Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 10 de agosto de 2023
Para Lampadia
Para la economía, en general – y para la agricultura, en particular – no hay nada más paralizante que la incertidumbre. Eso de no saber qué va a pasar, paraliza todo.
La incertidumbre respecto de los fenómenos naturales es de por sí, muy difícil de manejar. ¿El Niño o la Niña, sequías o lluvias torrenciales, frío o calor, plagas, enfermedades?
La incertidumbre comercial también es complicada: ¿precios altos o bajos, clientes confiables o tramposos, buena demanda o poca demanda?
Sin embargo, la peor de todas las incertidumbres es la causada por el hombre. Sobre todo, aquella incertidumbre causada por personajes – políticos, periodistas, académicos, dirigentes – soberbios, egoístas, ignorantes, o simplemente mediocres.
Por ejemplo… el Presidente de los EEUU – Donald Trump – es un factor de incertidumbre brutal, a nivel mundial.
Me refiero – básicamente – a la estupidez de aplicar aranceles leoninos a todos los productos importados de México, Canadá, China, Europa, y demás. Incluso, Perú. A pesar de estar vigente el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre nuestros dos países. Pero no… Trump se zurra en los TLCs. Para él, sólo valen el proteccionismo y el nacionalismo a ultranza.
Ojo… ciertamente respaldo su posición con respecto a la desregulación y reducción del tamaño del Estado, y su postura respecto del valor de la familia y el género humano: masculino / femenino… y punto. Pero a eso no me estoy refiriendo en el presente artículo.
Me estoy refiriendo al hecho de que – por su posición respecto de los aranceles – muchas inversiones de todo tipo (agrícolas, sobre todo) están quedando en suspenso, en todo el mundo. ¿Quién – en su sano juicio – va a invertir en medio de tanta incertidumbre?
Ahora bien – por si faltara más incertidumbre en el ámbito natural e internacional – el fariseísmo periodístico peruano no se podía quedar atrás.
Y el puritanismo político… igual. Para tirarse abajo el Proyecto Olmos, el Congresista Jorge Zeballos (Renovación Popular) ha presentado un proyecto de ley que impediría que cualquier empresa que tenga una disputa con el Estado Peruano, pueda participar en ninguna concesión pública. O sea, chau todas las concesionarias que tengan alguna disputa o reclamo con el Estado. Pregunta: ¿qué inversionista – nacional o extranjero – va a invertir en alguna concesión estatal, con ese mamarracho legal? Repito… todo para tirarse abajo la Concesión del Trasvase Olmos (CTO). ¡Increíble!
Pero, increíble también es que periodistas calificados como Augusto Thorndike y Milagros Leyva – entre otros – propongan la entrega de los activos de CTO… ¡al Estado!
O sea, lo que estos periodistas proponen es que Olmos se sume a la lista de fracasos estrepitosos como Majes Siguas II, Chavimochic III, Chinecas, Alto Piura, etc. donde el Estado no ha hecho nada… nada de nada. O mejor dicho, lo único que ha hecho ha sido permitir el deterioro terminal de lo poco que habían avanzado dichos proyectos: túneles derrumbados, presas deterioradas por las lluvias, terrenos invadidos… ¡un desastre! ¿Eso proponen para Olmos?
Incluso, peor. Porque en el caso de Olmos, están de por medio la sostenibilidad de 67 mil trabajadores agrícolas de las diversas empresas de la irrigación, que el año pasado exportaron frutas y hortalizas por valor de US$ 850 millones. Y ¡ni qué decir de los US$ 4,000 millones invertidos – recientemente – por las empresas agrarias de Olmos! ¿Y Lambayeque, y el enjambre de proveedores (y sus trabajadores) que proveen todo tipo bienes y servicios para las empresas de Olmos?
La verdad, la verdad… sólo los peruanos envidiosos, amargados, demagogos o ignorantes no ven – o no quieren ver – la prodigiosa ingeniería que construyó el túnel más largo y profundo del Perú, y el extraordinario beneficio agrícola, económico, laboral, social, tributario, exportador y multiplicador del Proyecto Olmos, en Lambayeque.
Otrosí. En octubre del 2024, CTO alcanzó al Gobierno Regional de Lambayeque una propuesta de adenda de transición para la sostenibilidad del proyecto, mediante el recrecimiento de la presa Limón, que aumentaría el volumen de almacenamiento de agua, beneficiaría – aún más – a las empresas agroexportadoras y pequeños agricultores de Olmos.
La propuesta comprende también la realización de obras de infraestructura hidráulica para el Valle Viejo de Olmos, cuya responsabilidad formal recaía en el Estado. Así, CTO ejecutaría una acción pendiente por muchos años, en favor de los pequeños agricultores de la zona.
Conclusión: Vamos con una nueva concesión… y que gane el mejor. Pero mientras tanto – mientras se lleve a cabo la subasta pública para la nueva concesionaria – que se mantengan los activos (presa, compuertas, túnel trasandino, maquinaria, instrumentos, etc.) y personal técnico a cargo de CTO.
Insisto… sólo hasta la culminación de la subasta pública. Todo, menos entregarle al Estado – Ministerio de Agricultura, Gobierno Regional de Lambayeque, o Proyecto Especial Olmos Tinajones (PEOT) – la gestión del trasvase. ¡No queremos otro desastre estatal, como Chavimochic III o Majes Siguas II!
Los 67 mil trabajadores de la irrigación Olmos – y sus empresas – merecen ser considerados. Lampadia