CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia
Sendero Luminoso se siente empoderado. En realidad, no les falta razón a los seguidores de Abimael Guzmán. Nunca han estado tan cerca del poder como ahora.
Una muestra de ello es el discurso de una senderista, Carmen Rosa Hualla Muriel, en una plaza de Juliaca el 14 de junio. Allí proclamó presidente a su candidato, Pedro Castillo, y pregonó públicamente, con toda desfachatez su militancia, a sabiendas que nada le va a ocurrir ahora.
En un ambiente adornado con banderas del Sutep, el sindicato magisterial, Hualla dijo que Castillo había ganado porque representa “a los oprimidos y a los encarcelados por razones políticas”, como ellos definen a los criminales terroristas presos.
Añadió que a Castillo le han dicho comunista y declaró a voz en cuello: “yo soy comunista y no siento vergüenza, he sido procesada siete veces por terrorismo y con orgullo lo digo, yo soy comunista en formación [una atingencia típica de SL] y nunca me voy a callar, nunca voy a agachar la cabeza”. Inmediatamente el coro de acompañantes replicó “Fujimori nunca más”.
Algunos ingenuos creen que escondiendo la cabeza como el avestruz, negando tercamente la realidad, lo que está sucediendo va a dejar de existir. Está ampliamente demostrado que en 2017 la huelga magisterial fue propulsada por Sendero Luminoso de Guzmán (Movadef) y que ellos pusieron a Castillo al frente.
Para las elecciones la alianza se amplió, con Vladimir Cerrón y los agentes de Cuba y Venezuela como factor dominante, además de las siniestras relaciones con terroristas y narcotraficantes del Vraem.
Si alguien cree que esta amalgama va a ser domesticada con palmaditas en el hombro y haciendo caso a algunos advenedizos voceros, que conscientemente están tratando de adormecer a la opinión pública, están soñando. Eso no va a ocurrir. Si se hacen del poder se va a desatar una tormenta incontenible que va a hundir al país en una crisis insondable.
Otro ejemplo de lo que vendrá es el asalto y destrucción de las instalaciones de una pequeña mina en las alturas de San Mateo, el viernes 18. La turba actuó impunemente mientras la policía observaba -como les ha ordenado el Gobierno, el ministro del Interior y el jefe de la PNP- y se dejaba apedrear. Una capitana resultó herida en la cabeza. No hubo detenidos.
Si esto ocurre ahora ¿qué creen que pasará si Castillo y sus secuaces se hacen del poder? Alentados desde el Gobierno y con las fuerzas del orden maniatadas, los grupos extremistas se apoderarán de calles y carreteras, y no pararán hasta imponer una asamblea constituyente dominada por ellos para “refundar el Perú” es decir, imponer una dictadura chavista.
Mientras tanto, los acomodaticios de siempre, persisten en su esfuerzo -que imaginan será recompensado- para tranquilizar y anestesiar a la ciudadanía, repitiendo que lo que ha sucedido en otros países no va a ocurrir acá.
Hay que seguir luchando. No debemos entregar el país a los que pretenden robarlo. Lampadia