Acto malintencionado que causa un perjuicio
Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
En el Perú ocurren cosas inauditas. Corresponde al poder ejecutivo, a propuesta del MEF, plantear las opciones de solución del creciente déficit fiscal, que ya nos agobia. Esos planteamientos podrían ser audaces, tanto como las amnistías tributarias, pero bajo circunstancias muy especiales.
Hago hincapié en esto, porque el 18 de diciembre 2024, se promulgó la ley 32201, “ley que establece un régimen excepcional de impuesto a la renta” y, lo más interesante es que su aplicación venció el 29 de diciembre 2024, esto es, diez días de vigencia. Lo curioso es, que esta ley de amnistía no fue propuesta por el ejecutivo y, que por más que el Congreso solicitó opinión al MEF, SUNAT y PCM, ninguno de los tres se pronunció. Además, la ley se aprobó por insistencia del Congreso, 104 votos a favor, 3 en contra y 4 abstenciones.
Más interesante aún, es que la SUNAT contaría con un plazo de 60 días, para determinar la forma y condiciones para presentar la Declaración Jurada (DJ) y, el reglamento de la ley se publicaría también en un plazo de 60 días, entendiéndose, en febrero 2025.
Cuando uno revisa el proceso de aprobación, el Proyecto de Ley 7536/2023-CR, que lo originó, fue presentado por una congresista de Podemos Perú (PP), pero la autoría de la misma es atribuida a 3 congresistas de Alianza para el Progreso (APP), 3 de Fuerza Popular (FP), 2 de Podemos Perú (PP), 2 de Juntos por el Perú (JPP), 2 de Bloque Magisterial, 1 de Somos Perú, 1 de Bloque Democrático (BD), 1 de Perú Libre (PL), 1 de Avanza País, 1 de Honor y Gloria y 1 de Renovación Popular. Aquí podemos apreciar, que la corrupción no tiene color político y que los más connotados partidos populistas, de izquierda y derecha, se juntan en la defensa de algunos intereses obscuros.
Quienes tenemos algunos años, ya hemos visto las mil “pellejerías” que son capaces de cometer los políticos para beneficiarse o beneficiar a los dueños de sus partidos.
Hago esta afirmación, porque, sólo los que están debidamente preparados para tomar ventaja de una ley inesperada, como esta, son aquellos que la han promovido y preparado. En este caso, la ley se promulgó el miércoles 18, en el intermedio de los 10 días de vigencia, hemos tenido dos sábados, dos domingos y dos feriados por Navidad. En resumen, se dispuso de 4 días útiles para enterarse que la ley se había promulgado, informarse del contenido de algo sin reglamento ni procedimiento, preparar y presentar la DJ.
Algo más, esta amnistía, indica que lo que se presente será aprobado automáticamente, incluyendo todo lo que no se permitió amnistiar con el Decreto Legislativo 1264 del año 2017. ¿Curioso no?
Esto me trae reminiscencias de la época del primer gobierno aprista, cuando se publicaban diferentes dispositivos legales, fijando precios, tarifas o autorizaciones de acceso a dólares MUC para algunos fines específicos, entre otras cosas, para en 24 o 48 horas, publicar “fe de erratas” que corrigieran “algún error”, pero, los beneficiarios “designados”, ya habían aprovechado los dichosos dispositivos en ese interín.
Lo que aquí está ocurriendo, es que algunos dueños de partidos y allegados, están tomando ventaja de la debilidad de nuestra institucionalidad política. Por esta vía, es claro que se está recompensando el apoyo a un gobierno débil en extremo, con el que hacen lo que les da la gana, con tal de permitirle la ilusión de un mandato que, aunque exhausto y agotado, quiere llegar al 28 de julio 2026, a como dé lugar.
Aunque, como es normal en estos casos, la ley contiene un artículo que ordena la confidencialidad de la información correspondiente a quienes presenten la DJ contemplada y se acojan a la amnistía. Dicho eso, sí sería importante que, al cabo de los 60 días del acogimiento a la amnistía, el gobierno nos informe: (i) Cuántos contribuyentes se acogieron a la amnistía y (ii) Cuánto recaudó la SUNAT en aplicación de esta ley.
Lo peor es, que seguimos destruyendo nuestra patria, sin visos de solución ni salida, pues, si quisiéramos hacer algo radical, estaríamos saltando de la olla, para caer en las brasas.
Así estamos y puedo asegurar, que no me estoy equivocando… Lampadia