Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 28 de abril de 2025
Para Lampadia
Confieso que jamás imaginé la tremenda presión que – como Gobernador Regional de Ica, en el período 2015 / 2018 – iba a recibir de parte de autoridades y funcionarios de todo nivel, para favorecer indebidamente a familiares, amigos, o militantes de sus agrupaciones políticas. Incluso, desde la campaña política – previo a las elecciones regionales del 2014 – recuerdo claramente al congresista por Ica, José Luis Elías Ávalos de Fuerza Popular (dueño de la Universidad Privada San Juan Bautista) pretendiendo imponerme la lista de candidatos al Consejo Regional. ¡De locos!
En todos los casos, los favores indebidos consistían en acceder – sin mérito alguno – a la planilla del Gobierno Regional, en otorgar contratos de obras sin ningún concurso de por medio, o adjudicar – a dedo – adquisiciones de todo tipo de bienes y servicios.
Yo tenía ciertas referencias del clientelismo político en nuestro país. ¡Quién no sabe cómo funciona el “tarjetazo” en el Estado! No obstante, para hacer una buena gestión pública, había que erradicar – cueste lo que cueste – el vicio del clientelismo en el Gobierno Regional. Y así lo hicimos… con muy buenos resultados de cara a la ciudadanía.
El problema fue que el calificativo más recurrente que recibí por poner orden a ese respecto fue el de traidor. Efectivamente, para muchos pretendientes de favores indebidos, el Gobernador Regional de Ica – o sea, yo – fui un vil traidor.
“Deme un trabajito – o una obrita – porque yo lo apoyé en su campaña” fue el argumento más trillado de muchos ciudadanos que votaron por mi candidatura.
Y mi respuesta sincera y bien intencionada fue siempre la misma: “concursa; y gana en buena lid”.
Pues bien – por los insultos que recibí – es evidente que mi respuesta no satisfizo a muchos.
Eso en cuanto a los militantes que me dieron el triunfo electoral. Pero hubo otros frentes que también presionaron por favores indebidos. Me refiero a ciertos Consejeros Regionales y Congresistas de la República, quienes también pretendieron inmiscuirse en la gestión institucional, ya sea proponiendo a familiares o conocidos para trabajar en el Gobierno Regional, o – lo que es lo mismo – exigiendo la destitución de funcionarios que no eran de su agrado.
Jamás olvidaré al entonces Congresista César Segura (también de Fuerza Popular) exigiéndome el duplicado de un brevete trucho – o sea, sin exámenes de ningún tipo – para su hija.
O, al Consejero Regional Javier Grados (hoy, Alcalde Provincial de Palpa) pidiéndome “ya pe´ Gobernador, deme una obrita… aunque sea unita nomás.”
Obviamente, cada obrita implicaba una coima de varios miles para su bolsillo. Y así… mil casos más.
Por el lado periodístico, todavía me parece estar escuchando: “Gobernador ¿cómo es?” Recuerdo – como si fuera ayer – el tarifario mermelero iqueño: “deme tanto y me callo.
Si quiere elogios, deme un poco más. Pero eso sí… si no hay nada ¡aténgase a las consecuencias!” ¡Unas basuras!
A ese respecto, el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) reveló en el 2019 y luego en el 2022, cómo el Gobierno Regional de Ica – entonces bajo el mando de mi sucesor, Javier Gallegos – realizó pagos por publicidad a un grupo de periodistas que funcionaban como la red particular y extraoficial de comunicadores del Gobernador. ¡90 periodistas mermeleros cobraban por publicidad y difusión de actividades oficiales, y por la promoción de la buena imagen del Gobernador. ¿Qué tal?
En mi experiencia política también descubrí el sometimiento del Sistema de Justicia, a los capos de las universidades truchas de nuestro país:
César Acuña de la Vallejo,
José Luis Elías Avalos de la San Juan Bautista,
Joaquín Ramírez de la Alas Peruanas,
Pepe Luna Gálvez de la Telesup, y
Luis Cervantes Liñán de la Garcilaso, entre otros.
Resulta que dichas universidades tienen suscritos sendos “Convenios de Cooperación Interinstitucional”, con el Ministerio Público y el Poder Judicial, mediante los cuales, no sólo los magistrados, sino los familiares de los magistrados y los trabajadores de dichas instituciones también reciben “educación” universitaria, en “condiciones económicas ventajosas”. O sea… becados. ¿Qué quieren que les diga?
Así – como decía Roberto Abusada (QEPD) – “la corrupción ha hecho metástasis” en el Poder Ejecutivo y en el Poder Legislativo. Pero también en el Sistema de Justicia, del cual se habla poco… a pesar de Los Cuellos Blancos del Puerto, de la Fiscal pelapapas de las hijas de Chibolín, y de muchos más casos escandalosos de corrupción en el Sistema de Justicia de nuestro país.
Bueno pues – reconociendo que no todos los jueces y fiscales son de esa calaña – cabe preguntarnos: ¿cuántos procesos judiciales habrán estado – y siguen estando – en manos de jueces y fiscales corruptos? Magistrados que contratan a prostitutas (en las planillas de las instituciones judiciales) para satisfacer sus bajos instintos, o que liberan a violadores de menores y a narcotraficantes, a cambio de unos cuantos miles de verdecitos, etc.
¿Cuántos jueces habrán condenado a personas normales – como en mi caso, por ejemplo – por delitos inexistentes? Al menos, yo estoy libre, pero ¿cuánta gente inocente estará recluida en cárceles inmundas – injustamente – por la pura indolencia de jueces y fiscales corruptos? Y viceversa ¿cuántos delincuentes de verdad estarán libres, gracias a la complicidad de jueces y fiscales de mala entraña?
Más aún ¿cuántos cobardes – caseritos del Ministerio Público y del Poder Judicial – denuncian recurrentemente y sin sustento, a funcionarios decentes que sí luchan contra la corrupción… de verdad?
Y ¿por qué tantos fiscales y jueces acogen dichas denuncias, aun sabiendo que son infundadas y maliciosas?
¡Cuánto tiempo perdido en procesos judiciales interminables, cuánto dinero gastado en abogados y leguleyos… por las puras, cuánta corrupción y extorsión, cuánto odio y rencor, cuánta injusticia y mala leche, cuánta gente buena excluida de la política, cuánto abuso de poder!
Pues así de grave está la corrupción en nuestro país. Una situación de vida o muerte. Por ello, fuerza, valentía y a jugarnos el todo por el todo. No queda otra. La corrupción es cínica, mafiosa, abusiva, cruel, insaciable y cancerígena. Así que… o vencemos a la corrupción, o la corrupción nos vencerán a nosotros.
Y ojo… no estamos hablando de derecha o izquierda. Este no es un tema ideológico, cultural o social. Este es un tema de moral.
Es un tema de podridos… como diría el gran Basadre. Lampadia