Viene un nuevo gobierno y los peruanos necesitamos elevarnos sobre la coyuntura política para conocer cuáles son nuestros caminos al Bienestar General con Prosperidad y Oportunidades para todos. Necesitamos un desarrollo integral, sostenido y duradero. Los candidatos se desviven haciendo diagnósticos, recalcando los ¿QUÉ?, pero la clave está en los ¡CÓMOS!
Muchos plantean largas listas de proyectos y enfatizan la necesidad de hacer mayores inversiones en educación y salud, en desarrollar más infraestructuras, etc., pero pocos explican los ¡cómos!
Por ejemplo, para invertir en educación, salud e infraestructuras se requieren importantes recursos económicos, pero se minimiza la necesidad del crecimiento económico, indispensable para hacerlo posible. Tenemos algunos ahorros, pero son insuficientes para afrontar el gran salto en calidad de vida que queremos.
En verdad los recursos que necesitamos están a nuestra disposición: en el crecimiento. Con un 7% de crecimiento anual, podemos duplicar el presupuesto público cada diez años, más allá de lo que se pueda lograr formalizando la economía e incorporando a los pobres al mercado.
En Lampadia vemos tres grandes avenidas que debemos transitar para tentar un desarrollo integral, sostenible y duradero:
- Gobernanza
- Sentido de pertenencia y compromiso ciudadano
- Crecimiento económico
GOBERNANZA
Según el Diccionario de la Lengua Española, gobernanza significa:
“Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”.
En otras palabras, si no tenemos un gobierno que trabaje, sin excusas o ataduras ideológicas, por un desarrollo integral en lo económico, social e institucional y, que actúe buscando el equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el ‘mercado de la economía’, no podrá ofrecernos una ‘Buena Gobernanza’.
El buen gobierno no puede ser la búsqueda del poder por el poder mismo. Tampoco puede ser para unos pocos, ya sean los partidarios, los amigos, los familiares o para los que piensen como el mandatario. El buen gobierno debe despojarse de sus relaciones políticas y dedicar su administración al conjunto de la ciudadanía, rojos y blancos, ‘amigos y enemigos políticos’, pobres, clase media y ricos. A todos los peruanos, sin distinción alguna.
SENTIDO DE PERTENENCIA Y COMPROMISO CIUDADANO
Estamos a puertas del Bicentenario y aún no hemos logrado un nivel mínimo de identidad nacional, un sentido de pertenencia. Como decía hace unos años Juan Abugattás (QDDG), “los peruanos no estamos seguros si queremos seguir juntos la aventura del desarrollo”.
Al mismo tiempo, como los ciudadanos estamos insatisfechos con la calidad de nuestra República, nos sentimos alejados del quehacer nacional y poco comprometidos con su avance. Dejamos el futuro en manos de la providencia y de políticos en los que no confiamos.
Por ello, es indispensable un gobierno que sepa desprenderse de sus ropajes político-partidarios, para vestirse con los colores de la Patria. Patria que es de todos y para todos. De allí la importancia de una buena gobernanza.
CRECIMIENTO ECONÓMICO
El objetivo del desarrollo no es el crecimiento económico como pueden creer los que tienen una visión economicista o como, confundiendo medios y fines, malinterpretan los que no entienden o no quieren entender, las dimensiones del desarrollo.
El que mejor explica las diferencias en términos de políticas públicas, y ayuda a evitar una trampa conceptual, es Hans Rosling, el profesor sueco creador de Gapminder, el modelo estadístico que incorpora la información de todas las variables de todos los países del mundo en perspectiva histórica.
Rosling nos explica que los objetivos del desarrollo son los derechos humanos, el medio ambiente, la gobernanza, la educación, la salud y la cultura. Excluye expresamente el crecimiento económico, al que califica como «el medio para el desarrollo». El medio principal, sin lo cual, evidentemente, no podríamos tener todo lo demás. Ver el gráfico siguiente:
Permítannos reiterar que el Perú debe crecer como mínimo al 5.5% anual para cumplir la ambición nacional de la prosperidad. Recordemos que hace un par de años el HSBC postuló en un informe sobre el Mundo de 2050, que si crecíamos a ese ritmo, para el 2050 seríamos la economía número 26 del planeta, con un sorprendente 90% de nuestra población en el rango de ingresos de clase media y clase alta (50% y 40% respectivamente). Ver el siguiente cuadro:
El mensaje que tenemos que aquilatar es que para poder enfrentar nuestras importantes y urgentes agendas pendientes en educación, salud, infraestructuras y tecnología, así como el gran reto de institucionalizar el país y mejorar sustancialmente las remuneraciones de nuestros servidores públicos, maestros, enfermeras y policías, entre otros, llevando sus beneficios a un buen estándar internacional, necesitamos recursos económicos. Así nos parezca iluso, esos recursos están a la vuelta de la esquina, en el crecimiento económico.
Conciudadanos, exijamos a los futuros gobernantes el asumir una buena Gobernanza, promover el Sentido de Pertenencia y Compromiso Ciudadano y, el privilegiar el Crecimiento Económico, como el pasaporte para lograr el Bienestar General y la Prosperidad de todos los peruanos. Lampadia