Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 15 de octubre de 2021
Para Lampadia
Una vez más, la envidia y la mediocridad están al acecho de la agricultura empresarial en nuestro país. Una vez más – de manera perversa – se están alineando los tres astros premonitores del mal: la ignorancia, la envidia y el rencor. Una vez más, el populismo, la demagogia y la politiquería barata pretenden malograr la exitosísima historia de progreso económico y bienestar social de nuestra agricultura exportadora.
La agricultura empresarial iqueña es un éxito ampliamente reconocido y comentado a nivel mundial, excepto para ciertos políticos nacionales, incluidos algunos periodistas, académicos y dirigentes sociales que por cuestiones ideológicas – y sicológicas – jamás valorarán los logros alcanzados en las estupendas plantaciones frutícolas y hortícolas de Ica.
Ese es el caso del Ministerio de Cultura que acaba de difundir un video donde se pretende culpar a nuestra agricultura exportadora de la falta de agua potable en las ciudades y centros poblados de Ica. ¿Qué tiene que ver el Ministerio de Cultura con el agro o con el agua potable? Ciertamente, nada… pero igual mete su cuchara en el tema.
En dicho video, la socióloga María Teresa Oré – profesora y miembro del Consejo Directivo en la Maestría de Recursos Hídricos de la Pontificia Universidad Católica del Perú – sostiene que la escasez de agua potable para la población iqueña se debe a que las empresas agrícolas se la llevan toda [¡Hay PUCP!].
La pregunta es:
- ¿acaso no es sabido que el suministro de agua potable está a cargo de las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS´s), de propiedad de las municipalidades provinciales?
- ¿Y que – a nivel rural – el agua potable está a cargo de las Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento (JASS), manejadas por los municipios distritales?
Más bien, lo que se debería reconocer en dicho video es que ese esquema – el de las empresas municipales de agua potable – fracasó. La mayoría de EPS´s y JASS´s están quebradas financieramente. La corrupción y el clientelismo político las quebró. Yo puedo dar fe de ello. Las EPS´s y JASS´s de la Región Ica son – casi todas – antros de corrupción e inoperancia. Por eso los iqueños no tienen agua potable en sus viviendas.
Dejémonos de hipocresías. La institucionalidad del agua para uso domiciliario tiene que cambiar. La salud de los iqueños está en juego. Una entidad pública autónoma, especializada, y meritocrática – tipo Banco Central de Reserva (BCR) – que no dependa de los alcaldes de turno… eso es lo que se necesita. Los alcaldes cambian a cada rato. Y con ellos cambia – también – gran parte del personal de las EPS´s y JASS´s. Clientelismo político en su máxima expresión.
Repito… los iqueños no tienen agua potable en sus viviendas por culpa de sus autoridades municipales. Y lo mismo sucede en el resto del país. Los acuíferos de Ica tienen agua para atender a la población. Es falso que los acuíferos iqueños se hayan agotado. ¿Cuántas veces habré escuchado decir que “a la agricultura iqueña le quedan 5 años de vida”? ¿Cuántos “expertos” han repetido el cuento del apocalipsis hídrico de Ica? El problema para aquellos videntes de la muerte de la agricultura iqueña es que hace más de 20 años vienen profetizando al respecto, y la agricultura de Ica sigue creciendo y prosperando.
Lo que no dicen estos agoreros de desgracias hídricas es que – aparte de las recargas naturales e inducidas de los acuíferos – los ríos de Ica vierten al mar, todos los años en las temporadas de lluvias, cientos de millones de metros cúbicos de agua dulce. ¿Por qué no hacen algo para guardar parte de esas aguas sobrantes?
CONCLUSIÓN: Ica tiene agua. Agua para su población y agua para su agricultura. En Ica no hay falta de agua. Lo que falta en Ica – y en todo el país – es mejorar la gestión del agua. Lampadia