Uno de los grandes mitos construidos en el Perú, es que la minería no tiene valor agregado, gente educada llega a decir que se exportan piedras. Esto no es cierto, ya que de cada sol producido en minería, el 67% corresponde a su Valor Agregado, mientras que el 33% restante proviene del Consumo Intermedio. En el sector manufacturero esta proporción se invierte, siendo que su Valor Agregado llega solo a 33% de lo producido y 67% a consumos intermedios.
El Valor Agregado (VA) en un sector económico se define como la riqueza generada en la propia actividad, excluyendo la utilización de insumos o productos y servicios correspondientes a otros sectores, también denominados como Consumo Intermedio. En minería los insumos de terceros empleados son entre otros: explosivos, energía eléctrica y productos químicos; mientras que en los servicios encontramos actividades como transporte, ingeniería y financiamiento. La suma del Valor Agregado y el Consumo Intermedio corresponde al Valor Bruto de la Producción, el volumen de la producidos a los precios del año base (en el Perú sigue vigente la base de 1994).
Algunas críticas apuntan a que la producción de concentrados de minerales tienen poco valor agregado, como si todavía se hiciera pallaqueo o recojo de piedras mineralizadas, esto no es correcto. Veamos un ejemplo del valor agregado de la exportación de concentrados: Si a los concentrados de cobre exportados entre enero y noviembre de este año le añadimos procesos adicionales y producimos mineral refinado, el valor de exportación sería de solo un 5.1% adicional, si diéramos un paso adicional y producimos alambrón de cobre, el valor se incrementaría en un 14.5% sobre el de los concentrados. Estos márgenes adicionales fueron aún más pequeños en el 2010, según cálculos del IPE.
No se puede dejar de notar que para que el Perú transforme sus minerales en productos refinados y otros de mayor valor, tendríamos que ser intensivos en la producción de energía eléctrica y en capitales financieros. Nuestro país no es aun intensivo en energía ni en capitales, y una cosa es exportar un commodity y otra, muy diferente, productos terminados como cables y otros, que tienen condiciones de competencia diferentes y requieren capacidades comerciales que no tenemos aún.
Finalmente no perdamos de vista el bosque por mirar el árbol, el aporte de la minería a la economía, va más allá de su propio valor agregado, pues genera valor con los encadenamientos con los demás sectores de la economía. Así mismo, en términos de empleo, se puede apreciar que, según el IPE, por cada empleo generado por la minería, se crean nueve adicionales en otros sectores y por cada US$ 1,000 millones de exportaciones mineras se genera un incremento en el PBI de US$ 1,470 millones.
Contamos pues con un sector que aporta un gran valor agregado a la economía, generando valor a partir de terrenos eriazos, en zonas alejadas, convirtiéndolos en miles de millones de dólares de exportaciones. Pongamos en valor los recursos mineros que tenemos el privilegio de tener, y que tiene pendiente una cartera de inversiones de US$ 57 mil millones. Lampadia