Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 31 de diciembre de 2021
Para Lampadia
El año 2021 que acaba de terminar, fue un buen año de agua. Efectivamente, hubo agua en abundancia. Me refiero a la temporada de lluvias de principios de año, entre enero y abril, y al final del estiaje, desde mediados de noviembre en adelante, cuando empezó a llover nuevamente.
La gente se olvida, pero durante el verano pasado – como siempre – botamos cualquier cantidad de agua dulce al mar. Y por si fuera poco, tuvimos desbordes e inundaciones por la gran cantidad de agua que tuvimos en nuestros ríos y canales. Incluso, producto de las lluvias, hubo huaicos de lodo y piedras que cortaron carreteras y caminos, y arrasaron con todo lo que encontraron en su camino.
Por otro lado – como era de esperar – no llovió entre mayo y octubre, tal como ocurre todos los años, desde toda la vida. El estiaje es así… no llueve. Siempre ha sido así. Eso lo sabemos los agricultores de Costa, Sierra y Selva; y del Norte, Centro y Sur. Todos.
Ahora bien, quienes estamos involucrados en el quehacer agrícola, también sabemos que las plantas producen más – y mejor – cuando tienen agua todo el año, no sólo cuando llueve.
Para ello, algunos hemos construido reservorios donde guardamos aguas sobrantes de la temporada de lluvias. Otros han perforado pozos para extraer agua del subsuelo. Así – con reservorios y / o pozos – los agricultores modernos y eficientes tenemos agua todo el año.
He ahí la principal diferencia entre la agricultura altamente productiva y la agricultura precaria: el agua. Y si el agua se maneja a través de sistemas de riego tecnificado, mejor aún. Entonces, la disyuntiva es: ¿agua todo el año, o agua solamente cuando llueve?
Esa es la diferencia entre la agricultura empresarial, que emplea formalmente a un millón de trabajadores, y que en el 2021 batió todos los récords de exportaciones de uvas de mesa, arándanos, paltas, cítricos, y demás; y la pequeña agricultura tradicional, que emplea informalmente a cinco millones de peruanos, y que la está pasando mal… muy mal.
Pregunta del millón:
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¿Tan difícil es entender la problemática del agua para la agricultura?
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¿Acaso, tener o no tener agua todo el año – más el riego tecnificado – no hace la diferencia entre una agricultura próspera y una agricultura pobre?
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¿Por qué no priorizar la construcción de reservorios – y pozos – en todo el país, para que los pequeños agricultores produzcan más, y dejen de ser pobres?
Pues bien, eso que es tan sencillo de explicar, y de sentido común, aparentemente no lo es para nuestras autoridades políticas. Sobre todo, para las del Ministerio de Agricultura. Porque si así fuera, la conclusión sería aún peor: a nuestros políticos les importa un bledo que los pequeños agricultores se mueran de hambre.
¿Ignorancia o indolencia? ¡Esa es la cuestión! ¿Qué tienen nuestros políticos que no ven la solución a la problemática del agua para la agricultura? De repente, son ambas cosas a la vez: ignorantes e indolentes.
Si no cómo explicar que se vayan tanto por las ramas con la cantaleta de la 2ª. Reforma Agraria. ¿A quién se le puede ocurrir que una planta de fertilizantes en Bayóvar va a resolver la problemática de la pequeña agricultura ¡si no tienen agua!
¿Qué efecto podrá tener – más allá de la pose y la demagogia política – que el presidente Castillo regale tractores a agricultores que no tienen agua? O que el Gobierno ofrezca financiamiento, o comprar su producción ¡si no producen… porque no tienen agua!
No priorizar el agua y el riego tecnificado, es como poner la carreta delante de los burros. Todo lo demás – mecanización, financiamiento, industrialización, compras estatales, reorganización del Ministerio de Agricultura, Servicio Civil de Graduados, etc. – es secundario. Repito. La carreta delante de los burros: esa es la imagen que mejor caracteriza al Ministerio de Agricultura de cara a la pequeña agricultura, o agricultura familiar.
Conclusión: la máxima prioridad para la agricultura debe ser el agua. Abramos los ojos a la realidad. El 2021 que acaba de terminar fue muy bueno para los agricultores que tuvieron agua todo el año… pero pésimo para los demás. Lampadia