Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 12 de octubre de 2022
Para Lampadia
Los testimonios de pacientes maltratados son cada vez más frecuentes y recurrentes. Casi todos los días, medios de comunicación radiales, televisivos, escritos y digitales dan cuenta de ello. Es verdad… el maltrato viene de tiempo atrás, pero también es verdad que el problema va de mal en peor.
Me refiero a los servicios que brindan los hospitales y centros de salud del Estado: Ministerio de Salud (MINSA) y Gobiernos Regionales, Seguro Social (EsSalud) y Fuerzas Armadas y Policiales. ¡Ningún sistema de salud pública se salva! ¡Todos tratan muy mal a sus pacientes! ¡Una crueldad de aquellas, por tratarse de personas enfermas, adoloridas y encima… pobres!
En efecto, los denominadores comunes del sistema de salud pública peruano son: crueldad, injusticia, indolencia, maltrato, abuso… y todo lo demás.
¡Cómo calificar – si no – a las interminables colas de amanecida que tienen que hacer los pacientes, para ver si buenamente son atendidos!
¡Qué decir de los tiempos – generalmente meses, y hasta años – que tienen que esperar para recibir una atención, que – para colmo – es mala!
¡Cuántos pacientes mayores – o graves – mueren en el ínterin, sin recibir ninguna atención hospitalaria!
Seamos sinceros… salvo muy contadas excepciones, la salud pública en nuestro país es lo peor de lo peor.
Pues bien – a diferencia de lo que muchos piensan y dicen – el problema no es por falta de presupuesto, ni por falta de infraestructura hospitalaria o equipamiento médico. Tampoco es por falta de médicos, especialistas, enfermeras y demás. Y menos, por falta de medicamentos o insumos. El problema de los pésimos servicios de salud pública en nuestro país es MORAL.
Sí. La CORRUPCIÓN es la madre del cordero. Sin embargo, aclaro. En el Estado hay muchos médicos, enfermeras y profesionales de la salud estupendos, abnegados, brillantes, compasivos y eficientes. Ellos no son el problema. Al contrario. ¡Un aplauso y gratitud total para todos ellos! El problema son los otros… los corruptos, indolentes, crueles, coimeros, ladrones y demás. Yo puedo dar fe de ello. Los vi con mis propios ojos – y los combatimos y sancionamos – durante nuestra gestión en el Gobierno Regional de Ica en el período 2015 / 2018.
La mejora significativa de los servicios de salud pública en Ica fue uno de los mayores logros del Gobierno Regional, de aquel entonces.
Desde que asumimos la gestión, convocamos a los Gerentes Públicos más calificados del país, para ocupar los cargos de mayor jerarquía de la Dirección Regional de Salud (DIRESA) de Ica y en los hospitales y centros de salud de la región. La Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR) fue determinante en aquel gran logro regional.
Aparte de las mejoras en la alta dirección de los hospitales y centros de salud, la ciudadanía fue testigo de la objetividad y profesionalismo con que llevamos a cabo los concursos para la contratación de los profesionales de la salud. Todos los iqueños pudieron constatar nuestra firme determinación de acabar con el clientelismo político, ventas de puestos y / o asignaciones de puestos de favor, que tanto daño le hicieron a nuestra región en las gestiones anteriores… y que – lamentablemente – han vuelto con la gestión actual.
Fueron precisamente esos funcionarios rigurosamente preparados y calificados por el programa SERVIR, y los profesionales que ganaron en buena lid sus puestos en nuestros centros de salud, los que llevaron a cabo aquella verdadera revolución silenciosa que propició la mejora de la atención de nuestros pacientes.
Aunque parezca mentira, en Ica cuadruplicamos las atenciones de consultas externas, eliminamos las colas, y mejoramos sustancialmente la calidad y eficacia de las atenciones hospitalarias… sin aumentar el presupuesto. Incluso, en el 2018 controlamos totalmente la epidemia de Dengue que – fatalmente – está nuevamente de vuelta, de la mano de la mafia regional que también está de vuelta. ¡Oh corrupción en salud… cuántas muertes y desdichas podemos contar en tu nombre!
Ahora bien, los logros mencionados anteriormente, solo se pudieron alcanzar en tanto tuvimos éxito en la lucha continua y desgastante contra la corrupción en el sector. Además – como no podía ser de otra forma – la ciudadanía jugó un rol decisivo en la mejora de la salud pública en la Región Ica. En efecto, la participación de pacientes y familiares en la evaluación de los servicios de salud, dio frutos muy valiosos para identificar a los corruptos y / o maltratadores.
Moraleja: Sí se pueden mejorar los servicios de salud pública en todo el país. Para ello hay que quitarles las competencias a los políticos corruptos.
“Despolitizar” la salud… esa es la idea. El MINSA y los Gobiernos Regionales no deben gestionar ningún hospital o centro de salud. Hay mucha corrupción en ellos. Más bien, hay que profesionalizar – y autonomizar (tipo BCR) – la salud pública en nuestro país.
Por otro lado, hay que terminar con el monopolio de EsSalud y forzarlo a que compita con otros proveedores. Los trabajadores – léase, los aportantes – deben elegir libremente los servicios de salud de sus preferencias. Lo mismo hay que hacer con los servicios de salud de las Fuerzas Armadas y Policiales. Ciertamente, hay que integrar todos los sistemas de salud para lograr la tan mentada “interoperabilidad”. Pero de verdad… ¡no de la boca para afuera!
En Ica – en el período 2015 / 2018 – mejoramos mucho los servicios de salud. Fue una experiencia maravillosa, apasionante y – sobre todo – muy tierna y digna. Y repito… todo fue cuestión de eliminar la corrupción y la crueldad en el sector. El hecho es que ¡sí se pudo! Lampadia