Jaime Spak
Para Lampadia
Cuando éramos jóvenes nos deleitábamos en las fiestas patrias con los espectáculos circenses.
Lo que más nos gustaba era el momento en que salían los payasos.
Quien no se ha deleitado con Media Suela, Cascarin, Tontolín y muchos más.
Luego de ello hemos tenido la suerte de gozar en la radio con la Escuelita Nocturna y cuando la televisión se hizo popular, Cachirulo y Copetón, Los Caporales, Pepe Bondi eran insuperables.
Dentro de nuestros compatriotas, Melcochita, el ronco Gámez, el flaco Ureta, Miguelito Barraza, Néstor Quintero, el Gordo Casareto, el inigualable Tulio Loza, y actrices cómicas como Jesús Morales, Esmeralda Checa, Alicia Andrade y la guardia Serafina, nos hicieron pasar momentos inolvidables.
En los últimos años imitadores de la talla de Guillermo Rossini, Fernando Armas, Carlos Álvarez, Hernán Vidaurre, Giovanna Castro, es una prueba de que en cada época siguen apareciendo artistas populares y graciosos para el deleite de los peruanos.
¿Y el Perú serio donde esta?
Porque no podemos tener esa generación de políticos que pueden seguir los pasos de insignes figuras que tengan una idea en común y esta sea el progreso del país.
¿Por qué seguimos en una especie de caída libre?
¿Cómo podemos explicar este fenómeno?
Desde mi modesto punto de vista es un tema de falta de educación.
Un país educado tiene la posibilidad, que cada cierto tiempo aparezcan personas que se dediquen a la política y que superen a los que les antecedieron.
No deseo dar ni nombres ni ejemplos, pues no es el afán de este artículo, pero debemos tener la capacidad reflexiva y de visión a futuro para que las nuevas generaciones puedan empezar a tomar alternativas políticas.
Lo que ha sobrevenido con esta caída en picada libre de nuestra clase política, es que cada Congreso que se elige es peor que el anterior.
Son tan malos los congresos, que, a pesar de tener entre los 130 parlamentarios, gente de calidad, estas pocas personas pasan desapercibidas porque son arrastradas por el alud de la incapacidad, prepotencia y deshonestidad.
Deben de desaparecer los partidos vientres de alquiler o aquellos que son propiedad de personas naturales.
Los partidos tradicionales brillan por su ausencia.
En este CADE que acaba de culminar, la frase “volver a creer volver a crecer”, debería de ser el slogan para que nos tomemos en serio mirando el futuro.
Estamos a 24 meses que empiecen las campañas electorales para la elección de un nuevo gobierno y al parecer un nuevo congreso bicameral.
Ojalá también se pueda aprobar el voto voluntario, así no existiría tanta manipulación y solo votarían los que tienen convicción y mejoraríamos la administración pública.
Tenemos que hacer un gran esfuerzo para que elijamos a:
- Gente que haya demostrado en su vida privada, capacidad para crear empleo y dar oportunidades a gente menos favorecida.
- Gente capaz y con deseos de dar su aporte o sacrificio cívico por este maravilloso país que lo vio nacer.
- Gente honesta.
- Gente que se atreva a destrabar los grandes proyectos que traerán bienestar en sus regiones, con sus pobladores y por ende con el país.
- Gente que crea en una verdadera regionalización, para que cada región entre en una sana competencia por ser mejor que la otra.
- Gente que crea fervientemente en la inversión privada y se olvide de un estado protector ni benefactor.
Lo que debemos de evitar son:
- Personas que hayan tenido problemas con la justicia.
- Gente no preparada.
- Gente que está buscando la oportunidad de ingresar a la administración pública, porque ha fracasado en la gestión privada.
- Gente que no tenga un claro proyecto de desarrollo del país.
- Aventureros como Antauro, que ahora dice que va a Bukelizar el Perú.
El peruano es trabajador, emprendedor y sobre todo honesto.
Los deshonestos son una minoría que ha copado el estado y solo lo usan para beneficio propio.
Los medios de comunicación tienen un rol importantísimo.
Tienen la obligación de dar a conocer previamente a aquellos candidatos que cuentan, como se dice coloquialmente, con anticuchos.
Queridos amigos, después de unos años de gobiernos liberales logramos reducir la pobreza en un 40%.
¿Qué significo esto?
Que muchos millones de peruanos lograron mejorar su nivel de vida, ver el futuro con optimismo y seguir invirtiendo para que sus negocios florezcan.
Somos un país resiliente por naturaleza, después de 12 años bárbaros de terrorismo, de un primer gobierno aprista funesto, de un Fuji Shock, hemos podido resarcir toda esa situación y convertirnos por un tiempo en la estrella del continente.
Ahora estamos en recesión, y eso es muy peligroso.
No deseamos que nuestros hijos solo piensen en abandonar el país porque no le ven futuro.
Tomémonos en serio el futuro del país y contribuyamos desde cada posición con nuestro granito de arena para que el país avance hacia el único camino que deseamos todos y es el progreso. Lampadia