El agua viene siendo un tema que se ha sembrado de minas, tanto por gente de buena intención, algunos desinformados y otros oportunistas que encuentran en él un espacio para cosechar réditos políticos.
Iniciando un mayor análisis sobre este importante tema, el especialista en asuntos hídricos, Leopoldo Monzón Ugarriza, expone a continuación algunas ideas esclarecedoras sobre la realidad del agua (dulce) en el Perú.
Monzón nos explica que el Perú es el octavo país con más agua dulce del planeta. Que no sabemos aprovechar el recurso, pues no cosechamos el agua, ya sea en grandes represas o reservorios menores y familiares, como postula el programa de Sierra Productiva. Tampoco trasvasamos el agua que perdemos hacia el Atlántico para su uso social y productivo en la costa árida del Perú. Además dimensiona el esfuerzo económico que debemos movilizar para poner en valor este importantísimo recurso. Veamos su análisis:
¿Conocemos la realidad del Recurso Hídrico?
Leopoldo Monzón Ugarriza
Gerente General de PROESMIN SAC
Consultor Temas Hídricos
En la tierra tenemos los siguientes tipos de agua: la dulce, la salobre y el agua del Mar. El tipo de agua que se utiliza para consumo humano, en agricultura-ganadería, minería e industria en general, es básicamente agua dulce proveniente de: Ríos, Manantiales, Lagunas, Lagos, Aguas Subterráneas, Precipitaciones, Nevados, etc. Por ello el agua es y será el bien más preciado para la humanidad, más aun hoy con el cambio climático que estamos experimentado y comprendiendo muy poco, se vuelve imprescindible conocer más sobre la oferta, demanda, disponibilidad, calidad, gestión y manejo del agua.
El Perú es el octavo País con más agua dulce del mundo, contando con 231 cuencas hidrográficas, 70% de los glaciares tropicales del mundo, 1,007 ríos y 12,200 lagunas; sus precipitaciones varían desde los 40mm de promedio anual en la costa a 3,000 mm en la selva y 300 mm en la sierra como promedio.
Ante este panorama lo primero que se viene a la mente es si tenemos abundancia del recurso, ¿por qué sufrimos tantas carencias y tantos conflictos alrededor de ello? La explicación es que la población no siente, ni percibe esto, porque solo el 35% de la misma tiene agua las 24 horas del día, por lo que le es válido que el 65% de la población piense que el desarrollo de proyectos mineros, energéticos, agropecuarios determinan que la disponibilidad de agua disminuya y que las posibilidades de contar con él a futuro sean inciertas.
Esta disyuntiva nos obliga a ser creativos y emprender el reto de conocer el balance hídrico en las principales cuencas e intercuencas del País, comenzando por las de la costa y la sierra; concentrando esfuerzos en donde se encuentran las mayores poblaciones y considerando la vocación territorial más adecuada para la extracción racional de recursos naturales renovables y no renovables. En esta línea, en los últimos meses, con el auspicio del Banco Mundial, Gobierno Regional de Huancavelica, el MINEM, ONG Tendiendo Puentes, Sierra Exportadora y el Gobierno Regional de Junín, hemos estudiado 8 cuencas e intercuencas que han arrojado resultados muy parecidos entre ellas respecto al: superávit del recurso hídrico en mediaciones anuales y el déficit estacional entre Julio y Noviembre, la mala gestión del recurso por las organizaciones rectoras, por falta de información, excesivo consumo de agua de la agricultura (por falta de riego tecnificado), contaminación por falta de control y gestión y, falta de plantas potabilizadoras (PTAP), Biodigestores y de plantas tratamiento (PTAR).
Conocida nuestra realidad hídrica mes por mes, en cada una de las cuencas identificadas, estaremos en condiciones de elaborar la planificación adecuada de la infraestructura necesaria, la ingeniería y la construcción de la misma a nivel nacional, comenzando con las soluciones para la población. Esto debe generar un cambio en la percepción respecto al recurso, por lo menos debemos llegar al bicentenario con el 70% de la población con agua y desagüe las 24 horas al día y en paralelo, en costa y sierra, tecnificar el riego, construir macro, mini y micro represas, en la selva, mejorar la infraestructura de transporte y la remediación de pasivos ambientales producidos en el pasado por minería, petróleo, agro y la población. Conociendo lo oneroso que puede ser esto y, para romper el paradigma de que si podemos llegar a soluciones rentables y sostenibles, procedimos a calcular el cierre de la brecha hídrica en el Perú que suma US$58,000MM (US$23,000MM en agua, desagüe y redes; US$25,000MM en mejora de riego y represas y US$10,000MM en mejoras ambientales, rehabilitaciones y reforestación).
Esto se puede financiar de tres fuentes: Minería y Gas, Agro y por la puesta en valor del territorio. Cinco mega proyectos mineros como los que evitamos se desarrollen durante los últimos años, nos generarían impuestos (a los precios deprimidos de hoy) de aproximadamente US$ 5,000MM anuales por un promedio de 20 años (de vida de los proyectos). El incremento estimado de 300,000 Has. Para el agro, nos generaría en pisos altitudinales de los 500 a los 2,000 msnm impuestos de US$3,000MM anuales, producto de la siembra de Café, Cacao, Cítricos, Arándanos, Palta y Uva; y la capacidad de poner en valor 20,000 Has. de terrenos para vivienda y actividades productivas para 500,000 pobladores que generarían impuestos por US$5,000MM. Si llevamos esto a un flujo de caja simple, en los primeros cinco años tendríamos un nuevo PAÍS.
Esta propuesta debe ser mejorada con los comentarios de los lectores. Ahora que está claro que podemos conocer algo más del agua, podremos seguir estudiando las principales cuencas y presentando modelos a partir de un manejo adecuado del recurso hídrico que derive en generación de riqueza para la población. Lampadia