Jaime Spak
Para Lampadia
El presidente del Consejo de Ministros Aníbal Torres, no solo es una persona intransigente, intolerante, iracundo, sino también protagonista de frases célebres, que lo único que logran es expresar lo contrario a lo que hubiera intentado decir.
El día viernes de la semana pasada, en un gesto democrático, el recientemente elegido presidente del Congreso José Williams Zapata, invitó al presidente de la República al Palacio Legislativo para tener una primera reunión personal, para tratar temas de Estado y bajar la tensión entre ambos poderes.
No hay que pasar por alto que la jugada de defenestrar a Lady Camones de la presidencia del congreso les resultó fatal.
José Williams Zapata, es un militar retirado, héroe del Cenepa y jefe del exitoso rescate de la embajada de Japón.
No va a ser un hueso fácil de roer para Castillo.
Lo acompañó un séquito de ministros, a pesar que la invitación fue solo para Castillo; y seguro lo hizo para ayudarlo a contestar algunos temas que el presidente no domina.
De esta forma acompañaron al presidente, el primer ministro Aníbal Torres, el inefable y super felpudini ministro ahora de Trabajo, Alejandro Salas, el ministro de Justicia Félix Chero, el ministro de comercio exterior Roberto Sánchez, el ministro de Economía y el ministro de relaciones exteriores, recientemente repuesto luego que lo saco hace un mes sin darle explicación alguna. Canciller Landa, un poco de amor propio, ¿no le parece?
La reunión fue muy corta, duro apenas una hora y media y privadamente Zapata y Castillo solo se reunieron por 10 minutos. Seguramente cuando trataron temas álgidos, como la presencia de ministros super cuestionados, por sus incapacidades o por sus turbios antecedentes, y el trillado tema del adelanto de elecciones, y para evitar mayor tensión debieron poner fin a esta breve entrevista. Solo 10 minutos para intentar salvar el Perú.
Lo que llamó la atención y esto ocurre en la mayoría de los países, en lugar de convocar a la prensa y dar una declaración conjunta los presidentes de los dos poderes más importantes del país, cada uno dio una conferencia de prensa por separado.
Hubiera sido una excelente ocasión para que ambos líderes del ejecutivo y legislativo, expongan sus impresiones ante la prensa del resultado de esta reunión.
Ya es vox populi de la fobia que tiene Castillo de enfrentarse a la prensa, pues no tiene respuestas a las preguntas más sencillas.
Uno de los argumentos que esgrimen los allegados al presidente Castillo es que la prensa siempre ha sido hostil.
Pero para refutar este argumento basta dos ejemplos:
- Siendo candidato a la presidencia, Castillo asistió a una reunión en el lujoso Hotel Country Club del San Isidro y cuando se le consulto a su gente de prensa si luego de esa reunión iba a declarar Castillo, indicaron que si lo haría y que se ubiquen en el frontis del hotel.
El susodicho candidato no tuvo mejor idea que fugar por la parte posterior del hotel dejando a los periodistas con los crespos hechos.
Yo me pregunto ¿fue la prensa hostil en ese momento o Castillo se burló de los periodistas fugando despavorido?
- En un mitin en Ayacucho Castillo, siendo aún candidato no tuvo mejor idea que indicar que iba a publicar los sueldos de los periodistas de los programas políticos. ¿Qué afán tendría de hacer tan arriesgada aseveración? ¿Pues sin duda para generar odio e inquina con los periodistas?
No se olviden que luego de esa actuación pública se vio a la población perseguir a los periodistas con intención de agredirlos repitiendo lo que Castillo había indicado anteriormente.
Luego de la reunión en el Congreso, los ministros ofrecieron una conferencia de prensa, sin la presencia de Castillo, y el Premier Aníbal Torres pronuncio esta frase que quedara para la historia:
“Solo Dios y los Imbéciles son perfectos”.
Quien en su sano juicio puede indicar que los imbéciles son perfectos.
Prosiguió indicando que el gobierno había cometido numerosos errores, pero en lugar de indicar que iban a hacer todo lo posible por enmendar estos, recalcó que seguirán equivocándose.
Es decir, este señor no solo ofende a propios y extraños, sino que nos ha advertido que seguirán convocando a personas incapaces y cuestionadas en cargos de importancia.
Este iracundo personaje que, a los 80 años, ya debería de estar descansando en su hogar y no estar sometido al stress de tener que lidiar con un presidente incompetente como Castillo y todos los ministros franeleros, sino que ha demostrado en innumerables ocasiones, que su salud mental deja mucho que desear.
En los sucesos de hace unos meses de Huancayo, donde la población se levantó contra el gobierno, en la cuna de Perú Libre, convocó al secretario del acuerdo nacional Max Hernández y al cardenal Barreto de Huancayo para lograr una tregua y encontrar una salida a la crisis.
No solo se burló de ellos haciendo promesas que nunca se cumplieron, sino que luego insultó públicamente al cardenal Barreto y no tuvo la hidalguía de pedirle públicas disculpas.
Una persona que indica que tiene admiración por Hitler, no merece estar un minuto más en el gobierno.
Lamentablemente Castillo no tiene pieza de recambio para el premierato, nadie con dos dedos de frente tomaría la posta, a menos que se traten de los famosos tres chiflados del gabinete: Salas, Chero o Sánchez.
Tener a alguno de los tres chiflados, dirigiendo el gabinete representaría el fin de este gobierno.
Señor primer ministro Aníbal Torres, usted indica que solo los imbéciles son perfectos, y obviamente usted no es imbécil.
Por lo que le pido en nombre de los millones de peruanos que estamos preocupados por el futuro del país, deje de equivocarse, y en medio de su imperfección y en un acto de contrición convenza al presidente a prescindir de tanto incompetente, empezando por usted y que renuncie a la presidencia, pues el nivel de corrupción que se ha demostrado en este gobierno supera a cualquier anterior.
La familia involucrada desde el primer día en actos de corrupción hace inevitable que este gobierno ponga punto final a tantos desaciertos y si no renuncia por lo menos haga un adelanto de nuevas elecciones pues cualquiera que entre será mejor que Castillo.
El futuro de Pedro Castillo una vez que deje la presidencia será la cárcel, ahora o en un futuro cercano.
Sin Castillo en el poder y con un nuevo congreso, sin tanto parlamentario comprado, tendremos menos imbéciles en el gobierno. Lampadia