Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 17 de abril de 2023
Para Lampadia
En Ica – al igual que en todo el país – la salud pública ha vuelto a sus peores niveles de atención. En realidad, la crueldad e inoperancia en el trato a los pacientes iqueños viene desde la gestión 2019 / 2022 de Javier Gallegos. Pero sigue tal cual – o peor – con el Gobernador Regional actual: Jorge Hurtado.
Gallegos se hizo famoso por vender puestos de trabajo al mejor postor. En el caso de la Dirección Regional de Salud, todo fue subastado… desde directores de hospitales hasta técnicos de enfermería, tal como consta en los audios propalados – en su momento – que no dejan ninguna duda al respecto. Para ello – mejor dicho, para tapar la corrupción – Gallegos tuvo que sobornar a cerca de un centenar de periodistas locales, tal como denunció la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), en junio del año pasado.
Ahora, bajo la nueva gestión regional a cargo de Jorge Hurtado, las cosas van de mal en peor. El 3 de enero pasado, el recién designado director regional de Salud – César Valdivia Rosales – fue baleado cuando salía de su clínica privada Vida Medic. ¿A quién se le ocurre designar director regional de Salud al propietario de una clínica privada? Bueno pues, sólo a los corruptos se les ocurre poner al gato de despensero.
Recientemente, ha circulado un audio donde Carlos Zegarra – asesor del Gobernador Hurtado – instruye a un sicario “avanzar sobre esa línea”, en referencia al propósito de matar a la vicegobernadora regional y al periodista opositor Gastón Medina. ¡Así estamos en Ica!
Por último, la semana pasada – el jueves, para ser exacto – la Fiscalía intervino la sede principal del Gobierno Regional de Ica, en busca de sabe-Dios-qué mañosería que se habría cocinado en el seno de la referida institución. Así las cosas ¿qué se podría esperar de la salud pública en Ica, si todo – en el Gobierno Regional – se resuelve con coimas o balas?
Por otro lado, respecto de los diseñadores del proceso de regionalización de nuestro país, allá por el año 2002 ¿a quién se le pudo ocurrir delegar la gestión de la salud pública – un servicio tan especializado, y sobre todo, tan crítico para la salud de la población – a entidades tan corruptas e inoperantes como los Gobiernos Regionales?
De sólo pensar que la salud de muchos compatriotas estuvo – en su momento – en manos de gobernadores regionales tan corruptos como Vladimir Cerrón en Junín, César Álvarez en Ancash, Elmer Cáceres Llica en Arequipa…y por limitaciones de espacio, paro de contar.
Bueno pues, como no podía ser de otra forma, en manos como las que acabo de mencionar… la gestión de la salud pública – entre otras – fracasó estrepitosamente, a nivel nacional.
De allí mi insistencia de quitarle dichas competencias – y otras – a los Gobiernos Regionales. El problema – sin embargo – es que tampoco el Ministerio de Salud, ni EsSalud, ni los servicios de salud de las Fuerzas Armadas y Policiales, dados los pésimos servicios que brindan, están en condiciones de gestionar la salud pública de los peruanos de manera profesional y eficiente.
Por ello, desde Lampadia venimos proponiendo – tercamente – la creación de una Autoridad Nacional Autónoma (ANA), específicamente para gestionar la salud pública en todo el país. Ver: “Hay hermanos muchísimo qué hacer”.
Una ANA capaz de gestionar la salud de los peruanos de manera profesional, especializada, apolítica, meritocrática, descentralizada, estable, eficiente, oportuna, y sobre todo, digna y sensible al dolor y sufrimiento de los pacientes y sus familiares.
Está claro… el gremio médico – como todo en la vida – tiene de cal y de arena. No podemos tapar el sol con un dedo. Tenemos médicos muy corruptos e indolentes que maltratan cruelmente a los pacientes y sus familiares. A ese respecto – ante la clamorosa inoperancia de los órganos de control del Estado – la ciudadanía debe identificar a esas lacras de la salud pública, y desenmascararlas públicamente como corresponde.
No obstante, hay felizmente – en Ica y en todo el país – muchos excelentes profesionales de la salud que hacen honor a sus juramentos hipocráticos, y que son el orgullo de todos los peruanos. A ellos se deben muchas curaciones extraordinarias que han salvado miles de vidas humanas. Gracias a ellos – precisamente – eliminamos las colas en todos los hospitales de Ica y mejoramos mucho la salud pública en la región, durante la gestión 2015 / 2018 que me tocó presidir.
Para ello, hubo que sancionar drásticamente – de acuerdo a ley – a quienes cometieron faltas graves. Por ello, fuimos objeto de muchas denuncias. Los médicos corruptos – y sus defensores – jamás dieron su brazo a torcer. Sin embargo, la experiencia de luchar contra la corrupción y la indolencia en los hospitales de la región fue muy gratificante.
Contra viento y marea, sancionamos muchos actos de indisciplina laboral, por más respaldo cómplice – político y periodístico – que tenían aquellos malos servidores públicos. Pero no se salieron con la suya. La ciudadanía – sobre todo, los pacientes y sus familiares – eran la razón de ser de nuestro trabajo.
El problema – repito – es que todo lo avanzado en la gestión 2015 / 2018 ha vuelto a fojas cero. La mafia de la salud – promovida desde el Gobierno Regional de Ica – ha vuelto. Desde el 2019 Ica está nuevamente a la par de la pésima atención de la salud pública en todo el país. ¡Pobres pacientes! Lampadia