Las nuevas inversiones en energía limpia cayeron a US$ 287,500 millones el año pasado, un 18% menos que el récord de US$ 348,500 millones en 2015, según un nuevo informe de Bloomberg New Energy Finance (BNEF) titulado “Tendencias globales en la inversión en energía limpia”. El informe destaca que esta reducción en la inversión también se debe a la caída del costo de las fuentes renovables.
Las mejoras en curso en las tecnologías de energía renovable, tales como los sistemas solares fotovoltaicos (PV) y turbinas eólicas, significan que el mundo está produciendo más megavatios de energía verde con la misma cantidad de dinero. Ese es un poderoso motor de cambio para la matriz energética del mundo.
En 2015, casi la cuarta parte de la electricidad mundial provenía de las energías renovables, cuya capacidad superó por primera vez al carbón, según la Agencia Internacional de Energía (AIE). Sin embargo, si bien la energía renovable se expandió a su ritmo más rápido, el carbón sigue siendo la mayor fuente de producción mundial de electricidad, representando el 40.7% del total, frente al 22.3% de las renovables.
En muchas partes del mundo las energías renovables han logrado reducir sus costos de una manera impresionante, alcanzando niveles que les permite competir en la matriz energética con los combustibles fósiles en muchas partes del mundo. BNEF cita un proyecto eólico en Marruecos que tiene un precio no subsidiado de US$ 30 por MWh (megavatio/hora) y un proyecto solar en Chile que genera electricidad por $ 29.10 / MWh. «Estos deben ser los precios de electricidad más bajos en cualquier proyecto nuevo, de cualquier tecnología, en cualquier parte del mundo, en la historia», escribe BNEF.
Los precios de energía solar en el mundo han caído en 80% desde el 2010, por la reducción y mayor eficiencia del costo de los paneles, afirma la Agencia Internacional de Energía Renovable. La aceleración del desarrollo tecnológico ha abierto la puerta al crecimiento económico en todo el mundo y permitirá que todos aprovechemos la sostenibilidad energética a la que se llegará, utilizando distintas fuentes de energía. Se estima que en un plazo relativamente corto (20 años para algunos) sustituiremos el uso de hidrocarburos por energía solar. (Ver en Lampadia: La ansiada energía renovable del futuro está en la puerta) y apreciar la velocidad de la reducción del costo de la energía solar en el siguiente gráfico:
A medida que las energías renovables continúen teniendo una mayor participación en los mercados de electricidad, las reglas del juego van a cambiar. La energía solar y eólica de bajo costo podrían transformar los mercados de electricidad en una estructura de «renovables de bajo costo», según BNEF. En lugar de utilizar electricidad que proviene del carbón, hidroeléctricas, gas natural y/o nuclear, el modelo de «energías renovables de bajo costo brindaran energías renovables baratas con una gran capacidad de respuesta a la demanda».
Esto presentará algunos serios retos regulatorios, pero BNEF afirma que es la dirección en la que se están dirigiendo los mercados de electricidad. Su importancia es innegable: las energías renovables se están convirtiendo en la primera opción de la matriz energética.
Por su lado, América Latina está a punto de asumir un rol de liderazgo en el sector de energías renovables en 2017. El enorme potencial y la rápida difusión de las energías renovables en la región han impulsado una transición a una economía baja en carbono. Según un informe del Foro Económico Mundial, en países de América Latina -en particular Brasil, Chile y México- la energía solar y eólica son más competitivas que los combustibles fósiles. Bloomberg New Energy Finance predice que la energía solar podría ser más barata que el carbón en el mundo en 2025, o antes, en lugares que tienen depósitos de carbón limitados y un impuesto sobre el carbono, como Brasil.
Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía, a medida que crezca la demanda en los próximos cinco años, las energías renovables seguirán siendo la fuente de electricidad que crece más rápido. América Latina ya está liderando el movimiento global de energía verde, con 53 % de su capacidad representada por las energías renovables. En 2016, Costa Rica funcionó puramente en energía renovable por meses, y Uruguay generó 92.8 % de su electricidad de renovables.
Este año, el presidente argentino, Mauricio Macri, emitió un decreto para desarrollar significativamente el sector de renovables de su país. Por otro lado, Google Chile anunció que ahora obtiene el 100 % de su electricidad de energía renovable mediante 776,000 paneles solares instalados en el desierto de Atacama. Además de abastecer el centro de datos y las oficinas de Google, la planta solar El Romero, uno de los mayores proyectos fotovoltaicos del mundo, produce suficiente energía limpia para abastecer a 240,000 hogares, evitando alrededor de 475,000 toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono.
Después de que el Perú se negara a exportar gas a Chile y se pusiera remilgoso sobre la posibilidad de exportar electricidad, Chile, que tenía costos de energía que podían llegar al doble de los peruanos, priorizó las inversiones en plantas de licuefacción de gas para comprarlo en el mercado internacional, e impulsó los proyectos de energías renovables. Entre ambos desarrollos Chile ha cerrado sustancialmente la brecha de costos con el Perú y nosotros hemos perdido, una vez más, un desarrollo productivo sólido y rentable. ¡Viva el estúpido nacionalismo!
La planta solar chilena es emblemática del vasto potencial de energía renovable de la región y la combinación de políticas nacionales y mecanismos financieros innovadores que impulsan las inversiones en energía renovable. Un número cada vez mayor de países está utilizando subastas de energía para otorgar capacidad a desarrolladores de energía renovable a bajos precios; las recientes licitaciones de energía en Argentina, Chile, México y Perú dieron como resultado una alta participación para proyectos eólicos y solares.
En muchos países de América Latina, especialmente en Brasil, las licitaciones y los proyectos de infraestructuras cuentan ahora con mayores oportunidades para la inversión extranjera. América Latina tiene algunos de los mercados más prometedores y sin explotar para la energía renovable y debemos estar listos para aprovecharlos. Lampadia