El componente más efectivo de la izquierda, Tierra y Libertad, el partido del ex cura Arana decide ir a las últimas elecciones con los colores del novísimo intento de confluencia política de la izquierda peruana, el ‘Frente Amplio’ (FA).
Fuente: larepublica.pe
Arana, sin embargo, pierde las elecciones internas del FA ante Verónika Mendoza, la anterior socia de Nadine Heredia. Aparentemente, Arana habría perdido previamente su aureola de ‘santón’, después de la vapuleada que recibió en Perumin, unos meses antes. Finalmente, en unas muy cuestionadas elecciones parlamentarias por Cajamarca, Arana logra un curul por el FA y empieza a cercar su pequeño espacio de poder, entrando en el tradicional rito de la izquierda de subdividir cúpulas en más cúpulas.
Así pasa el FA de tener un bloque de 20 congresistas a 10 por un lado, cercanos a Verónika Mendoza, y otros 10, de los cuales el tiempo irá dando cuenta.
En consecuencia el llamado Frente Amplio devino en no ser ni frente, ni amplio.
Lastimosamente, el Presidente electo del Perú, don Pedro Pablo Kuczynski, optó el lunes 11 de abril, a las 8:30 de la mañana, ante la pregunta del periodista del diario Correo, en la puerta de su casa, por acercarse a las izquierdas, afirmando su deseo de visitar a Gregorio Santos en la cárcel (Santos se negó a recibirlo). Ver en Lampadia: El 67% de los peruanos votaron por construir sobre lo avanzado
Esta opción habría sido producto de una decisión política de aparente inspiración en las artes de la política mexicana priista. Una suerte de traición al voto ciudadano que se refugió en PPK sin imaginar un giro de la ‘real politik’ del siglo XX.
Desde este posicionamiento, más allá de cualquier acción de FP, el partido PPK ha hecho todo lo posible por evitar un natural entendimiento entre las fuerzas pro mercado (PPK y FP), jugando a exacerbar las contradicciones pero cuidando que la pita no se rompa del todo. Esto ha restado gobernanza al país y, aunado a la frustración del estancamiento de la inversión y las magras perspectivas de crecimiento económico, ha debilitado sustancialmente la confianza en el gobierno de PPK.
El reto del gobierno de los últimos años del segundo centenario, no es cualquier cosa. Además de tener que ponernos al día en nuestro nivel de desarrollo (ver Desarrollo integral y oportunidades para todos), tenemos que superar unos próximos años en que los giros y curvas de la política y economía global conllevan altísimos niveles de incertidumbre y riesgos de discontinuidades que pueden restarnos capacidad de crecimiento, que solo pueden ser compensadas con mejores desarrollos internos.
Esperamos que si la conciencia sobre el reto de lograr un gobierno extraordinario, las dificultades externas, las duras pruebas de la realidad de un gobierno que en seis meses ha perdido popularidad y efectividad para hacer crecer la inversión y el crecimiento, enfrentar la conflictividad (política) social y la posibilidad de construir una convergencia política auspiciosa; no han sido suficientes para que el partido de PPK se acercara a un socio político más sólido con el que pueda enfrentar en mejores condiciones los elementos indicados.
Esperamos que la dilución del frente que no era ni frente ni amplio, el desvanecimiento de la pareja elegida para el baile el 11 de abril, sí puedan llevar a PPK y a Peruanos por el Kambio a girar estratégicamente hacia un gobierno de concertación, con agenda pública, con Fuerza Popular. Lampadia