Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 15 de marzo de 2019
Para Lampadia
El show está entretenidísimo. Miles pueden dar fe de ello. “Egoísta” – le dijo el Gobernador arequipeño a su par puneño –. “Borracho… full tufo” – le espetó el Gobernador altiplánico a su vecino mistiano –. El show llegó también a territorio moqueguano. “Han intentado asesinarme de una puñalada” – denunció el Gobernador Aduviri, luego de izar la bandera puneña en las inmediaciones de Pasto Grande –. “Pasto Grande es nuestro” – gritaron los moqueguanos. ¡Show sí, agua no! parece ser la consigna.
Pregunta: ¿Qué se puede esperar de una relación tan agresiva y tan propia de unos pandilleros púber? ¿En qué terminará esa pelea de perros por el agua? Obviamente, en nada. Nada de nada.
El manejo del agua en nuestro país es recontra deficiente. Muchos peruanos no reparan en la enorme cantidad de agua de lluvias que cae sobre nuestra serranía – todos los años, entre los meses de diciembre y abril – que se pierde en el mar, sin que nadie haga nada por evitarlo.
Este fenómeno se repite desde Cajamarca por el norte, hasta Puno por el sur. Repito. Nuestra temporada de lluvias es copiosa, como ahora. Pero pronto sobrevendrá el estiaje. A partir de mayo hasta noviembre, todo el país se secará. Sobre todo, la Sierra. Todos los años, la misma historia. Lluvia – sequía – lluvia – sequía. Aguas más, aguas menos; así es el ciclo hidrológico en nuestro país.
Por ello la solución pasa indefectiblemente por lo que se denomina “Afianzamiento Hídrico”, que no es otra cosa que guardar el agua de lluvias para disponer de ella en los estiajes. El objetivo es que todos los peruanos tengamos agua, todo el año, todos los años.
Para ello, la clave es evitar que el agua se pierda en el mar. Y ¿cómo se guarda el agua de lluvias? En reservorios. Los bosques y pastizales – cual esponjas gigantes – también guardan agua de lluvias. Incluso los acuíferos. Es decir, los reservorios subterráneos. Antes el agua se guardaba también en los glaciares alto andinos, pero – con el calentamiento global – estos se están derritiendo. ¡Una lástima!
A lo que quiero llegar es que, en vez de pelearnos como perros rabiosos, debemos aunar esfuerzos para construir reservorios, plantar árboles, y cercar pastizales. Todo esto debe hacerse preferentemente en la Sierra, donde llueve más, y el agua está libre de sedimentos. Y en la Costa hay que infiltrar la mayor cantidad de agua posible para rellenar los acuíferos.
Así se lograría el afianzamiento hídrico que tanto necesita nuestra población. Si procediéramos de tal modo, todos los peruanos tendríamos agua todo el año, todos los años. Empezando por la Sierra… ciertamente la región más afectada por la escasez de agua en los estiajes.
Un Canon Hídrico – similar al Canon Minero – podría financiar este gran proyecto, que podría denominarse “La Hermandad del Agua”. El 50% del Impuesto a la Renta que pagan las empresas agroexportadoras, bastaría – y sobraría – para construir miles de pequeños y medianos reservorios en la Sierra. Adicionalmente, el Canon Hídrico serviría también para plantar y cercar millones de hectáreas de bosques y pastizales andinos.
El problema es que, así como van las cosas, no habrá agua para nadie. Ni para la Costa, ni para la Sierra. El show de las peleas de perros continuará. Y el agua se seguirá perdiendo en el mar… como toda la vida. Lampadia