Jaime Spak
Para Lampadia
Una de las discusiones mas frecuentes que estamos teniendo es acerca de las motivaciones de Pedro Castillo, con respecto a las decisiones que está tomando en sus primeros 100 días.
Algunos manifiestan que todo es parte de un plan preconcebido por él y Cerrón para perpetuarse en el poder.
Mi punto de vista es que todo es improvisación y voy a tratar de explicar mis argumentos para tal fin.
Ha trascendido en los últimos días, que la intención de Perú Libre con la candidatura de Castillo era de solo pasar la valla electoral, para mantener la inscripción y colocar algunos candidatos al congreso.
Sin embargo, la candidatura de Castillo empezó a subir como la espuma en la primera vuelta, a pesar de no contar con cuadros técnicos importantes.
El recibió 18.9% de votos válidos y paso a la segunda vuelta en primer lugar, gracias a la dispersión del voto de la derecha.
Entre Keiko, De Soto, López de Aliaga, Urresti, Acuña, Forsyth, Beingolea se pelearon los votos y esto favoreció la victoria de un outsider como Castillo.
Lo mismo ocurrió con Fujimori en el año 90 y con Humala en el 2011.
Cuando se le preguntaba sobre sus colaboradores técnicos, Castillo siempre decía que ya los iba a presentar.
Recién después de la primera vuelta pudo presentar a algunos porque logró un acuerdo de colaboración con Veronika Mendoza, quien puso a disposición de Castillo a cuadros de su partido como Francke, Cevallos y Durand.
En el debate técnico, 15 días antes de las elecciones, se presentaron seis personas de apoyo a Castillo y nos causa sorpresa porque tres de sus supuestos técnicos no aparecen por ningún lado en este gobierno.
¿Alguien ha visto a Juan Pari, Celeste Rosas o Andrés Alencastre asumir algún rol importante en el gobierno?
Pues no.
Tan improvisado ha sido todo, que entre las cosas absurdas en su discurso de asunción del mando, indico que el Palacio de Gobierno se iba a convertir en un museo.
Ya se estaba viendo el grado de improvisación de Castillo.
Luego fuimos testigos de ese mediocre primer consejo de ministros.
Es difícil olvidar como tenía escondido a Guido Bellido detrás de la tribuna de invitados, para luego hacerlo juramentar como premier en medio de la sorpresa de todos.
Nunca se ha visto espectáculo más bochornoso, que nadie sepa quién será el presidente del consejo de ministros.
Siguió con el triste espectáculo un día después para la juramentación del gabinete.
Se prohibió el ingreso de la prensa y se vio a Dina Boluarte llegar a las 10:30 pm, dos horas y media después de la hora que iba a juramentar el gabinete, raudamente para asumir una cartera.
Ver a un atribulado Aníbal Torres abandonar el museo de la Nación, indignado porque lo habían ninguneado. Tomando un taxi en la esquina. Y al día siguiente juramentar como si nada hubiera pasado.
Con respecto a los ministros y altos funcionarios del estado, da la impresión, haciendo una analogía deportiva, como que hicieron una selección de todas las disciplinas de atletismo y eligieron a todos los que acabaron últimos en las diferentes carreras.
Es decir, peor de lo que han elegido nunca se ha visto en la historia política de las últimas décadas.
- Cómo es posible que se nombre a un señor Carhuapoma para Essalud,
- a Palacín en Indecopi, y a pesar del repudio de la opinión pública aun no los cambia porque no tiene gente para hacerlo.
- En 100 días se han tenido que designar tres ministros del interior.
- Se nombró a un ex guerrillero de 85 años ministro de Relaciones Exteriores.
- Se nombró ministro del Interior a un ex policía que tenía 159 sanciones mientras estuvo en la institución.
- El ministro de Transporte cuyo carro colectivo tenía papeletas por trabajar sin autorización, y acaba de llegar a un acuerdo con el grupo de transportistas informales para renovarles por 10 años las concesiones piratas, echando por la borda todo el plan de reorganización del caótico transito en Lima Y Callao.
- Saco a la jefa de la Sutran y nombra a una mujer que tiene tres denuncias por robar mercadería en supermercados. Felizmente ya renunció.
- Acaba de destituir a los mandos principales del ejército y de la Fuerza Aérea, porque no hicieron ascender a gente cercana al presidente.
- A pesar de todo esto, no le acepta la renuncia al oscuro ministro de defensa un ex policía que no tenía ningún mérito para este importante cargo. Y este ministro se resiste a renunciar como sucedió con Iver Maraví y con Barrenzuela. Felizmente ha renunciado dos días antes que lo interpelen.
- Sacar a un profesor premiado para colocar a un sindicalista de 81 años, que se acaba de descubrir que quien maneja las riendas del ministerio es su hija.
Entonces si esto no es improvisación, no sabría cómo llamarlo.
Para que esto sea un plan preconcebido se requiere de una mente inteligente y maquiavélica. Lo primero imposible, lo segundo podría ser.
Lo único organizado en este gobierno es la improvisación.
Y lo que si es una constante que cada fin de semana salen con una noticia estridente para distraer a la gente.
Pasan los días, el Perú sigue detenido y el presidente Castillo no hace nada, porque no sabe hacer nada.
Así de sencillo.
No debería de esperar que lo vaquen, debería de renunciar así se quita un enorme peso de encima de estar en una función para la que nunca estuvo preparado.
Y podría volver a ser una persona normal, sin tener que estar usando ese absurdo sombrero.
No pidamos peras al olmo. Lampadia