Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Tradicionalmente, las campañas políticas se conducían de forma bastante intuitiva, la información se levantaba a partir de encuestas, tomadas a muestras que representaban el perfil de la población. Desde luego, siguiendo los más estrictos criterios estadísticos de tamaño de muestra y características de las mismas. Los criterios de estos procesos se asemejan, hasta hoy, al de una investigación de mercado, donde se identifican los productos, sus atributos y la preferencia popular por estos.
La desventaja de estos procesos, es que toman, al menos una semana para seleccionar la muestra y su tamaño, hacer el trabajo de campo, trabajar y analizar la data, sus resultados y su significado, incorporando mucho de intuición en el análisis.
En el tiempo, ha aumentado la velocidad de cambio en las percepciones y preferencias, porque los eventos se suscitan a cada momento, por la velocidad con que los medios de comunicación transmiten estos eventos con información cada vez más compleja y por la forma cómo los usuarios interactúan en las redes sociales. Por eso, una falta de reacción inmediata puede ser fatal.
Hasta hace poco, la información masiva se comunicaba por periódicos, revistas, radio y televisión. Hoy en día, esta se capta y se transmite, sin filtros e instantáneamente, por las redes sociales. Se recibe la información con imágenes y también, muchas veces, dadas las “facilidades” que brinda la tecnología, incluyendo imágenes y voz manipulada.
No podemos negar que, tras los medios, hay una industria que maneja intereses, que silencia lo que no les conviene y resalta aquello que les conviene o interesa. Los medios de prensa abiertos no mencionan siquiera ciertos hechos; veamos si no el atentado a Trump. Para muchos medios, ese hecho no fue un intento de asesinato, sino algo intrascendente. Para varios, fue un intento de manipular a la opinión pública. Hasta el Servicio Secreto filtró a los medios lo que le interesaba resaltar al gobierno, incluso antes de compartirlo con la Comisión Investigadora de la Cámara de Representantes.
En otro terreno, la “social media” hace uso de la tecnología, para disrumpir en el juego político o para influir en temas como la “ideología de género”. Ahora existen plataformas que permiten un “cambio de juego” usando Inteligencia Artificial (IA), para recargar e impulsar campañas políticas, usando mails automáticos, haciendo análisis del sentimiento de los votantes y la amplificación del “social media post of “anti-woke” influencers”:
- Usa data en tiempo real y herramientas para su análisis instantáneo.
- Integra varias fuentes de información, incluido: “Social media”, “News outlets”, agencias de noticias, periódicos, revistas, radios de noticias, websites y redes de networking, la industria de noticias que se orienta a los medios masivos y que canaliza información al público en general.
Sólo con estos elementos a mano, se puede hacer un efectivo manejo de crisis y tener respuesta rápida, al “bombardeo mediático” que se presenta durante las campañas políticas. Esto mismo aplica a la gestión de proyectos, tales como los proyectos mineros o de infraestructura, donde se promoverá y producirá agitación social adversa a los mismos. Aquí tenemos que reconocer, que le hemos dejado “la cancha libre” a la izquierda, quien domina las redes y esta forma de influir, al igual que el uso de IA para sus fines.
Hay herramientas de gestión de crisis, que permiten respuesta rápida ante situaciones adversas; aclarando desinformación, manejando los desafíos de relaciones públicas y gestionando emergencias. Mediante IA se ha desarrollado un software de mantenimiento, control y manejo efectivo de imagen.
Además, hay disponibles herramientas de “Análisis predictivo para formulación de políticas”. La elaboración de políticas efectivas requiere de una comprensión profunda de múltiples factores: (i) Condiciones económicas. (ii) Dinámica social. (iii) Tendencias futuras. (iv) Sentimiento ciudadano.
La IA brinda ayuda de medición y análisis de tendencias, permite al político capacidades para anticipar potenciales eventos futuros y elaborar planteamientos de propuestas políticas. Anticiparse y prever ayuda requerida para un trabajo fino de prospectiva y diseño de estrategias que atiendan al sentimiento popular y la formulación de políticas más adecuadas, para satisfacer las expectativas y lograr los objetivos.
Lo disruptivo aquí, es que, en las redes puedes recopilar los últimos acontecimientos e información, medir la reacción de la población, generar contenidos, crear videos y automatizar tareas para optimizar campañas en las redes sociales, de manera más económica y efectiva. Y todo esto, sobre la base de “toda” la información disponible en el universo bajo análisis, no sólo de una muestra. Segmentar las estrategias y mensajes para cada uno de los grupos de interés, diseñando comunicaciones efectivas, específicas para el núcleo o segmento objetivo; etario, geográfico o cualquier otro atributo.
Desde el sector empresarial, los gremios y la derecha, no estamos trabajando con esta dinámica. Tener la posibilidad de levantar información masiva y analizarla en tiempos muy cortos. Identificar información adversa en tiempo real y tener la posibilidad de neutralizarla o rectificarla cuando aún es incipiente, u oportunidades y potenciarlas. Plantear muy rápidamente estrategias y diseñar políticas que respondan a las inquietudes de la población objetivo, permitiéndonos actuar en tiempo real, con muy bajo costo y comunicarlas por las redes sociales, hace de esta una herramienta muy ventajosa para el que la use.
Hasta ahora, el empresariado y la derecha han tratado de comunicarse con los gobiernos, cuando lo que tenemos que hacer, es comunicarnos con la ciudadanía y, para eso, debemos utilizar las herramientas de toma de información, análisis y prospectiva disponibles.
¡Debemos modernizarnos para actuar en política! Lampadia