Alejandra Benavides
Para Lampadia
Hoy, al 99% de conteo de los votos escrutados, en elecciones para definir quiénes integrarían la Convención Constituyente para la redacción de una nueva constitución, Chile se encuentra al borde del abismo. El oficialismo actual sólo logró 24% de la votación, mientras que la oposición (Apruebo Dignidad y Lista de Apruebo) alcanzaron 34% y la diferencia la llevan los independientes, quienes están más cerca de la oposición. Así, los grupos de izquierda tendrían más de dos tercios de la convención, un poder que les permitirá destruir la actual constitución redactada en tiempos de Pinochet, por una de izquierda. Nicolás Maduro ya envió su mensaje de satisfacción por estos resultados, lo que nunca es buen presagio para quienes defendemos la democracia.
Los riesgos producidos por la incertidumbre del futuro económico y social del país vecino han generado un golpe en su moneda – y fortalecimiento del dólar, en más de 3%, pasando de $697 a $720 por US$1 y una caída de la bolsa de valores en casi 10%. Se teme que los cambios de constitución sean radicales, sobretodo en temas de regulación y tributación minera, redistribución de riqueza, manejo central de recursos naturales y rol del Estado. Todo esto decantaría en una contracción de la inversión privada y que los capitales migren a otros destinos, y, si el Perú pudiera unirse contra movimientos comunistas radicales, tenemos la oportunidad de ser el mercado más atractivo de la región.
Somos uno de los países más golpeados del mundo en esta pandemia, con una caída de más de 10% del PBI en 2020 y 3 millones de peruanos más en situación de pobreza. Por lo tanto, si logramos derivar las inversiones chilenas y de países como Colombia, Brasil y otros, sería la forma perfecta para arrancar nuestra inmóvil economía y empezar a generar empleo, consumo, recaudación y un círculo virtuoso que sacaría a millones de peruanos de la pobreza.
Es una oportunidad que no debemos desaprovechar y Perú puede convertirse en el bastión democrático de Latinoamérica, siendo una vez más, una estrella en medio de tanto caos y volatilidad. Confío en que los peruanos podemos unirnos contra quienes ahuyentan la inversión, participando activamente en esta campaña, con humildad y firmeza, y sobretodo conversando con los que nos rodean, y comprendan el riesgo en el que estamos, y lo que podría ser un futuro próspero para nuestra nación.
Referencias: