Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Ya nuestro querido Perú tenía desafíos suficientes que afrontar, para salir de la grave crisis económica originada por el COVID-19, pésimamente enfrentada por el gobierno desde su brote en nuestro territorio a mediados de marzo 2020, como para tener que lidiar desde el 28 de julio 2021, con el gobierno más incompetente de nuestra historia.
Como bien explica Waldo Mendoza en su “Carta abierta al presidente Castillo”, esta administración tiene más suerte que todos sus antecesores del último medio siglo, ya que “los términos de intercambio están en su nivel más alto desde 1974” y agrega que, “aunque el motor sea malo, y el piloto inexperto, el velero debe seguir avanzando por un tiempo, sólo por los vientos a favor”.
Claro, nadie esperó que el presidente convocara a una antiminera modosita, pero radical, como premier. Esta señora, contra lo que aconseja el sentido común, está anteponiendo su agenda personal, ideológica y política, a los intereses de nuestro país y de nuestro pueblo (aquel al que tanto le gusta invocar a Castillo) y está metiendo un palo en la rueda del país.
Los componentes básicos de su agenda son:
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Aliarse con líderes antimineros radicales, para forzar un cierre de minas al margen de la ley y firmar acuerdos con ellos, generando expectativas que no podrá cumplir, pero afectando dramáticamente el riesgo país para nuevas inversiones.
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Infiltrar los niveles más altos de gobierno, tales como: Viceministerio de Gobernanza Territorial de la PCM, Jefe de Of. De Gestión Social del MINEM y jefe del Gabinete de Asesores del MINEM con tres antimineros calificados. Los dos primeros, responsables de haber sumido a Cajamarca en la pobreza, al oponerse al desarrollo de Conga, entre otros.
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Insistir con el predicamento de impedir actividad minera en las “Cabeceras de Cuenca”, concepto que, tal como explica Manuel Pulgar Vidal ex MINAM, es un término indefinido y usado políticamente.
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Promover que se transfiera a los gobiernos regionales la “zonificación económica-ecológica” del país, con lo que, el gobierno nacional perdería la capacidad de planear y ejecutar sus planes de desarrollo económico, sin dejar de mencionar el descontrol ante posiciones radicales en las regiones, que impidan nuevos proyectos.
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Aceptar como legítimo, que la protesta sea violenta y con daño a las personas y a la propiedad, asegurando absoluta impunidad.
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Como las contradicciones siempre estarán presentes, el MEF de P. Francke desea más impuestos de la industria minera y tiene en De Echave, a una sanguijuela profesional, que nada crea, pero que le encanta estirar la mano por más tributos, sin importar que se destruya nuestra competitividad.
En estas circunstancias, al MINEM no le está quedando más que reconocer en los hechos, que nuestro importante portafolio de proyectos de inversión minera, se irá dilatando en el tiempo. Obviamente no se ha atrevido a retirar muchos proyectos en el informe “2021 cartera de proyectos de construcción de mina”, recientemente publicado, aunque ha reducido su monto en sólo US$ 2 mil millones por “salida de la cartera” de tres proyectos no metálicos.
La pregunta lógica es ¿cómo se impactará este portafolio de proyectos si se llegase a aplicar los criterios que está impulsando la señora Vásquez? Restricciones por zonificación económico-ecológica, delimitación de “cabeceras de cuenca”, por mencionar sólo dos.
La sola restricción para ampliar la vida de la mina como producto de las exploraciones y desarrollos durante la operación de un yacimiento, deja de lado automáticamente cualquiera de los proyectos de ampliación de ese portafolio. Por otro lado, todos están por sobre los 3,000 msnm. ¿Calificarían como cabecera de cuenca? ¿Los gobiernos regionales van a aceptar actividad minera en ellas?
Demás está decir, que sólo apuntan las baterías a la industria minera formal, dejando que la minería ilegal se expanda a vista y paciencia de todos, incluyendo el colapso avisado de “La Rinconada”, los restos de lo que un día fue Tambogrande y otros que vendrán, al margen de los destrozos ambientales en los ríos de la selva a punta de mercurio.
Lo preocupante es que, si no se rectifica la actitud de este gobierno, respecto al sector minero, será muy poco probable que el ritmo de inversiones esperado por el MINEM en ese informe se haga realidad y, en consecuencia, estaremos dejando pasar una vez más, el tren de la historia, sin aprovechar nuestras oportunidades. Recordemos que la industria minera:
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genera el 10% del PBI,
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compra el 13% de la producción industrial nacional,
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aporta al país cerca del 25% del impuesto sobre la renta recaudado en nuestra economía,
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genera cerca del 65% de las divisas por exportaciones y
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sin su aporte, no se tendría 2 millones de puestos de trabajo formal y bien remunerado, sin olvidar que es un aliado del Estado al ser generador de economía formal, puesto que, para venderle, se tiene que ser formal.
El desarrollo oportuno del portafolio de proyectos presentado por el MINEM, nos pondría en condiciones de competir por el primer puesto en la producción mundial de cobre, incrementaría nuestro PBI en el orden de 7 puntos porcentuales y nos permitiría atender la tremenda deuda externa que, un gobierno como el actual, nos agregará.
Si no le quitamos el palo a la rueda puesto por la PCM, corregimos los múltiples actos de corrupción que van aflorando en el gobierno y el señor Castillo no hace un esfuerzo de aprendizaje para gobernar, creo que, tal como dicen los aviadores, “nos encontramos en final corto”. Lampadia