A pesar de caídas en los precios de las materias primas, Australia ha evitado caer en recesión durante los últimos 25 años. Su sector minero ha sido aclamado como el salvador de la economía, protegiendo al país de los efectos de las graves recesiones económicas experimentadas en Estados Unidos, Europa y otros países durante y después de la crisis financiera mundial de 2007-08.
No hay duda de que el auge de los minerales y la energía de los años 2000 fueron responsables de gran parte del crecimiento de los ingresos de exportación de los commodities. También protegió las tasas de crecimiento económico y los empleos durante este período. El boom de la minería se debió en gran parte al aumento significativo de la demanda de materias primas y energía por parte de China e India durante su muy rápido crecimiento económico en la última década.
La tasa de crecimiento del PBI llegó a 2.9% en 2016, una ligera mejora del 2015. El sector minero actualmente contribuye alrededor del 20% del PBI de Australia. Se encuentra entre los diez países más importantes en la producción y exportación de casi todos los minerales. Tiene las reservas más importantes de numerosos recursos estratégicos; por ejemplo, cuenta con 40% de las reservas confirmadas de uranio en el mundo.
El mayor impacto del sector minero está en las exportaciones. En los últimos años ha representado más del 50% de los ingresos totales de exportación de Australia. El efecto del auge de la minería sobre las exportaciones ha sido enorme; por ejemplo, entre 2000 y 2010, el valor de las exportaciones de la minería aumentó en más del 120%, pasando de US$ 63 mil millones a US$ 139 mil millones.
Reformas radicales
Australia tieneuna economía muy diferente a la de hace 30 años. Como afirmó The Economist recientemente, “La economía ha sufrido cambios cruciales desde los años ochenta”. El ex primer ministro de Singapur, Lee Kuan Yew, advirtió en ese entonces que Australia corría el riesgo de convertirse en «el ‘white trash’ de Asia».
Poco después se inició un período reformas de 17 años, impulsado por los ‘titanes laborales’ Bob Hawke y Paul Keating. Comenzaron liberando el tipo de cambio del dólar australiano en 1983, y luego le siguió la desregulación financiera, la reforma tributaria, la reducción de los aranceles, el fin de la fijación centralizada de los salarios y la creación de un sistema privado de pensiones. Luego se logró que el Banco de Reserva de Australia fuera oficialmente independiente, devolviendo el presupuesto al excedente y liberalizando las leyes laborales.
Desarrollando otros sectores
La industria minera de Australia ha sido el catalizador del crecimiento económico en la última década. El boom de los commodities y el aporte de la minería a la economía va más allá de su propio valor agregado, pues, como en el Perú, genera valor con los encadenamientos con los demás sectores de la economía.
La industria de servicios es la ‘columna vertebral’ de la economía de Australia, que incluye banca, seguros y finanzas; medios de comunicación e industrias del entretenimiento; consultoría, turismo y retail. Entre estas industrias, la banca, las finanzas y los seguros son los que mejor desempeñan; proporcionando la mayor ganancia y se encuentran entre las industrias de más rápido crecimiento en Australia.
La meta de Australia es convertirse en un productor y exportador competitivo, no sólo de productos tradicionales agrícolas y mineros, sino también de una mezcla diversificada de bienes manufacturados, servicios y tecnologías de alto valor agregado.
Lecciones para el Perú
Al igual que comentamos en el caso de Noruega (Exitoso modelo que aprovecha sus RRNN), a diferencia del Perú, a nadie se le ocurre descalificar la economía noruega o australiana como ‘primaria exportadora’ o hablar del ‘pos-extractivismo’. La sensatez de su clase dirigente les ha permitido transformar su gran riqueza de recursos naturales en bienestar; a través de educación, salud e infraestructuras de primer nivel y la armonía interna les ha permitido desarrollar buenas instituciones. En base a su sentido práctico y la desideologización de las políticas públicas (como los casos más exitosos del Asia), hoy tienen una economía competitiva, excelentes indicadores sociales, identidad nacional, seguridad interna y un Estado eficiente y efectivo.
La economía peruana se basa históricamente en sus condiciones geográficas; las diferentes zonas climáticas facilitan la agricultura; los Andes, ricos en recursos naturales, permiten la minería y el Océano Pacífico, con sus corrientes marinas, hacen posible la pesca comercial.
Actualmente, el crecimiento económico continúa siendo impulsado principalmente por las exportaciones de nuestros recursos naturales, en especial los mineros. Además, la liberalización de los mercados, la apertura del comercio a través de múltiples acuerdos comerciales internacionales, la inversión extranjera directa y la maximización de los ingresos resultantes de sus ricos recursos naturales han brindado un gran impulso a los mercados, con un crecimiento del consumo interno y un mayor desarrollo en el sector financiero del país.
Sin embargo, desde el 2011, este crecimiento se ha reducido principalmente por el apagón de los motores del crecimiento. Además las disputas políticas y protestas contra la inversión en grandes proyectos están impidiendo el desarrollo de algunos relacionados con la extracción de recursos naturales en distintas regiones.
La disminución de ingresos por exportaciones que se ha venido registrando en los últimos años por la disminución del nivel de los precios de los commodities podría haber sido compensada por un mayor volumen de producción. Esto se habría logrado si desarrollábamos nuestros recursos con el propósito de acercarnos a nuestro verdadero potencial, seguramente, en términos generales, el triple de nuestra producción actual.
El Perú necesita un mayor crecimiento para cerrar nuestras brechas. Hace poco, Liliana Rojas-Suárez, reputada economista peruana, publicó un análisis muy oportuno sobre el ritmo de crecimiento necesario para que el Perú pueda cerrar las brechas de ingresos con respecto a los países más avanzados (que compartimos líneas abajo). En un primer caso, con respecto al conjunto de los países más avanzados y en un segundo, con respecto a aquellos países que alcanzaron el status de avanzados recientemente. Como puede verse en el siguiente cuadro resumen de los escenarios analizados por Rojas-Suárez, al ritmo actual de crecimiento de la economía, de alrededor de 4% anual, necesitaríamos 78 años para nivelarnos con los más avanzados o y 25 los que recién lo lograron. Si crecemos a un 7% anual, necesitaríamos entre 28 y 13 años para nivelarnos. Ver en Lampadia: La importancia y dificultades de crecer alto y sostenido.
Lo que no podemos hacer es seguir sin sentido de dirección y dejando todos los espacios vacíos para que sean llenados por los enemigos de la inversión privada y el crecimiento. Esperamos una reacción inteligente e inmediata del gobierno para retomar la senda de la prosperidad. Lampadia
The Economist explica
Cómo Australia ha pasado 25 años sin una recesión
The Economist
16 de marzo de 2017
Traducido y glosado por Lampadia
Las reformas han ayudado a la economía a soportar auges y caídas
El mineral de hierro de Australia Occidental y el carbón de Queensland estuvieron en el centro del reciente auge minero de Australia, alimentado por el crecimiento candente de la industria siderúrgica de China. En su apogeo hace unos cinco años, la inversión minera representaba el 9% del PBI nacional. Pero a medida que la inversión comenzó a disminuir en 2013, la deuda de Australia Occidental se disparó. En el 6.5%, su desempleo es ahora el más alto de Australia. Si el patrón de auges anteriores hubiera seguido, la situación de Australia Occidental habría repercutido en todo el país y terminado en un estallido nacional. Sin embargo, el crecimiento de la economía se ha mantenido intacto, superando 25 años sin una recesión. ¿Cómo ha logrado Australia una hazaña que ha desafiado a la mayoría de los otros países ricos?
Los auges mineros de Australia durante los últimos 160 años hicieron que el país se sintiera rico y confiado mientras duraran. Los trabajadores ganaban mucho dinero, lo que trajo prosperidad a regiones remotas que producían oro, carbón, gas y otros productos básicos. Las recesiones siguieron a casi todos los booms anteriores, incluyendo el más reciente, en los años ochenta, en gran parte debido a que el trastorno resultó ser un choque demasiado grande para una economía altamente regulada. Cuando se registró un crecimiento negativo en el tercer trimestre de 2016, algunos anticiparon el inicio de otra recesión (técnicamente definida como dos trimestres sucesivos de crecimiento negativo). Sin embargo, el crecimiento volvió en el cuarto trimestre. El Banco de Reserva de Australia, el banco central, pronostica una tasa de alrededor del 3% este año y el próximo.
La economía ha sufrido cambios cruciales desde los años ochenta. El banco central ahora es libre de fijar los tipos de interés sin interferencia política y el tipo de cambio ya no es fijo. Cuando el auge disminuyó, el banco redujo su tasa de referencia de 4.75% en 2011 a 1.5% el año pasado. El valor del dólar australiano ha caído a $ 0.76, de un máximo de $ 1.10 hace seis años. Estos factores han permitido que los estados más viejos y más poblados de Nueva Gales del Sur y Victoria aprovechen la holgura de la economía: la inversión en industrias distintas de la minería ha crecido alrededor del 10% al año en Nueva Gales del Sur desde 2013. Victoria tiene el mayor crecimiento de población de Australia, producto tanto de la migración interna como externa. Las empresas afectadas por la moneda altamente valorada durante el auge de la minería están encontrando ahora que es más fácil exportar sus bienes. Para turistas y estudiantes extranjeros, es más barato visitar Australia.
Esta economía más flexible aún enfrenta pruebas. Un crecimiento más estable en China ha ayudado a que los precios de los productos básicos reboten después de fuertes caídas. Pero esta vez, es poco probable que las empresas mineras se embarquen en otro auge de la inversión con más empleos. Los precios más altos pueden no durar. Las perspectivas económicas para China, el mayor socio comercial de Australia, siguen siendo una «fuente de incertidumbre» para el banco central. Hasta ahora, sin embargo, la capacidad de Australia para reinventarse económicamente, a través de picos y valles, está dando resultados bienvenidos.Lampadia