Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Ya hemos escuchado muchas veces a PC (Pedro Castillo) decir que, “en el Perú nos hemos pasado 200 años gobernados por la derecha y ahora, la derecha reclama que un campesino arregle todos sus problemas en sólo 100 días”. Los que conocemos algo de historia, sabemos perfectamente que “la derecha” no ha gobernado 200 años nuestro país, que el Perú ha pasado por múltiples gobiernos de izquierda o no democráticos y que, en no más del 25% de ese lapso, el Perú tuvo algunos gobiernos de derecha, salpicados en el tiempo. Pero qué podemos decir, la mentira es su método…
Para no confrontar, apelaré a Evita Perón, quien dijo: “El pueblo no necesita que su gobierno se queje y culpe a su antecesor. Es votado para que mejore la situación, por eso fue elegido… para dar soluciones. Para quejarse, ya está el pueblo”.
Y tal parece que PC no aprendió nada de historia, pero sí de los populistas del pasado, quienes inocularon en las poblaciones ese sentimiento de queja y reclamo, que aprendieron a atender con regalos y dádivas, que los convirtiera en dependientes de su gobierno y que PC quiere y trata de reeditar a toda costa.
La pregunta legítima es: ¿Adónde quiere llevarnos PC para el 2026? La gestión de sus primeros cuatro meses, la calidad de gente (es un decir) que ha incorporado a su administración y las decisiones que viene tomando, están destruyendo rápidamente lo construido con tanto esfuerzo durante las últimas tres décadas. Esto es evidente a la luz de los “logros” de estos primeros cuatro meses de “gobierno”: Incremento de la inflación, caída de la inversión privada, subida del tipo de cambio, incremento de la deuda pública en US$ 5.1 mil millones, fuga de más de US$ 15 mil millones, alta rotación de funcionarios por inadecuados/incapaces o corruptos, carencia de objetivos y planes de desarrollo humano y económico y un largo etc. que marcan una muy clara tendencia negativa de nuestra economía de cara al futuro, especialmente si se prevé una caída de la inversión privada cercana al 15% para el 2022, con un correlato de pobrísimo crecimiento del PBI.
Como si lo dicho fuera poco, ahora, más allá de los desencuentros entre lo que dice PC y los miembros de su gabinete, baste recordar a Bellido contradiciendo a PC luego de su viaje a México y USA. Ahora a Mirtha Vásquez, quien a las 24 horas que PC hablara de estabilidad jurídica y reclamara confianza a la comunidad de inversionistas para que apuesten por el Perú, durante la clausura de CADE 21, no tuvo mejor idea que viajar a Cora Cora y en un ímpetu dictatorial, propio de sus antecedentes anti mineros, declarar el cierre de cuatro operaciones mineras, extralimitando sus competencias, pasando por encima de la ley (eso sólo le corresponde al MINEM sobre bases técnicas) y generando, no sólo unas pérdidas económicas de varios cientos de millones de dólares a los inversionistas el lunes 22 de noviembre, sino pasando un mensaje de inestabilidad legal, jurídica y política en el Perú. Léase, el Perú no es un destino seguro de inversiones.
Lamentablemente la cosa no queda ahí, el día martes 23, PC, quien había estado en Arequipa el lunes 22, “se soltó la trenza” y “mostró el fustán” en Huancavelica, pues ante la pifia y griterío generado en contra de su presencia en el mejor restaurante arequipeño, montó en cólera e hizo gala también de sus arrebatos dictatoriales al amenazar a la prensa arequipeña, de no darle “ni un sol de su plata” a esa prensa que no le resulta afín. Igualmente, exigió ante la población huancavelicana, que el Congreso diera cuenta ante el pueblo de la gestión congresal y producción legislativa de esos primeros 100 días.
Más allá de los primeros síntomas dictatoriales mostrados, motivo de otro artículo, pero que no se deben dejar pasar por alto, debemos centrarnos en lo fundamental.
PC no puede permitir que ningún ministro o miembro de su equipo de gobierno, cometa actos delictivos, tal como ha ocurrido con su secretario general y algunos de sus ministros. Tampoco puede permitir que estos, por muy PCM que sean, contradigan sus mensajes políticos, puesto que destruyen valor para el Perú y sus instituciones. Debemos recordar que el mundo está al alcance de un “click” en las redes y, por lo tanto, todos los mensajes contradictorios y desalineados o imprevistos, repercuten en los mercados y en la percepción de los inversionistas.
Respecto a la señora Vásquez, debe tener claro varias cosas:
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Que su mensaje en Cora Cora, ha sido muy grave y costoso para el país.
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Que ha mentido respecto a los planes de cierre y la rigidez de sus plazos de ejecución.
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Que ha hecho creer que las compañías “podrían retirarse así nomás”, sin remediar.
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Que no ha dicho que esos planes de cierre están garantizados con cartas fianza bancarias.
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Que ha actuado como activista anti minera y no como autoridad.
Finalmente, el gobierno debe tener claro que un twitter y un comunicado en las redes, retractándose, no es suficiente.
La señora Vásquez debe ir a la Plaza de Toros de Cora Cora, reunirse con las comunidades con quienes firmó las actas, explicar que ha cometido un acto indebido e ilegal, que excedió sus competencias y hacerles saber que los acuerdos firmados en tales actas, quedan sin ningún efecto, ni validez.
Sólo un acto público de esa magnitud podrá resarcir parcialmente el daño que le ha hecho a todos los peruanos. Lampadia