Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
El peruano ha demostrado que no es tuco, ni rojo. Tampoco es morado o caviar. Esta es la evidencia luego de ver el fracaso de la mal llamada “Toma de Lima” que alentaron algunos grupos para este 19 de julio pasado.
Frente a los más de 33 millones de peruanos que ese día trabajamos, emprendimos, madrugamos, tributamos, pagamos deudas, hicimos horas extras, cuidamos a nuestras familias, estudiamos o simplemente no participamos en esta protesta contra el gobierno socialista de la señora Boluarte, 21,000 peruanos (Según el propio Diario La República), es decir apenas el 0.06% de la población peruana, entre ellos los más destacados líderes de opinión caviar, salieron en Lima en su intento de tomarla.
Una protesta de centésimos. Una algarada de ridículo.
Todos los que se manifestaron en Lima, si nuestros caviares que los auspiciaron y arengaron les hubieran convidado un canapé y alguna bebida refrescante, fácilmente los hubieran podido acomodar en medio Estadio Nacional, sin pisar siquiera el césped. Ese fue el tamaño de la protesta.
Si al fracaso no se llama fracaso, hay que tener cuidado con lo que dicen.
Los peruanos podemos estar cansados hasta la náusea de la representación nacional que tenemos ahora y antes en el Congreso, pero sabemos que saliendo a marchar para que los pseudo pitucos limeños de izquierda ganen espacio político y consultorías con empresarios despistados, no lo vamos a cambiar.
Los peruanos podemos estar plenamente conscientes que doña Dina es un accidente político y no la conductora de una nación (por lo menos hasta ahora), sin embargo, no estamos dispuestos a dinamitar una vez más la gobernabilidad para que antes de tiempo otra peor que ella venga en su lugar.
Los peruanos podemos estar plenamente conscientes de que el problema radica en nuestra clase política, desde regidores hasta presidentes, que nos parasitan, viven de nuestro trabajo, nos exaccionan con tributos y sobre costos, no nos dejan trabajar y emprender, nos roban, se corrompen, coimean, pero sabemos que es peor hacerle el juego al senderismo, al violentismo, a los agitadores que no cambiarán nada y que sólo buscan ocupar en lugar de los que están. Sabemos que la ruta y el camino es el emprendimiento, el trabajo y el esfuerzo.
Este 19 de julio de 2023, el 99.9% del país no le ha dado un abrazo a Dina, ni la ha felicitado. Lo que ha hecho es darle la espalda a tucos, rojos, morados y caviares, a su relato paralelo que quiere disimular un golpe de estado, a quienes querían usarnos de tontos útiles, una vez más, en una protesta que solo buscaba acomodarlos en el tablero político presente.
Podrán aparecer, azuzados esta vez por la CGTP, las Federaciones Agrarias, los frentes de defensa, los caviares desde Spotify o por quien sea, otros centésimos de peruanos queriendo llamar a la violencia, al caos y a la ingobernabilidad. Frente a ellos, seguiremos 33 millones de peruanos alertas para no caer en su juego. Lampadia