Carlos E. Gálvez Pinillos.
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Leía una entrevista a Larry Flink, Presidente y CEO de Black Rock, uno de los fondos de inversión más grandes del mundo, en la que hace varias reflexiones respecto a Europa, pero perfectamente aplicables a Latinoamérica y particularmente al Perú. Lo interesante, es que están sumamente alineadas a nuestras características, falencias y oportunidades.
Una de las primeras reflexiones que les hace a los europeos es que, si quieren ser competitivos, su economía no puede estar más regulada que la norteamericana. Eso mismo se aplica al Perú, donde hemos caído en un nivel de sobre regulación asfixiante. Las inversiones, proyectos y negocios, no pueden estar tan excesivamente regulados, ni tomar tanto tiempo para poder ser ejecutados, necesitamos eliminar rigideces laborales, de importación de productos (productos médicos por ejemplo, obviando que agencias oficiales americanas y europeas ya las certificaron), y como esas, una infinidad.
Un tema al que nuestros políticos y población en general no presta atención es, que la tecnología desarrollará el mundo, que su aplicación optimiza el aprovechamiento de los recursos utilizados en la industria o bien, maximiza el aprovechamiento y explotación de los recursos naturales disponibles, haciéndolo de forma más competitiva. Al respecto, nos hace la reflexión de que hace 10 años, las 10 primeras empresas del S&P 500 explicaban el 20% del índice, mientras que hoy, esas top 10 explican el 38% del índice y, todo, producto de la tecnología.
Otro elemento importante, es que los mercados de capitales son la máquina de crecimiento económico más democrática del mundo.
En este punto debemos reflexionar, que en el Perú no hemos dado mayor impulso a este mercado de capitales, no sólo eso, sino que, de un lado, nos hemos ocupado de destruir, desde el Congreso, un instrumento poderoso como el sistema privado de pensiones, mientras por otro, no hemos fomentado el desarrollo de ese mercado para emisiones de bonos, emisiones de capital, ni impulsar el trading en nuestra bolsa de valores.
Así mismo, hace hincapié en la importancia del desarrollo de infraestructura y el rol de esta en el crecimiento económico de un país y el bienestar de sus ciudadanos. Ya todos sabemos que en nuestro país tenemos un déficit de infraestructura superior a los US$ 160 mil millones, déficit que tendríamos que conjurar con múltiples herramientas como las APPs, pero que serían un elemento fundamental para potenciar nuestro mercado de capitales. Esto beneficiaría a los inversionistas nacionales, pero también a todos los países miembros de la Alianza de Pacífico, donde ya deberíamos haber impulsado una mayor actividad, además de atraer inversionistas de todo el mundo.
En este mundo competitivo, la única vía para crecer es maximizando la productividad y esto sólo se logrará con mayor uso de IA (inteligencia artificial), que es cara, uso de robótica, uso de sensores y, todo ello, implica una mayor demanda de electricidad. Aquí tenemos una nueva oportunidad, la posibilidad de desarrollar nuestros múltiples proyectos de energías alternativas. Recordemos nuestras fuentes hidroeléctricas, eólicas, fotovoltaicas y, por qué no, geotérmicas y nucleares. Tenemos un gran potencial que, de ser ejecutado prontamente, nos permitiría hacer de la electricidad un bien transable a nivel regional y exportarla.
Creo que debemos ser capaces de convocar a los principales países que podrán beneficiarse de la existencia del puerto de Chancay: China, Brasil, Argentina, Colombia y Chile, para plantearles la construcción del proyecto de conectividad vial y ferroviaria, que les permita hacer sus exportaciones e importaciones de volumen, por esta vía al Pacífico. Esto deberíamos plantearlo como un proyecto de inversión privada, con tecnología de punta, capitales de esos países, ciertamente incluyendo al Perú, pero brindando en nuestro país las facilidades de servidumbres, permisos de construcción y operación privada, con lo que estimularemos nuestra economía y la de nuestros vecinos.
Todo lo anterior, nos lleva a expandir mercados globales, acercar no sólo al Perú a los mercados asiáticos, sino también a nuestros vecinos, que hoy, se ven obligados a dar la vuelta al continente para sacar sus productos a ese destino. Imaginemos, los productores de soja, maíz, productos maderables, carne y lácteos de Acre, Rondonia, incluso Mato Grosso en Brasil, que geográficamente están más cerca del Pacífico que del Atlántico, pero que hoy deben transportarlos por carretera o ferrocarril hasta un puerto en el Atlántico, para dar la vuelta al continente y llegar al Asia o darle la vuelta al África para llegar a ese destino. Deberíamos tener ya desarrollado el análisis económico de esas opciones e invitarlos a trabajar el proyecto de conectividad al puerto Chancay y su cercanía a Shanghai. Podríamos aprovechar el APEC 2024, para invitar a Brasil a ser parte del proyecto.
En resumen, como si lo enunciara para el Perú, Larry Flink hace ver que las inversiones a futuro deben plantearse pensando en: Inteligencia Artificial, infraestructura y jubilación de una población cada vez más vieja y sin jóvenes de reemplazo (nuevamente la pirámide funeraria).
Este panorama nos plantea grandes desafíos y oportunidades. Los ciudadanos pensantes tenemos la obligación de comunicar estas oportunidades e impedir que políticos populistas destruyan el futuro de los trabajadores de hoy, para, en cambio, proponer, alentar y desarrollar todas nuestras potencialidades en su beneficio. Lampadia