Omar Neyra
Covid-19 (4)
Líneas abajo presentamos la cuarta entrega del doctor Omar Neyra, experto en salud pública, que hace un balance de la gestión de la pandemia del Covid-19, que le costó la vida, innecesariamente, a una gran parte de los 220,000 peruanos que fallecieron en situaciones muy penosas.
Como podemos ver, el manejo político de la pandemia, prepotente, sin sustento científico, con efluvios de corrupción y desencaminado, determinó el fallecimiento de decenas de miles de peruanos, un empobrecimiento generalizado, y el agravamiento de una crisis política que genera una brecha insalvable entre los ciudadanos y sus autoridades.
Agradecemos a Omar Neyra su compromiso patriótico y su vocación educativa, que asume con valentía y pundonor.
Omar Neyra
Doctor en Salud Publica
Para Lampadia
“El que no conoce su historia, está condenado a repetirla”
Filósofo Español Jorge Ruiz de Santayana
Las imágenes dolorosas que todavía recordamos pugnando por un balón de oxígeno, interminables colas y el video de la Sra Celia Capira en Arequipa, corriendo detrás del que era presidente en ese momento Martin Vizcarra, pudieron evitarse, si desde el principio de la pandemia quienes tomaron decisiones políticas hubiesen implementado una política sanitaria responsable, siendo para este problema de oxígeno, la compra de plantas de oxígeno, no balones ni oxigeno como lo intentaron hacer infructuosamente.
El caso de Celia Capira, resume la política implementada por el gobierno de Vizcarra, escasez de productos sanitarios, en este caso oxígeno, ninguna capacidad de gestión ya pasados varios meses para solucionar el problema, y la indolencia del gobierno frente a los más necesitados, implementado únicamente como política central la de las conferencias a medio día, puro show mediático, pero casi o nada de un manejo responsable y adecuado de la gestión de la pandemia.
Es cierto que el problema de abastecimiento de oxigeno medicinal en Perú, venia de unos años anteriores, pero llegada la necesidad en pandemia no se implementó una política ágil para solucionar a tiempo este problema que afecto en la región prácticamente solo a Perú.
Quienes toman decisiones en políticas públicas, no siempre lo hacen pensando en el beneficio real de los usuarios, en este caso de los pacientes, y claro es evidente que en ese contexto de emitir normas, la posibilidad de una pandemia futura no esta prevista, ahora aprendimos que si existe este riesgo y debemos aprender a que toda decisión de política publica en salud debe ser tomada en cuenta con una análisis de riesgos y beneficios.
La explicación estructural a la falta de oxigeno se remonta a 2010, cuando Oscar Ugarte, ministro de salud, firma y aprueba la Resolución Ministerial N° 062-2010-Minsa, que dispuso cambiar el rango de la pureza del oxígeno medicinal de 93 a 99%.
Si bien es cierto que para los respiradores de camas UCI el oxígeno de 99% funciona mejor, pero para todo el sistema hospitalario, que es el mayor consumo, que no involucra estos respiradores con el oxígeno de 93% es más que suficiente y es así como funciona la salud en el mundo, tanto así que la OMS /OPS lo recomiendan desde hace mucho en sus protocolos, que el uso medicinal de oxigeno esta a partir de 93%, así está en la ESPECIFICACIONES TÉCNICAS DE LOS CONCENTRADORES DE OXÍGENO publicada en el 2016, por lo que no es comprensible en ese análisis de riesgos beneficios en la Resolución firmada por Ugarte, porque se decidió solo utilizar la de 99%, lo que conllevo evidentemente a distorsionar el mercado del oxígeno, con una baja oferta y en pandemia como lo vivimos, a una escasez enorme de un producto que fue vital para miles, y es la otra razón que explica la alta mortalidad Peruana.
Es por ello, que acá también no solo fueron decisiones técnicas en Salud, también fue una decisión política de hacer este cambio y llevarlo a 99%, y que luego no fue corregido por las gestiones venideras, hasta que la pandemia nos enrostro esta mala decisión y lo vimos durante 2020 y 2021 con los miles de personas clamando por un balón de oxígeno y llorando a sus victimas por no poder acceder a un balón de oxígeno.
Otro aspecto colateral de la Resolución y que nada se ha corregido a la fecha estructuralmente, es que los hospitales siguen adquiriendo oxígeno, y esto debería cambiar como es en otros países de la región y el mundo, todo hospital de nivel 2 a más, debería tener su propia planta procesadora de oxigeno de 93 y 99% para los casos que se requieran, así se asegura la dotación permanente de este bien preciado y evitamos la escasez como sucedió en toda la pandemia.
También esto lo sabíamos al inicio de la pandemia, y la gestión Vizcarra no solo NO ADQUIRIO plantas de oxígeno, sino que además negó y/o no dio facilidades para que las empresas y o personas privadas donaran, prestaran o gestionaran plantas para el País.
Finalmente, la sociedad civil y organizaciones nacionales e internacionales se organizaron y pudieron gestionar muchas plantas para el Perú, a pesar de la alta resistencia del gobierno de no aceptar tal ayuda.
La falta de oxigeno en la pandemia Peruana, fue una responsabilidad de gestión, si bien es cierto como evidenciamos venia de un desacierto, ya en plena pandemia pudimos rápidamente compensar ese problema comprando plantas de oxígeno, pero los gobiernos de Vizcarra y Sagasti ya en este ultimo con Ugarte otra vez de ministro, no fueron capaces de implementar a tiempo estas plantas, la etapa mas critica fue durante la segunda ola febrero a junio 2021 (Sagasti/Mazatti-Ugarte), durante abril fallecían cerca de mil personas diariamente, y uno de los momentos críticos, y la fotografía más dolorosa, es cuando se acaba el oxigeno en el hospital de Essalud de Sullana y en esa tarde fallecen al menos 12 personas, porque se quedaron simplemente sin oxígeno, esto paso en Perú durante 2020 y 2021 en casi todas las familias, muchas muertes pudieron evitarse con una gestión del oxígeno adecuada.
El problema de oxígeno en pandemia de la covid-19, es un ejemplo claro que el propio Estado, las malas políticas públicas y sobre todo sus políticos de turno, pueden ir en contra del propio ciudadano, en esta caso ocasionando miles de muertes lastimosamente, esperemos que nunca vuelva a ocurrir semejante tragedia en la que el corresponsable es el propio Estado Peruano y quienes estuvieron a cargo. Lampadia
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La mayor tasa de mortalidad del mundo – Parte III