I-1 y 2,286 I-2, que representan el 51% del primer nivel de atención, pero, en promedio, ni 20% de estos, atiende al menos 12 horas al día y sólo el 5.25% de los médicos de primer nivel trabaja en EESS I-1. Igualmente, 97.7% EESS de primer nivel, el 97.5% de los hospitales y el 95.1% de los Institutos Especializados, tienen capacidades inadecuadas. En Perú tenemos 16.5 médicos por cada 10,000 habitantes, comparado con 23.6 en Colombia, 29.7 en Chile y 39 en Argentina.
Lo descrito complica el sistema de atención, pues en lugar de que 85% de las atenciones se realicen en EESS de primer nivel, se realiza el 43%, congestionando hospitales, que deberían tender a 15% de las atenciones y realizan 57% de las mismas.
La disponibilidad de medicamentos esenciales es crítica, los EESS de primer nivel sólo cuentan con 64.4% de estos, los hospitales con 62.5% y sólo los Institutos Especializados cuentan con el 100%. Por ejemplo, al 30% de EESS I-1, les falta Sulfato Ferroso, para tratamiento de la anemia. Claro, si en 18 meses hemos cambiado 7 directores generales de CENARES, entre 2022 y 2023 se ejecutaron 54.9% y 79.3% respectivamente, de las adjudicaciones planeadas. Por eso, la mitad de medicamentos se compran en farmacias, al no conseguirlos en los EESS.
Tenemos pendiente tareas como:
- Elevar la calidad de los gestores de salud y reducir su rotación.
- Completar las HCE, operar bajo un sistema integrado ERP y hacer que los médicos tengan a su cargo una cartera de pacientes de cáncer y enfermedades no transmisibles, minimizando su rotación.
- Adecuar EESS I-1 como anexos de EESS de mayor complejidad y canalizar hasta 85% de las atenciones vía primer nivel.
- Mejorar la compra, almacenamiento y distribución de medicinas.
- Implementar receta médica electrónica, para trazabilidad de terapias y abastecimiento.
- Mejorar cadena logística para pacientes crónicos y distribución con farmacias privadas.
- Completar Redes Integrales de Salud e implementar seguimiento a adultos mayores.
- Centralizar la compra de servicios de internet a nivel nacional.
Nuestro sistema de salud está en estado crítico, hay una altísima insatisfacción, incapacidad gerencial, poca labor preventiva y de primer nivel. Debemos corregirlo URGENTEMENTE. Lampadia